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José Martí: Un desfile para ti... ( FOTOS )

 Como cada 28 de enero, Pilar, nené traviesa, Piedad, El señor Don Pomposo, Meñique, personajes de La edad de Oro, tomaron las calles guantanameras para homenajear a José Martí, el más grande y universal de los cubanos en su 164 aniversario.  

En el desfile martiano, estaban los pequeños de los círculos infantiles y de preescolar, junto a los estudiantes de primaria vestidos de mambises y guerrilleros, y los de secundaria básica para rendir tributo al Apostol y Líder Histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, fiel  defensor del legado  martiano.

Gracias, Leonel Escalona Furones, fotoreportero del periódico Venceremos por regalarme estas imágenes, un regalo para mis amigos lectores. Espero les gusten ... 

Dsefile 28 de enero en Guantánamo


Dsefile 28 de enero en Guantánamo

Dsefile 28 de enero en Guantánamo

Dsefile 28 de enero en Guantánamo

Dsefile 28 de enero en Guantánamo

Dsefile 28 de enero en Guantánamo


En Guantánamo, XII Encuentro Internacional de Cátedras Martianas



El pensamiento y la acción del Héroe Nacional José Martí, es el eje fundamental para que un centenar de estudiosos e  investigadores,  cubanos y extranjeros seguidores de la obra del más universal de todos los cubanos, expongan sus criterios en el  XII Encuentro Internacional de Cátedras Martianas, que hoy y hasta el sábado 29 se realiza en Guantánamo.

Las principales sedes del evento, que por tercera ocasión se realiza en una ciudad cubana,  son las Universidades guantanameras en las  investigadores de Cuba, México, Puerto Rico, Trinidad y Tobago y Costa Rica,  disertarán en torno al pensamiento del Héroe Nacional cubano y su vigencia a partir de la contextualización de su obra.

El evento tendrá como ejes temáticos la presencia de José Martí en Guantánamo, la literatura martiana y su fuerza poética, la Historia como memoria libertaria de los pueblos de América y el sistema axiológico del Héroe cubano en la formación del humanismo del nuevo Siglo.

La base naval yanqui en Guantánamo: un anacronismo en el siglo XXI, será el título de la mesa redonda que, a cargo de la Doctora en Ciencias Noralis Palomo Díaz, reserva para este viernes la Universidad de Ciencias Médicas. No faltará la disertación de Ana Sánchez Collado, directora del Centro de Estudios Martianos, quien nos ofrecerá la  Conferencia magistral El ideario pedagógico de José Martí.

Otras de las ponencias del evento versarán sobre los nexos del ideario Martiano con el Caribe insular, las Antillas, el equilibrio del mundo y el legado del pensamiento del Libertador Simón Bolívar, a cargo de  estudiosos de Cuba, México, Puerto Rico, Trinidad y Tobago y Costa Rica.

Los delegados al evento  impartirán conferencias magistrales, talleres y tendrán encuentros con estudiantes y  pobladores de sitios históricos. Visitarán también sitios históricos de Baracoa, y la Playita de Cajobabo, en Imías, sitio por donde desembarcó José Martí aquella noche  del 11 de abril de 1895 para iniciar la Guerra Necesaria.

El XII Encuentro Internacional de Cátedras Martianas,  es auspiciado por la Red Internacional de Cátedras Martianas, la Dirección de Cultura y la Filial de la Sociedad Cultural José Martí en Guantánamo, y lo promueven instituciones como la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, y el Proyecto de Solidaridad Mundial José Martí de la UNESCO, dirigido desde la Oficina del Programa Martiano de Cuba.

Para Guantánamo adquiere especial connotación la realización de este Evento Internacional. Y la razón es que por esta ciudad entraron por primera vez y luego se distribuyeron por toda Cuba, los ejemplares de La Edad de Oro, obra escrita por José Martí, el hombre que desde finales del siglo XIX vislumbró los grandes peligros que enfrentaría la especie humana por las ansias hegemónicas del imperialismo global.

La esquina de La Edad de Oro está en Guantánamo

Tarja ubicada sobre los restos del antiguo centro La Luz, que reconoce a Guantánamo como el lugar por donde llegó La Edad a Cuba
La Edad de Oro, revista mensual dedicada al recreo y la ilustración de los niños escrita con el ingenio, exquisitez y surgida del talento y la pluma dorada de José Martí, se empezó a divulgar en Nueva York en julio de 1889.

En el primer número explica el propósito e interés que los animan a escribir para los niños de América: “ para eso se publica la Edad de Oro: para que los niños americanos sepan cómo se vivía antes, y se vive hoy en América, y en las demás tierras, y cómo se hacen tantas cosas…”. Y con palabras así de sinceras, el Hombre de la Edad de oro, rompe con los cánones literarios de la época.

El segundo número constituye lo que para él significaría la publicación, y expresa: “La Edad de oro no quiere morir, por que nadie debe morir mientras sirva para algo, y la vida es como todas las cosas, que no debe deshacerlas sino el que puede volverla a hacer (…).

Ya en octubre de 1889, se editó el número final. Cuánta tristeza y amargura causó la terminación de este noble proyecto al hombre de la Edad de Oro, amigo fiel y sincero de los niños de nuestra América. En el mismo señala: “Se ha de conocer las fuerzas del mundo para ponerlas a trabajar (…) El hombre ha de aprender a defenderse y a inventar, viviendo al aire libre(…) 


¿ Cómo y por dónde llega La Edad de Oro a esta ciudad de Guantánamo? 

Alrededor de 1885,  establece su residencia en la villa Guantánamo el afamado patriota Amador Esteva y Mestre, natural de Santiago de Cuba y  uno de los miembros fundadores de la Sociedad. Había conocido a José Martí en New York y entre ellos se forjaría entonces  lazos de amistad alrededor de 1880.

En el  año en que aparece La Edad de Oro,  se funda en la villa de Guantánamo La Sociedad La Luz en un edificio de dos plantas ubicado en la esquina de las actuales calles Calixto García y Emilio Giró. Sobresalía la edificación, por ser el más imponente de la localidad dotado de refinada cristalería francesa, y decorados balcones, donde  unían a varias corrientes arquitectónicas en un armonioso eclecticismo.

José Martí, urgido de enviar la revista a Cuba y conocedor además de la calidad humana y el patriotismo de Amador Esteva, le escribe una carta fechada el 27 de julio de 1889,  donde le explica: "Esta misma, valgan verdades, no se la escribiría, de puro abochornado, si no le hubiese ofrecido al editor de La Edad de Oro, buscarle, por medio de Usted, un buen agente en Guantánamo. Usted debe haber recibido la circular, porque ya se la mandé y ahora recibirá el primer número. Dígame si he salido airoso, y si he dado con la manera de hablar con la gente menor".

Los paquetes con los ejemplares de La Edad de Oro comenzaron a llegar a Guantánamo, a nombre de Amador Esteva con el objetivo de ser distribuirlos posteriormente a varios lugares del país. El centro de recepción era  la Sociedad La Luz, institución  convertida posteriormente en el Liceo La Luz, sitio que en esos momentos,  era  centro de conspiración contra la metrópolis española.

Se asomaba entonces la noble misión de enviar a los editores las remesas correspondientes y coordinar desde Cuba, todo lo concerniente a las suscripciones, correspondencias y clubes de lectores, en torno a la publicación de La Edad de Oro. Hasta el momento, se desconoce la existencia de otro punto en Cuba que haya asumido de igual forma a la noble tarea. La Esquina de la Edad de Oro, está en Guantánamo  como orgullo que ennoblece la tradición patriótica de esta ciudad.

La Edad de Oro en Guantánamo: Donde se hizo la Luz

La Edad de Oro, revista mensual dedicada al recreo y la ilustración de los niños, se empezó a divulgar en Nueva York en julio de 1889. Fue una publicación literaria escrita con el ingenio, exquisitez y surgida del talento y la pluma dorada de José Martí, uno de los hombres más visionarios y prolíferos de América.

Entrega, amor y vehemencia en el afán de comunicarse con la gente menor y afianzar el sentimiento de pertenencia a su tierra, puso nuestro Martí en esta imperecedera obra literaria. De esta memorable revista, convertida en texto de referencia solo se publicaron cuatro números.

En el primer número explica el propósito e interés que los animan a escribir para los niños de América: “ para eso se publica la Edad de Oro: para que los niños americanos sepan cómo se vivía antes, y se vive hoy en América, y en las demás tierras, y cómo se hacen tantas cosas…”. Y con palabras así de sinceras, el Hombre de la Edad de oro, rompe con los cánones literarios de la época.

El segundo número constituye lo que para él significaría la publicación, y expresa: “La Edad de oro no quiere morir, por que nadie debe morir mientras sirva para algo, y la vida es como todas las cosas, que no debe deshacerlas sino el que puede volverla a hacer (…).Los niños debían juntarse una vez por semana, para ver a quién   podían hacerle algún bien, todos juntos…y todos en coro, cogidos de la, mano, les daremos gracias con el corazón (…).

(…) Las cosas buenas se deben hacer sin llamar al universo para que lo vea a uno pasar. Así expresa José Martí en el tercer número de la mentada publicación, y agrega: Se es bueno por que sí, y por que allá adentro se siente un gusto cuando se ha hecho un bien, o se ha hecho algo útil a los demás. Eso es mejor que ser príncipe: ser útil. Los niños debían echarse a llorar cuando ha pasado el día sin que aprendan algo nuevo, sin que sirvan de algo (…).

En octubre de 1889, se editó el número final. Cuánta tristeza y amargura causó la terminación de este noble proyecto al hombre de la Edad de Oro, amigo fiel y sincero de los niños de nuestra América. En el mismo señala: “Se ha de conocer las fuerzas del mundo para ponerlas a trabajar (…) El hombre ha de aprender a defenderse y a inventar, viviendo al aire libre(…) La vida de tocador no es para hombres (…). Y en el citado mes escribe una carta a su amigo Manuel Mercado donde expresa que por primera vez, a pesar de lo penoso y azarosa vida, abandona lo que con tanto amor emprende.

Tarja ubicada sobre los restos del antiguo centro La Luz, que reconoce a Guantánamo como el lugar por donde llegó La Edad a Cuba

¿ Cómo y por dónde llega La Edad de Oro a Guantánamo? 

Alrededor de 1885,  establece su residencia en la villa Guantánamo el afamado patriota Amador Esteva y Mestre, natural de Santiago de Cuba y  uno de los miembros fundadores de la Sociedad. Había conocido a José Martí en New York y entre ellos se forjaría entonces  lazos de amistad alrededor de 1880.

Justo en el mismo año en que aparece La Edad de Oro,  en la villa de Guantánamo se fundó La Sociedad La Luz,  un edificio de dos plantas en la esquina de las actuales calles Calixto García y Emilio Giró, que sobresalía por ser el más imponente de la localidad por su refinada cristalería francesa, y decorados balcones, donde  unían a varias corrientes arquitectónicas en un armonioso eclecticismo.

José Martí, urgido de enviar la revista a Cuba y conocedor además de la calidad humana y el patriotismo de Amador Esteva, le escribe una carta fechada el 27 de julio de 1889,  donde le explica: "Esta misma, valgan verdades, no se la escribiría, de puro abochornado, si no le hubiese ofrecido al editor de La Edad de Oro, buscarle, por medio de Usted, un buen agente en Guantánamo. Usted debe haber recibido la circular, porque ya se la mandé y ahora recibirá el primer número. Dígame si he salido airoso, y si he dado con la manera de hablar con la gente menor".

Los paquetes con los ejemplares de La Edad de Oro comenzaron a llegar a la villa de Guantánamo, a nombre de Amador Esteva para porteriormente distribuirlos a varios lugares del país. El centro de recepción era  la Sociedad La Luz, institución  convertida posteriormente en el Liceo La Luz y en esos momentos era  centro de conspiración contra la metrópolis española.

Se asomaba entonces la noble misión de enviar a los editores las remesas correspondientes y coordinar desde Cuba, todo lo concerniente a las suscripciones, correspondencias y clubes de lectores, en torno a la publicación de La Edad de Oro.

Hasta el momento, se desconoce la existencia de otro punto en Cuba que haya asumido de igual forma a la noble tarea. Por lo tanto, el hecho ennoblece con creces la tradición patriótica guantanamera e influyó en el ánimo, el fervor y la formación del mambisado en este territorio oriental.

La Edad de Oro entró a Cuba por Guantánamo

La Edad de Oro, revista mensual dedicada al recreo y la ilustración de los niños, se empezó a divulgar en Nueva York en julio de 1889. Fue una publicación literaria escrita con el ingenio, exquisitez y surgida del talento creador y la pluma dorada de uno de los hombres más visionarios y prolíferos de América: José Martí.

La revista permite apreciar el ingenio de aquel gran publicista que también escribió para los más pequeños. Cuentos, versos y artículos instructivos, como "Tres Héroes", donde Martí presenta a los niños tres de los grandes patriotas de nuestra América: Bolívar, San Martín e Hidalgo; "Las Ruinas indias", donde describe con estilo inigualable las ciudades desaparecidas de la América indígena; aparecen en esta publicación para ser comprendida por los niños de América.

Entrega, amor y vehemencia en el afán de comunicarse con la gente menor y afianzar el sentimiento de pertenencia a su tierra, puso nuestro Martí en esta imperecedera obra literaria. De esta memorable revista, convertida en texto de referencia solo se publicaron cuatro números.
En el primer número explica el propósito e interés que los animan a escribir para los niños de América: “para eso se publica la Edad de Oro: para que los niños americanos sepan cómo se vivía antes, y se vive hoy en América, y en las demás tierras, y cómo se hacen tantas cosas…”. Y con palabras así de sinceras, el Hombre de la Edad de oro, rompe con los cánones literarios de la época.

El segundo número constituye lo que para él significaría la publicación, y expresa: “La Edad de oro no quiere morir, por que nadie debe morir mientras sirva para algo, y la vida es como todas las cosas, que no debe deshacerlas sino el que puede volverla a hacer (…).Los niños debían juntarse una vez por semana, para ver a quién podían hacerle algún bien, todos juntos…y todos en coro, cogidos de la, mano, les daremos gracias con el corazón (…).

(…) Las cosas buenas se deben hacer sin llamar al universo para que lo vea a uno pasar. Así expresa José Martí en el tercer número de la mentada publicación, y agrega: Se es bueno por que sí, y por que allá adentro se siente un gusto cuando se ha hecho un bien, o se ha hecho algo útil a los demás. Eso es mejor que ser príncipe: ser útil. Los niños debían echarse a llorar cuando ha pasado el día sin que aprendan algo nuevo, sin que sirvan de algo (…).

En octubre de 1889, se editó el número final. Cuánta tristeza y amargura causó la terminación de este noble proyecto al hombre de la Edad de Oro, amigo fiel y sincero de los niños de nuestra América. En el mismo señala: “Se ha de conocer las fuerzas del mundo para ponerlas a trabajar (…) El hombre ha de aprender a defenderse y a inventar, viviendo al aire libre(…) La vida de tocador no es para hombres (…). Y en el citado mes escribe una carta a su amigo Manuel Mercado donde expresa que por primera vez, a pesar de lo penoso y azarosa vida, abandona lo que con tanto amor emprende.

PERO… ¿CÓMO, DÓNDE Y CUÁNDO LLEGA LA EDAD DE ORO A GUANTÁNAMO?

Casualmente, en el año en que se publicó la revista para los niños de América, en la villa de Guantánamo se fundó La Sociedad La Luz, catalogada en ese momentos en el país como el más importante edificio local y primera institución defensora de la cultura cubana, además, constituía un centro conspirativo contra la metrópolis española, donde se forjaron las ideas independentistas enarboladas en la gesta del noventa y cinco.

Alrededor de 1885, cuando establece su residencia en la villa Guantánamo el afamado patriota Amador Esteva y Mestre, natural de Santiago de Cuba. Este hombre fue uno de los miembros fundadores de la Sociedad. Conoció a José Martí en New York y habían entablado lazos de amistad alrededor de 1880 en los Estados Unidos, donde establecieron una fuerte amistad.

El Maestro urgido de enviar la revista a Cuba y conocedor además de la calidad humana y el patriotismo de Amador Esteva, le escribe una carta fechada el 27 de julio de 1889 para ultimar los detalles en torno a su tan querida revista, donde le explica: "Esta misma, valgan verdades, no se la escribiría, de puro abochornado, si no le hubiese ofrecido al editor de La Edad de Oro, buscarle, por medio de Usted, un buen agente en Guantánamo. Usted debe haber recibido la circular, porque ya se la mandé y ahora recibirá el primer número. Dígame si he salido airoso, y si he dado con la manera de hablar con la gente menor".

De esta manera y sin demora alguna, comenzaron a llegar a la villa de Guantánamo los paquetes con los ejemplares de la revista remitidos por su insuperable autor. Se asomaba una nueva misión que consistía además en enviar a los editores las remesas correspondientes y coordinar desde Cuba, todo lo concerniente a suscripciones, correspondencias y clubes de lectores, en torno a la publicación martiana."

LA SOCIEDAD LA LUZ

Una confrontación entre criollos y peninsulares motivada por el ardor político del momento aceleró el surgimiento en Guantánamo de la Sociedad La Luz. Proyecto al que se sumaron acaudalados independentistas cubanos y catalanes de ideas liberales. Juntos procuraron muebles, cubiertos y materiales encargados a famosos creadores de Francia y Estados Unidos.

La inauguración de la Sociedad La Luz también constituyó una muestra del fervor patriótico en la región. Hasta la Sociedad La Luz de Guantánamo, ubicada en las actuales calles Calixto García y Emilio Giró, convertida entonces en un centro de conspiración contra la metrópolis española, llegaron a nombre de Amador Esteva los paquetes con La Edad de Oro. Así, desde este territorio oriental se distribuyeron a varios lugares del país.


Hasta el momento, se desconoce la existencia de otro punto en Cuba que haya asumido de igual forma a la noble tarea, por lo tanto, el hecho ennoblece con creces la tradición patriótica guantanamera.Desde la Sociedad La Luz, convertido luego en el Liceo La Luz, comenzaron a llegar a nombre de Amador Esteva, los paquetes con los primeros ejemplares de la revista Edad de Oro a Guantánamo, los que se distribuyeron a varios lugares del país. Este hecho, unido a la tradición de lucha influyó en el ánimo, el fervor y la formación del mambisado en este territorio oriental.