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En nosotros sigue estando la victoria ( Fotos)

El miembro del Comité Central y primer secretario del Partido en nuestra provincia, Luis Antonio Torres Iríbar, envía un abrazo a todo el pueblo de Guantánamo y ratifica la convicción de que podemos aspirar a más porque hemos demostrado que una buena parte del éxito y de lo que falta por hacer depende de nosotros mismos.

Así reafirmó Torres Iríbar en entrevista realizada por los periodistas  Haydée León Moya, Lilibeth Alfonso Martínez , del periódico Venceremos y Pablo Soroa Fernández de la AIN, y que La Guantanamera pone a disposición de sus lectores...


Cuando le preguntamos a Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Comité Provincial del Partido, si es un hombre optimista, la respuesta no se hace esperar: “Sí, soy optimista por naturaleza¨.

Nacido en el histórico Realengo 18, educado en la vecina Santiago de Cuba, donde llegó a ocupar además responsabilidades en las organizaciones de masa, juveniles y en el PCC (fue Secretario del Partido, en el municipio de Guamá), se desempeñó varios años como funcionario del Comité Central, antes de asumir en 2005 el cargo actual,” una gran responsabilidad con la que jamás soñé y que ha sido la mayor que he tenido en mi vida”.

Sí, desde mi nacimiento fui guantanamero -y aún lo soy', después fui santiaguero, y más tarde habanero, y siempre, seré revolucionario comprometido con la Patria, con mi pueblo y con mis raíces, confiesa sin ambages antes de responder las preguntas de Venceremos :


Como guantanamero y dirigente político, ¿cuáles fueron los momentos más felices de 2012, y los más difíciles?

El año 2012 nos deparó varios momentos felices, pero especial significación tuvo estar junto a Raúl en la Plaza de la Revolución Mariana Grajales, durante la celebración del Acto Central por el aniversario 59 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en el cual, a raíz de su inolvidable intervención  -y la del compañero José Ramón Machado Ventura-, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros estampó en el libro de visitantes de ese complejo escultórico esta afectuosa  dedicatoria:  “Guantanameras y guantanameros, los llevo en el corazón”.

Poco meses después, en medio de la adversidad ocasionada por el ciclón Sandy, cuando más lo necesitábamos, el 31 de octubre,  para ser exactos, el General de Ejército  visitó los municipios de El Salvador y Guantánamo, participó en una reunión del Consejo de Defensa Provincial, y departió con el pueblo  en el área más céntrica de esta  ciudad.


Fue un emotivo encuentro, muy auténtico, además…

Así es. A quienes espontáneamente se reunieron en torno a él y estrecharon su mano, o simplemente lo saludaron, Raúl les brindó seguridad y aliento, y la convicción de que la Revolución no dejaría desamparado a nadie. Esos son momentos de especial connotación y que nos alegraron a todos los guantanameros. 


   Y después nos cayeron encima dos huracanes...

Sí. Lejos estábamos entonces de imaginar que  nos azotarían dos ciclones, casi consecutivamente.  Esos fueron, precisamente de los instantes más difíciles en la etapa, es decir, cuando los embates del ciclón Isaac primero, a fines de agosto,  y de Sandy después, el 25 de octubre, que causaron afectaciones considerables y dejaron sin viviendas a muchas personas. Pero la confianza en la Revolución, mostrada por los damnificados, y la solidaridad hacia estos, por quienes no sufrieron perjuicios, me convencieron de que todos  los guantanameros éramos uno solo ante aquellos destrozos que hubieran dejado sin aliento, y desamparados,  a quienes no tienen la dicha de contar con un sistema como el nuestro.
  

¿Qué opinión le merece la actitud del pueblo ante esas dificultades?

A los guantanameros las dificultades no los amilanaron: respondieron a la solicitud del Partido de no desmayar, vencieron un valladar de dificultades, y a la par de la recuperación, siguieron enfrascados en el cumplimiento de los planes de producción, en la recolección de las cosechas, en la educación y en la salud pública. 

Con independencia de mi responsabilidad política, me sentí aun más orgulloso de ser cubano, guantanamero, a raíz de esas adversidades, palpé la disposición del pueblo, de resarcirse, de recuperarse de aquellos destrozos, y  ayudar a los hermanos santiagueros  y holguineros, que la estaban pasando peor que nosotros, a causa de Sandy.

De inmediato manifestaron su disposición a marchar hacia esas provincias, trabajadores de todas las esferas: eléctricos, telecomunicadores, constructores, médicos, enfermeras, gastronómicos, mucho de los cuales relegaron a segundo plano  la reconstrucción  de sus propios hogares y la delegaron en el resto de la familia, y en los vecinos.  

 Para dar una idea de cómo se llevó a la práctica ese altruismo, diré que los linieros y técnicos de la Organización Básica Eléctrica (OBE) Guantánamo junto a brigadas de otras provincias que se encontraban aquí colaborando con nosotros, partieron hacia los municipios santiagueros de Songo-La Maya y Segundo Frente, y en apenas 20 días construyeron 11 kilómetros de líneas de 33 kilovoltios, y restablecieron una cifra tres veces mayor de circuitos de igual voltaje; eliminar las interrupciones en redes primarias y secundarias, y restituyeron ese vital servicio a más de 27 mil clientes residenciales y estatales. 


¿En la ciudad el impacto también fue muy fuerte? 


En Guantánamo, el resto de los trabajadores de la OBE asumió  el restablecimiento del servicio, interrumpido desde el mismo 25 de octubre, cuando  la provincia quedó aislada del Sistema Electroenergético Nacional, tanto por el circuito de Santiago de Cuba como por el de Moa, Holguín.

Simultáneamente repararon los 663 postes, 20 transformadores, 117 kilómetros de cables y numerosas subestaciones dañadas, mientras la generación distribuida desempeñó su papel, no solo para garantizar  la vitalidad de la esfera productiva y los servicios, si no para  informar a la población de la marcha de la recuperación. Donde  quiera que funcionaba  un grupo electrógeno se colocó un televisor y un receptor de radio para que la población supiera lo que estaba ocurriendo. 


El Consejo de Defensa Provincial orientó la publicación de un boletín especial, el cual  reflejó periódicamente el acontecer del territorio en esas excepcionales condiciones, incluido el accionar del Consejo y sus integrantes, y de las comisiones que en cada Consejo Popular se encargaban de la distribución de materiales, y de determinar la magnitud de las afectaciones.
Es justo consignar que  el pueblo se creció y junto a las organizaciones de masas, las FAR y el MININT influyó en el rápido retorno a la normalidad en el territorio, participando en la recogida de escombros, reparación de acueductos, estaciones de bombeo y conductoras.   

Los telecomunicadores, por su parte, resolvieron   afectaciones fundamentales  en el sistema telefónico, donde cayeron  288 postes y  47 kilómetros de cable; mientras que los constructores y brigadas de mantenimiento se encargaban de reparar 105 unidades de salud pública,   consultorios, policlínicos y farmacias.  Todos los viales principales se limpiaron y acondicionaron. 


Raúl lo dijo, y se cumplió: La Revolución no dejará a nadie desamparado…

Por supuesto,  fue suceso trascendental en las labores recuperativas la Decisión del Gobierno Revolucionario para amparar a los más damnificados.
Como parte de esa protección a la población han sido asistidas hasta el momento 16 mil 300 personas, y en cuanto a la distribución de los recursos, en la cual toman parte, además del Banco, Finanzas y Precios, Trabajo y el Poder Popular, la Contraloría General de la República, también se trabajó y se continúa laborando hasta que se atiendan todos los casos. 

Debo precisar que si en algunas ocasiones la entrega de los materiales, y la determinación de quienes se subsidian o no, y en qué magnitud, mostró cierta lentitud, fue por el celo con que esas labores se llevaron a cabo, para no dar margen a ilegalidades, irregularidades o engaños. Es bueno destacar que  el 32 % de las personas afectadas visitadas ya han recibido materiales y se continúa atendiendo a todo el que lo requiere.

 Baracoa, que junto a San Antonio del Sur fue de los más golpeados por Isaac, escapó en alguna medida a los efectos de Sandy, pero sufrió luego grandes inundaciones por las persistentes lluvias, que casi equivalían a las que habitualmente dejan como remanentes esos fenómenos meteorológicos, y se sobrepuso a esa situación con un espíritu de sacrificio digno de elogio. 


         A pesar del trabajo de preparación de la zafra este año se termina debiéndole varias toneladas al plan de producción azucarera… 

El plan de producción de azúcar físico se encuentra al 84 % de cumplimiento hasta la fecha con una diferencia de  -569 toneladas, en este incumplimiento han incidido roturas reiteradas de combinadas, alzadoras, camiones y afectaciones  en caminos, provocadas por las lluvias, lo cual originó déficit de caña en la industria, amén de que esta también ha presentado dificultades y roturas. 

Confiamos en la dignidad de los hombres que hacen la zafra y en que se sobrepondrán con su esfuerzo a esas contingencias. Los del ingenio tienen que seguir reforzando la disciplina tecnológica y laboral, y exigir que del campo llegue materia prima a tiempo y con calidad. Solo el logro de esos propósitos nos permitirá hacer una contienda eficiente. 


     En los últimos años se aprecia una interesante simbiosis entre el guantanamero y su ciudad: autoestima y belleza parecen crecer juntas. ¿Coincide usted con esa apreciación?   


La afirmación es válida. Si usted se asoma a cualquier rincón de esta urbe, de Baracoa, de otras cabeceras municipales -incluso ubicadas en las montañas-, encuentra sitios mejor cuidados y personas con mayor orgullo de vivir en su terruño. Es a lo que llamo sentido de pertenencia, autoestima, que estuvo muy baja, debido a factores subjetivos y a que la provincia fue una de las que con mayor rigor sufrió las consecuencias negativas de las escaseces y otras dificultades derivadas del Período Especial. 

De manera similar, quienes nos visitan ahora quedan entusiasmados por volver, y  en el trasfondo de ese deseo uno encuentra siempre el mismo fundamento: el cambio positivo de la ciudad y la manera en que su gente se comporta: más optimista en el futuro, con una mayor cultura del detalle, que se traduce en un mejor trato entre nosotros mismos y con el recién  llegado, ya sea un guantanamero ausente, o alguien que nos honra por primera vez con su presencia. 


Programas importantes, como el de desarrollo local, han posibilitado el florecimiento de un grupo de obras que además de favorecer mayor cantidad de servicios de calidad, permiten obtener fondos que se revierten en más beneficio económico para el territorio y tiene además un inapreciable y particular influjo en la conducta de nuestra población, que no esconde su orgullo de ser guantanamero. No se trata solamente de un problema material, es una expresión de la elevada espiritualidad alcanzada por nuestros compatriotas. 


¿Qué retos nos esperan? 


Encarar con dinamismo y compromiso en todo cuanto hagamos, en especial en los procesos inversionistas, que son la base del desarrollo del territorio, impulsar las acciones derivadas de la decisión del Gobierno Revolucionario respecto a los afectados por Sandy, y continuar materializando con responsabilidad los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados por el VI Congreso. 

Es decisivo, para  poder avanzar más, lograr mayor exigencia, orden y disciplina., ese sigue siendo nuestro reto principal en el año que comienza. 


En la economía global, en su conjunto, la provincia exhibe resultados aceptables, no así en algunas producciones físicas, y en las inversiones,  ¿qué se ha hecho en esa esfera y qué nos falta para eliminar las fallas que en ella persisten? 


Efectivamente, resulta aleccionador que junto a la producción mercantil, se reportan otros logros sensibles: la disminución de gastos en el presupuesto, incremento de la productividad y un saldo favorable en la relación de esta con el salario medio. 

Durante el 2012, Guantánamo sobrecumplió su  plan de  circulación mercantil minorista en más de 90 millones de pesos y se incluyó en el reducido grupo de provincias que acumula más de mil millones de pesos en ese indicador, que figura entre los medidores del  nivel de vida de una nación. 

Se alcanzó en la etapa una reducción notable del déficit fiscal, lo cual constituye un primer paso para alcanzar una de las más ambiciosas metas del territorio: tener superávit. 

La esfera económica, por otra parte, no está exenta de dificultades, y estas se localizan en las empresas que incumplen las producciones físicas (algunas de ellas de los sectores industrial y agrícola) , son irrentables, exhiben pérdidas,  o pagan salario, sin contar con respaldo productivo. 

En las inversiones, otro punto vital de cualquiera economía,  el talón de Aquiles de la guantanamera, radica en la falta de exigencia del inversionista para que las obras se cumplan con apego y respeto al contrato, con  calidad y en tiempo. En este aspecto resulta notorio que las deficiencias son de índole subjetiva, y pueden erradicarse de inmediato, aunque  han influido también cuestiones de índole material como la falta de cemento, acero y otros insumos que no han estado a pie de obra, lo cual  ha limitado el avance físico de las construcciones. 


¿Y qué mensaje quisiera trasmitir a sus coterráneos, en vísperas de  advenimiento de un nuevo año? 


En ocasión del otorgamiento de la sede por el 26, pedí al pueblo que sintieran como suya cada obra y tarea que se gestaba, y más que en lo hecho que se fijara en la gran tarea que teníamos  por delante.  

El mensaje de ahora es de índole casi semejante al que formulamos ante la multitud congregada en la Plaza 11 de Abril poco después de conocerse que se nos había otorgado la sede del 26: los guantanameros podemos aspirar a más y lograrlo porque  la victoria depende en gran medida de nosotros mismos, de hacer  las cosas bien, con orden y disciplina. 

Quisiera de manera muy especial, desearles que tengan un feliz año, con mucha salud, prosperidad en lo personal, familiar y laboral, y que sigan teniendo la misma confianza en el Partido, en Fidel, Raúl y la Revolución, que ha hecho posible, como dijo Martí, que los cubanos vivamos con decoro, dueños de nuestro destino. Le envío un abrazo a todo el pueblo. Y recuerden  que la esencia de nuestro quehacer debe estar signada siempre por la convicción de que en nosotros está la victoria.