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Este es mi Guantánamo


¡Qué orgullosa estás de vivir en tu provincia!, me dijo un colega de la capital cubana. Sí, muy orgullosa, le respondí, Guantánamo, es una tierra maravillosa de gente que construyen y defienden las conquistas de la Revolución.

Rodeada de lomas, ríos que la fertilizan y erigida entre el mar y la montaña, es mi Guantánamo, un pedazo de tierra acogedora de inmigrantes que durante toda su historia matizan a sus moradores: blancos, negros, mestizos, indios... todo un abanico de maneras de vivir y actuar.

Su nombre proviene de la lengua aborigen y quiere decir tierra entre ríos. Situada a unos mil kilómetros de La Habana, capital de Cuba, para unos, es el fin de la Isla, para otros, el comienzo, nada, cola o cabeza del caimán, mi provincia es la única del país, que posee un desimidesierto y otras singularidades geográficas e históricas que la distinguen.

Bañada por las aguas de más de 600 arroyos, afluentes y ríos, entre ellos el Guaso, el Duaba, el Miel y el más caudaloso de Cuba, el Toa, es además, el único territorio cubano donde coinciden tres tipos de climas: el tropical lluvioso, el tropical de sabana y el semidesierto en la franja costera sur.

Entre sus áreas, tenemos el Parque Nacional Alejandro de Humboldt, el cual posee unas 70 mil 680 hectáreas dotadas de paisajes típicos y únicos en el país. Declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, en el maravilloso sitio se encuentra la mayor reserva de la biodiversidad y reservorio de agua potable de la cuenca del Caribe Insular.

En Guantánamo también tenemos a nuestra Baracoa, primera villa fundada en Cuba por el Adelantado Diego Velázquez, allí, en la iglesia, todavía se conserva La Santa Cruz de la Parra, con la cual Fray Bartolomé de las Casas oficiara la primera misa de la que se tiene noticia en el Nuevo Mundo y la única que se conserva de las 29 plantadas por Cristóbal Colón en sus viajes de descubrimiento.

Disímiles particularidades y hechos históricos distinguen a nuestro Guantánamo. Por Duaba, Baracoa, desembarcó el 1ro de abril de 1895, los hermanos Antonio y José Maceo, junto a Flor Crombet, de igual manera, por la zona costera de Imías, pisó tierra cubana José Martí, tras años de exilio acompañado por otros patriotas la noche del 11 de abril de 1895, y cuatro días después, fue ascendido al grado al grado de Mayor General del Ejército Libertador.

Nuestro oriental territorio posee además una de las bahías de bolsa más grandes del mundo y entre sus exclusividades naturales la distinguen el Yunque Baracoa, los Monitongos, de Hatibonico, las terrazas marinas de Maisí, cocoteros de dos troncos, las Polimitas, la rana Iberia, considera entre las más pequeñas del mundo y Zoológico de Piedra, único de su tipo en el orbe.

Hijos ilustres de esta tierra son María Caridad Colón, primera campeona olímpica de Centroamérica en lanzamiento de jabalina y Arnaldo Tamayo Méndez, quien situó el nombre de Guantánamo en el cosmos. También personalidades como el poeta y escritor Regino Eladio Boti, Ángel Iñigo, Rafael Inciarte Brioso, Lilí Martínez Griñán, Elio Revé, Antonio Luisa Cabal, Dayron Robles, Yargelis Savigne, Félix Savón y Driulis González…, una amplia lista de artistas e intelectuales que han colocado el nombre de Guantánamo dentro y fuera de las fronteras cubanas.

Para todo guantanamero, vivir en este pedazo de tierra tiene un significado especial. Muy duro se peleó en las lomas por la defensa de la tierra, cabe mencionar a Lino de las mercedes Álvarez, ejemplo de intransigencia revolucionaria y quien frente a sus apalencados diera el grito de ¡Tierra o sangre!.

Otros son los momentos gloriosos que ha tenido nuestro Guantánamo: la lucha clandestina, el movimiento 26 de julio, las imperecederas acciones del 30 de noviembre y las decisivas luchas durante la guerra de liberación, llevadas a cabo en el territorio por las fuerzas del II Frente Oriental Frank País, bajo el mando del entonces Comandante Raúl Castro.

Así mostramos al Guantánamo verdadero que crece, se construye y defenderemos siempre, el poseedor de grandes logros en la educación, la salud, la educación, el deporte y de los primeros combatientes que llegaron al Congo con el Che, muestra inequívoca de la solidaridad y el humanismo que muestran las huellas de los guantanameros por el mundo.

Este es mi Guantánamo y no la Ilegal Base naval yanqui que mantiene el gobierno de los Estados Unidos en nuestro territorio y ocupa una extensión de 117,5 kilómetros cuadrados y el que encuentran muchos extranjeros cuando al abrir un buscador de Internet, ponen el nombre de mi provincia.

Por eso me jacto cuando digo que soy guantanamera, sí, guajira guantanamera, como la letra de la canción de Joseíto Fernández popularizada por casi todo el mundo. Además, porque estoy orgullosa de mi Guantánamo, de mi natal Aldea, como la calificara Regino Eladio Boti y de sus pobladores, esa gente linda que pasean por sus calles y día a día crean, sueñan y construyen en esta tierra heroica.