Mi
nombre es Juan Fernández Matos y tengo 81 años. Sin embargo, todavía recuerdo los momentos que se vivía en
Cuba cuando antes de 1959 se realizaban las fraudulentas elecciones. Así
me dijo a la entrada de su hogar este guantanamero, cuando le abordé para dialogar sobre las
elecciones antes del triunfo de enero de 1959.
“Aquel
era el tiempo en que los presidentes, concejales y representantes y
presidentes, se olvidaban de toda la gente, periodista, rememora Juan. Los
guardias rurales y los señores hacían promesas que jamás cumplían sino que se
perdían en el aire fresco de los días posteriores a los comicios.
“Recuerdo
que en zonas rurales como Raizú, pueblos y bateyes guantanameros, existía un
cuartel pequeño con dos o tres guardias, ellos tenían la tarea de repartir los
pasquines con las fotos de los postulados. Meses antes de las elecciones,
hacían la propaganda con aquellas falsas promesas que jamás cumplían.
Mi
entrevistado acentuó la idea de que “las
elecciones eran otra forma de represión. La guardia rural, enfatiza, estaba confabulada
con los terratenientes que iban casa por
casa para obligar a los campesinos, en su mayoría analfabetos, a votar por sus
intereses y si no iban, tomaban represalias con ellos, eso lo recuerdo muy bien.
“Existían
los partidos Auténtico, republicano y Liberal, a este último pertenecía el dictador
Fulgencio Batista, revela mi entrevistado. Era un cuerpo que ofrecía muchas
cosas, pero nada facilitaban. Había tanta pobreza, tanta hambre y tanta carencia de asistencia médica que la
situación estaba verdaderamente difícil. Hacía falta la Revolución, pero una
Revolución que diera un giro a todo, como la que nació el 1ro de enero de 1959,
destacó Juan.
Las
injusticias eran atroces, la desigualdad, reinaba. Esta situación, unida al deseo de ver a Cuba
libre de la corrupción de los gobiernos de turno, fue el motor impulsor para
que mi entrevistado de marras se uniera al Ejército Rebelde en el II Frente
Oriental Frank País García y posteriormente se enfrentara a los bandidos
en las lomas del Escambray.
“Antes
del triunfo de la Revolución, vivíamos momentos de desvergüenza política, recalca
Juan. Hoy es totalmente diferente, las elecciones en Cuba constituyen un
acto de democracia participativa donde el pueblo elige a sus candidatos. Aquí
no hay quien nos quite el derecho al voto, podemos postular, a elegir y ser elegidos, podemos cuidar
de nuestros propios intereses, enfatiza.
Para todos los cubanos,
asistir al sufragio es un acto de democracia. Un acto donde las urnas son
custodiadas por los pioneros. El voto en
Cuba es un derecho y un deber cívico y, a diferencia de otros países, no
constituye una obligación jurídica. Es un acto de verdadera voluntad de cambio,
esa que nos legara nuestro Fidel Castro a partir del triunfo del 1ro de
enero de 1959.
“El
día 19 voy a votar tempranito y voy a votar por el pueblo, por Cuba. Voy a
votar porque hoy somos dueños de nuestro propio destino, de nuestro futuro. Este
es el momento de demostrar que la gente SI cree en la democracia cubana. Así
que mi voto, periodista, será por la Revolución, será por Cuba”, acentúa
Juan.