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Mientras millones de inmigrantes siguen siendo perseguidos, expulsados o semiesclavisados en los Estados Unidos y se alarga la infinita espera a una reclamada reforma migratoria en ese país, la Ley de Ajuste Cubano -engendro político cocinado en los sazones de la Guerra Fría-, sobrevive como arma de estímulo a la emigración ilegal desde Cuba y como un irritante privilegio de cara al resto de las comunidades latinas en el imperio del Norte.
Mientras millones de inmigrantes siguen siendo perseguidos, expulsados o semiesclavisados en los Estados Unidos y se alarga la infinita espera a una reclamada reforma migratoria en ese país, la Ley de Ajuste Cubano -engendro político cocinado en los sazones de la Guerra Fría-, sobrevive como arma de estímulo a la emigración ilegal desde Cuba y como un irritante privilegio de cara al resto de las comunidades latinas en el imperio del Norte.
Tal excepción es ahora punto de mira de los truhanes y de quienes
buscan desesperadamente legalizar de alguna forma su estatus en suelo
norteamericano. Hoy se informaba en La Florida de la
desarticulación de una red que vendía falsas actas de nacimiento cubanas
a inmigrantes indocumentados de otras nacionalidades.
La estratagema era hacer pasar por cubanos estos indocumentados, para
que, amparándose en la Ley de Ajuste Cubano de 1966, pudieran obtener
la tarjeta verde de residencia en los Estados Unidos.
La Ley de Ajuste permite que los cubanos que lleguen ilegalmente a
territorio estadounidense puedan permanecer en ese país y solicitar la
residencia después de un año y un día de estancia; algo ni soñado para el resto de los inmigrantes hispanos.
“Esto ha estado sucediendo desde hace varios años”, declaró un
abogado de inmigración de Miami. “Pero el problema se ha hecho más
evidente después de que algunos extranjeros descubrieron la forma de
aprovecharse de la generosidad de la Ley de Ajuste Cubano”.
A la absurdidad le salen fantasmas. De la irracionalidad crecen los
fraudes. Washington debiera pensar mejor en el sentido de una Ley del
pasado que conduce a no pocas muertes en el estrecho de la Florida,
convierte en política barata un tema humano y le provoca no pocos
dolores de cabeza internos.
Vea documental “La agresión migratoria de Estados Unidos contra Cuba”, de los periodistas Ivón Deulofeu y Reynaldo Taladrid