De acuerdo
con la Organización Mundial de la
Salud ( OMS ) y por iniciativa de la
misma, desde el año 1988, cada 31 de mayo se celebra el Día Mundial sin Fumar. La iniciativa surge con el propósito de poner
en primer plano de atención este verdadero flagelo de la salud y contribuir con
ello a la movilización de las comunidades, de las familias en general, en torno
a conceptos preventivos que promuevan una vida saludable.
El tabaquismo es
una de las mayores amenazas para la salud pública que ha tenido que afrontar el
mundo y una de las
adicciones socialmente aceptadas, pese a ser considerada un problema de salud
pública por sus efectos nocivos. De hecho, unas 4 000
sustancias tóxicas, de las cuales más de 60 son cancerígenas, se han
identificado en la combustión del cigarro.
El tabaco
mata aproximadamente a la mitad de sus consumidores, y esta es una de
las mayores amenazas para la salud pública en el mundo. La nicotina, contenida
en el tabaco, es un ingrediente psicoactivo muy adictivo, y deviene uno de los
principales factores de riesgo de varias enfermedades crónicas, como el cáncer
y las enfermedades pulmonares y cardiovasculares.
Disímiles razones conllevan al
hábito de fumar en las personas de cualquier edad, fundamentalmente en los
jóvenes. Unos lo hacen por seguir el mal ejemplo de compañeros de aula, otros
de sus padres, hermanos, de artistas, por querer parecerse a los adultos...o
sencillamente, por experimentar lo novedoso.
La mayoría de los fumadores aunque esto es una decisión totalmente personal, se
creen con el derecho expandir el humo del cigarro encima de quienes le rodean,
y esto no debe ser. No bromeo cuando digo que no me acerco a nadie que fume. Tampoco soporto que fumen
cerca de mí, por ello, es necesario promover el respeto hacia quien no fuma. Hay que respetar
las individualidades.
Aspirar el humo del tabaco provoca la aparición entre otros, de cáncer de
pulmón, nasal, esófago, estómago, páncreas, hígado, riñón, uréter, vejiga. Estas
se asocian a afecciones del corazón, cerebros vasculares, respiratorios y
consecuencias, entre ellas, a empeorar la memoria, retrasa el crecimiento y el
desarrollo sexual, trae dificultades en la apariencia externa y perjudica la
cavidad bucal.
Cuba ocupa el quinto lugar en América Latina
y el Caribe en cuanto a la prevalencia del tabaquismo, siendo mayor la
proporción de hombres que fuman que de mujeres. Además, de las diez primeras causas de muerte en nuestro país, ocho de
ellas tienen una asociación muy fuerte con esta adicción, lo cual constituye un
reto para la población y las autoridades de salud.
Según la OMS, el tabaquismo es uno de
los factores de riesgo de 29 enfermedades, y la principal causa de 10 tipos de
cáncer, de las bronquitis y de más de la mitad de las enfermedades
cardiovasculares. De hecho, el consumo de tabaco, según esta organización,
podría causar para 2015 más de ocho millones de muertes en todo el planeta, y
reducir al menos en 15 años la media de vida de los fumadores.
Datos del Anuario Estadístico de Salud 2015 confirman lo que
desde hace años, una tendencia en la población cubana es la tasa de
mortalidad por enfermedades crónicas no transmisibles,
entre ellas, las enfermedades del corazón ocupan el primer
lugar y le sigue la muerte por tumores malignos. Ambas causas explican que el 49 % del
total de las defunciones del año 2015 tuvo como actor común:
el tabaquismo.
El hábito de fumar es exponerse a una muerte lenta y sigilosa, no sólo para usted, sino también para quienes le rodean. Para dejar el cigarrillo, sólo se necesita fuerza de
voluntad y esa, está solamente en usted. Por lo tanto, medite, y, al
menos hoy, no fumes, pero mañana tampoco.