Fidel Castro recibe a James Carter; el ex Presidente de EEUU a favor de liberar a los Cinco


El ex presidente estadounidense James Carter fue recibido hoy por el líder de la Revolución cubana Fidel Castro y pidió el levantamiento del bloqueo comercial que Estados Unidos mantiene sobre el país caribeño, aseguró la agencia ANSA.

“Pienso que debemos eliminar el embargo”, dijo Carter, y deseó que los estadounidenses puedan viajar a la Isla.

Según AFP, se pronunció también por liberar al contratista Alan Gross, sancionado en Cuba por violar la legislación local, a quien visitó hoy.

También dijo que merecen estar en la Isla los Cinco cubanos presos en EEUU desde hace más de 12 años, con penas exorbitantes tras un juicio lleno de irregularidades en Miami.

Carter se reunió con Fidel en su último día de visita a La Habana.

Con familiares de los Cinco
Según Prensa Latina, en conferencia de prensa en el Palacio de Convenciones, antes de terminar su visita a la Isla, Carter abogó por la eliminación de la ley Helms-Burton, texto que codifica el cerco económico, comercial y financiero de Washington a la isla.

En su opinión, el juicio en Miami a los luchadores antiterroristas, con cuyos familiares se reunió, ha tenido criticas por su carácter confuso, incluso por los propios jueces y por esto llamaba a que fueran liberados.

Fernando González, Antonio Guerrero, Ramón Labañino, René González y Gerardo Hernández cumplen penas que van desde 15 años hasta doble cadena perpetua más 15 años, por penetrar organizaciones terroristas que actúan contra Cuba desde Estados Unidos.

Fidel, un viejo amigo
En sus declaraciones, Carter recordó la reunión sostenida durante esta visita con el presidente Raúl Castro, así como con “viejos amigos” como el líder de la Revolución, Fidel Castro.

El ex mandatario norteamericano rememoró como durante su gobierno trato de mantener buenas relaciones, con la creación de las oficinas de intereses de ambos países para facilitar los vínculos y el levantamiento de restricciones a los viajes.

Al mismo tiempo, se pronunció por la eliminación de Cuba de la lista estadounidense de naciones que promueven el terrorismo, al ser conocida la cooperación entre los servicios de inteligencia de los dos países en contra de actividades terroristas en la región.

Carter admitió que en encuentros con embajadores de naciones latinoamericanas aquí acreditados le expresaron las dificultades para el traslado de fondos de cooperación hacia Cuba por las restricciones bancarias que Washington mantiene, acrecentadas en los dos años de gobierno de Barack Obama.

Al pronunciarse a favor de una mejoría en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, el ex presidente abogó por eliminar todas las restricciones para los viajes de los norteamericanos a la Isla.

Carter manifestó que recibió informaciones sobre los preparativos del Congreso del Partido Comunista de Cuba y de miles de sugerencias hechas por la población para ser incorporadas a los documentos y los acuerdos de ese evento.

La víspera, el ex mandatario fue recibido por el presidente Raúl Castro, con quien intercambió sobre la actualidad internacional y las relaciones entre ambas naciones.

Carter y la delegación que le acompaña recorrieron este lunes el Patronato de la Comunidad Hebrea, donde dialogaron con Adela Dworin, presidenta de dicha Comunidad en Cuba, y Hella Eskenazi, su secretaria ejecutiva.

Posteriormente, se reunió a puertas cerradas por poco más de una hora con el Cardenal Jaime Ortega, Arzobispo de la Habana.

Yoani Sánchez miente a CNN. ¿Mintió a Jimmy Carter? Con seguridad.

Revelan identidad agente cubano infiltrado en proyectos “humanitarios” de EEUU contra Cuba


Las Razones de Cuba, la serie televisiva que se transmite en Cuba cada lunes, ha revelado hoy la identidad del agente Gerardo de la Seguridad Cubana, el Dr. Manuel Collera, quien estuvo infiltrado durante años y logró documentar prueba irrefutables de la manipulación política que hace el gobierno de los Estados Unidos de la supuesta “ayuda humanitaria”.

El Dr. Manuel Collera, cardiólogo infantil, comenta en el programa “Ayudas peligrosas”, que era sistemáticamente contactado por representantes del gobierno norteamericano, quienes le manifestaron abiertamente su interés de revertir el sistema político de la Isla.

El médico, quien fue vicepresiente de la Logia Masónica de Cuba, tenía orientaciones de funcionarios de los EEUU para organizar una red de personas que pudieran recibir medicamentos y otras donaciones, que permitieran ejercer influencias políticas con el objetivo de subvertir internamente la Revolución.

Todo comenzó a finales del año 2000, cuando José Manuel Collera Vento se le acercaron personas procedentes de Estados Unidos que le fueron presentadas por el ciudadano Gustavo Pardo Valdés, vinculado a la Sección de Intereses de Washington en La Habana. Querían “ayudar” al pueblo cubano. Los funcionarios de EEUU estaban siempre presentes en los encuentros con emisarios de las ONGs que enviarían el soporte humanitario.

Hacia el año 2002 ya los nexos de Collera con la canadiense Fundación Donner, utilizada por el enemigo para enmascarar el financiamiento de proyectos subversivos contra la Isla, y la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD), un engendro de la OEA cuyos mayores ingresos proceden de la USAID (sigla en inglés de la Agencia para el Desarrollo Internacional de EE.UU.), eran fluidos.

De alguna manera asistió en reiteradas ocasiones a la SINA junto a directivos de esas ONGs en tiempos de Vicky Huddleston, James Cason y Michael Parmly como jefes de la oficina.

Sus contactos en EEUU fueron Curtin Winsor, un ex embajador de Estados Unidos en Costa Rica que estaba al frente de la Donner; Akram Elías, ex Gran Maestro de la Gran Logia de Washington; Marc Wachtenheim, colaborador de la CIA vinculado a uno de sus oficiales, Rene Greenwald.

Hasta el 2010, Wachtenheim fue el director del Programa Iniciativa para el desarrollo de Cuba de la FUPAD, también receptora del dinero de la Fondo Nacional para la Democracia (NED).

En Cuba, ex Presidente James Carter



James Carter, ex Presidente de los Estados Unidos, está en la isla, invitado por el Gobierno cubano, donde se reunirá con el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

En el Aeropuerto Internacional José Martí, el político estadounidense de 87 años de edad fue recibido por el Canciller Bruno Rodríguez Parrilla.

El ex mandatario norteamericano (1977-1981) dialogará con las autoridades cubanas y cumplimentará un programa que incluye recorridos por lugares de interés histórico y social.

Esta es la segunda ocasión en que Carter visita la Isla; la primera se produjo del 12 al 17 de mayo de 2002, ocasión en que se convirtió en el primer ex Presidente norteamericano que llegaba a La Habana desde el triunfo de la Revolución en 1959.

En 1982, creó junto a su esposa Rosalyn la Fundación Centro Carter, Organización No Gubernamental de carácter humanitario, que ha desempeñado un papel mediador en conflictos internacionales y como observadora en procesos electorales en diversas latitudes.

Próximamente, "Ayudas peligrosas" en Las Razones de Cuba



Próximamente, “Ayudas peligrosas” en Las Razones de Cuba, nuevo documental que demuestra cómo EEUU manipula la supuesta “ayuda humanitaria” al pueblo cubano con fines políticos.

El documental se transmitirá por la Televisión Cubana, en horario estelar. Ofrece información desclasificada por el gobierno cubano sobre la guerra contra la Isla en el ámbito de la Salud Pública.

Julio Antonio Mella: Amor y pasión


El 25 de marzo de 1903 nació Julio Antonio Mella, una de las figuras más avanzadas en el pensamiento político latinoamericano de inicios del siglo XX y líder comprometido con la defensa de los ideales más puros del pueblo cubano.

La Universidad de La Habana y sus aulas, fueron su primer campo de batalla y si bien desde ese escenario emprendió la vida política, no fue este sitio el único terreno donde dejó su huella como organizador y guía.

Importantes responsabilidades lo vincularían definitivamente al quehacer revolucionario y justo es en ese espacio estudiantil donde inició su lucha política, cuando en el año 1922 estalló la reforma universitaria en Cuba.

Las ideas de Mella trascendieron los marcos del recinto universitario y entonces se vincula a la Liga Antiimperialista de las Américas, importante instrumento de lucha en ese momento histórico y del que se convierte en fundador en 1925.

Su incesante crítica a los males sociales engendrados por el dictador Gerardo Machado y la corrupción administrativa de su gobierno, condicionaron su expulsión de la Universidad de La Habana.

El acecho le hizo buscar refugio en México, y desde allí, persistió en su actividad política, de esta menera se convierte en miembro del Comité Ejecutivo de la Liga de las Américas y del Partido Comunista de ese país.

Movido por el concepto de que todo tiempo futuro debe ser mejor y fiel a los preceptos martianos, la acción luchadora de Julio Antonio Mella despertó multitudes y sumó voluntades en el camino hacia una sociedad justa.

El legado político de aquel joven alto, impetuoso, al que no pudieron silenciar su ejemplo en las aulas universitarias, en talleres, fábricas y quien fuera todo amor y pasión, guió a generaciones de cubanos que, años más tarde llevaron a cabo la gesta que llevó a Cuba a la plena soberanía.

Las razones ciudadanas de Cuba



Por: Enrique Ubieta Gómez

Nosotros con Fidel. Ellos con Obama, o con Bush o con el que venga. Nosotros: un país con toda su diversidad y riqueza; ellos: un cibercomando, con toda la falsa unanimidad y la unicidad de las acciones pagadas. Ayer se exhibió en la televisión cubana el capítulo sobre la ciberguerra de la serie “Razones de Cuba”.

Unas horas antes habló Obama en Chile, con escaso apoyo a sus palabras, sobre los “derechos ciudadanos” de los cubanos, y unas horas después los cibermercenarios colgaron su video “Razones ciudadanas”. Hoy Fidel comenta, divertido, las palabras de Obama: “Cuando el Presidente miró ansioso al público tras mencionar a la pérfida Cuba, esperando una explosión de aplausos, hubo un glacial silencio.

A sus espaldas, ¡ah, dichosa casualidad!, entre las demás banderas latinoamericanas, estaba exactamente la de Cuba. Si se volteaba un segundo sobre su hombro derecho habría visto, como una sombra, el símbolo de la Revolución en la Isla rebelde que su poderoso país quiso, pero no pudo destruir”.

En sus alegatos, los mercenarios abusan de un léxico seudo-académico que mal entremezcla conceptos y frases aprendidas de corrido, pero basta con que se escarbe un poco en ese ciberlenguaje “ciudadano”, para que encontremos las verdaderas razones: ellos no reclaman la pertinencia de una sociedad más participativa –aspiración del socialismo--, sino el supuesto derecho a derrocar un Gobierno revolucionario y de cobrar por ello.

La Revolución exige el suyo: no dejarse destruir. Yoani simula “distanciarse” de las ideologías y de las instituciones (nacionales, claro), pero inmediatamente asegura que el gobierno teme que se repita en Cuba lo que ocurrió en el Norte de África.
¿Por qué cree que el Estado cubano debe temer? Aunque Yoani y sus mentores sobreestiman el papel de Internet –y subestiman el de los pueblos--, es cierto que los internautas árabes de clase media usaron sus redes para llamar a la sublevación, pero ¿es ese el concepto CIA de libertad ciudadana? En Cuba podrían disponer de Internet, pero nunca del pueblo.

¿A qué se refieren cuando hablan de creatividad ciudadana? No piense el lector en proyectos culturales o ideas sociales diversas, la “creatividad”, la “independencia” a la que se refieren, es univalente: estar contra la Revolución, a favor del regreso de Cuba al capitalismo dependiente. Toda la diversidad humana es reducida por los cibermercenarios a un único tópico: ser contrarrevolucionarios.

Hernández Busto lo confiesa alegremente --¿por qué no hacerlo si habla con fascinación de su encuentro con Bush?--: “Soy, en efecto, un contrarrevolucionario por convicción”, dice y declara solemnemente que no recibe financiamiento de nadie. Pero confiesa: “Paso buena parte del día viendo noticias y editando textos”. No sé si tendrá que rendir cuentas a “alguien” o a “algo”, como supone que hacen otros, pero estoy seguro que en Barcelona tiene que pagar cuentas: y el dinero no crece en macetas. Su encuentro con Bush no es uno más de los que supuestamente sostiene con personajes de la derecha internacional, como sugiere: ambos piensan muy parecido, al menos, en un punto.
“Mi opinión más íntima sobre la situación cubana es que una intervención militar de Estados Unidos sería la manera más rápida y productiva de acabar con el castrismo”, afirma sin sonrojarse. Quizás Yoani, que habló en uno de sus post sobre una probable breve noche de cuchillos largos en Cuba, porque hay “gente esperando, con el palo o la navaja bajo la cama para un día poder usarlos”, considere que la invasión es una excelente “iniciativa ciudadana”.

Solo un país alberga todas las iniciativas, toda la creatividad de su gente –sobre todo, un país que educó a sus ciudadanos en el concepto revolucionario, fidelista, de “leer, no de creer”, que abolió el analfabetismo y elevó el promedio general de instrucción al noveno grado, que produjo un millón de profesionales--; por eso el cibermercenarismo no cabe en el disfraz ciudadano: ellos son una sola idea, un solo propósito, una única obsesión, el derrocamiento de la Revolución, sin que siquiera exista un proyecto verdaderamente alternativo.

Todos los supuestos colores del arcoiris se reducen al gris de las tormentas, como los post de Yoani, con rayos y truenos de tramoya. Hablan de redes horizontales, no jerárquicas –algo que solo es posible a nivel social, no de sectas--, y sin embargo, a veces los tweets de Yoani aparecen si que ella los escriba, o se entera del contenido de videos que supuestamente ha distribuido, después que “alguien”, jerárquicamente superior, los cuelga. Ella tiene una relación “difícil” con los yumas.

No existe una contrarrevolución vieja y otra nueva: es la misma, la que vive de su negocito desde los lejanos años 60. Y habría que preguntarse si realmente esa obsesión es auténtica, si de verdad las Yoani, y los Hernández Busto –al igual que los capos de Miami, los del Big Five, que tanto agradó al segundo--, quieren que la Revolución desaparezca.

Tal como están las cosas, Yoani ya acumula medio millón de dólares. ¿No querrá acaso que la Revolución se mantenga al menos una década más, para sobrepasar el millón? Y Ernestico, ¿podría sobrevivir “mirando noticias y editando textos” en su casa, si la Revolución no existiese?, ¿qué harían con sus vidas? Esta gente sí que tiene iniciativa ciudadana.

“Ciberguerra”, de la serie Las Razones de Cuba (Partes 1 y 2)

"Ciberguerra", en Las Razones de Cuba 1/2


"Ciberguerra", en Las Razones de Cuba 2/2