La obra, ejecutada por alrededor de 500 trabajadores se extiende sobre un tramo de 6 kilómetros desde el puente Las Guásimas, en Veguita del Sur, hasta El Mirador, sitio ubicado en el Alto de Cotilla, punto desde donde en días claros puede observarse el Caribe y la mar de la costa Norte de Cuba.
A pesar de la importancia capital que tiene esta obra para el municipio de Baracoa y sus habitantes, la obra está enclavada en territorio de Imías y en su ejecución sobre la brava montaña de hasta 450 metros de altura sobre el nivel del mar se utilizaron lozas de hormigón de 20 centímetros de espesor.
La Farola tiene seis metros de ancho y donde el terraplén no alcanzaba tal medida se levantó el viaducto sobre el precipicio, con vigas y pilotes de hormigón prefabricados, elementos por primera vez utilizados en Cuba en una obra ingenieril de tal clase.
El proyecto original del viaducto en la loma de La Farola, fue de Maximiliano Isoba y hoy constituye una obra que abre la ventana de Baracoa al mundo y cautiva a nacionales y extranjeros desde sus aceras, parqueos y miradores, por estar reconocida entre las Siete Maravillas de la Arquitectura Cubana.
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