Cuando dentro de unos días los cubanos estemos nuevamente frente a las urnas, quienes estamos acostumbrados a este ejercicio y otros que al arribar a 16 años,harán uso de ese derecho por primera vez, quizás no entiendan por qué Cuba se ha convertido en blanco de acusaciones en torno a su sistema político y las elecciones, verdadero ejercicio de democracia.
Hay que ser completamente ciegos, como es el caso del gobierno de los Estados Unidos, para no concebir por qué en la Cuba de hoy, independientemente de que el voto no es obligatorio, más del 95 por ciento de los ciudadanos ejercemos el derecho al sufragio.
Tampoco pueden comprender el por qué de tan alta asistencia popular en el proceso, sin que se le retribuya dinero alguno a cambio. Me pregunto ¿quienes obligan a los vecinos en el barrio a participar en las asambleas y a proponer directamente a los candidatos? y ¿quienes a elegir a quienes deseen por su propia voluntad?
Ellos son, los vecinos en el barrio, quienes propusieron a sus representantes en las Asambleas de base en cada circunscripción, a quienes conocen de su quehacer cotidiano, espíritu de sacrificio y moral revolucionaria. En ningún caso despuntaron entre los nominados la tenencia de dinero, ni de propiedades particulares, sino el mérito, las virtudes, la dignidad y la capacidad para representar a su pueblo en un proceso de total transparencia.
Cada cubano mayor de 16 años de edad, tiene derecho a ejercer el sufragio, a proponer y nominar, a ser propuesto, a ser nominado. Para ello no tiene necesariamente que militar en las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas ni en las del Partido, tampoco tiene que tener un título universitario, solo tiene que ser, sencillamente un ciudadano cubano.
En estos momentos, ya están generalizadas en las circunscripciones, las fotos y biografías de los candidatos a delegados a las Asambleas Municipales del Poder popular y las listas de electores para que patenticen sus datos con vista a los sufragios del venidero 25 de abril.
Ahora es la oportunidad para que los cubanos escalemos un paso más en el pleno ejercicio del derecho ciudadano y se estampe nuevamente las diferencias entre la democracia en Cuba y la de otros sistemas electorales del universo.