Pocas veces se tiene la oportunidad de compartir con un líder de tan alta estatura moral y ética como la del Comandante en jefe Fidel. Sin embargo, este es un privilegio que tenemos los cubanos, orgullosos de sabernos queridos y cercanos a uno de los grandes de la historia.
Con orgullo recordamos al gigante de verde olivo, al artífice de la Revolución Cubana, al estadista brillante, al portador de una imponente personalidad y una sabiduría que perdurará en todos los hombres de Cuba, Latinoamérica y del mundo. Fidel, se te quiere y admira en Cuba y más allá de las aguas que bañan este verde archipiélago.
Estás en todas partes: en el aire, en el agua, en el fuego, en el amor. Estás a punta de pluma avisando al soldado donde poner la mira, diseñando un parque de diversiones para los niños o inaugurando una escuela casi pegada al mar, pero ahí, junto a tu pueblo.
Y es que nadie como tú has sido capaz de cargar con tantos sueños y ponerlos al alcance de la mano. Nadie como tú, has conducido los destinos de un pueblo que tiene la osadía de defender su propio destino, fuiste tú quien nos enseñó a ser audaces, única manera de ser libres.
Eres, Fidel, el mentor de un pueblo y al mismo tiempo, su discípulo más extraordinario y parte indisoluble de la historia de la humanidad. Eres verbo constante del padre nuestro latinoamericano. Eres luz, épica y canción, presente y futuro, precepto y principio.
Con tu ejemplo, iluminas el rostro de todos los cubanos, para acrecentar la valía de un hombre como tú, despojado de linaje alguno, por esta razón, no dejarás de ser jamás, nuestro eterno Comandante guerrero. Hoy tu voz, cual bastión inquebrantable, nos prepara para desafiar las realidades. A ti, el Fidel del Moncada, del Granma, de la Sierra, de Playa Girón, el mentor de la Batalla de Ideas, te agazajamos en tu 90 cumpleaños.
Eres, Fidel Castro Ruz, el eterno soldado de las ideas, una de las figuras más importantes del siglo XX y parte del XXI, el líder de la Revolución Cubana, el acérrimo luchador por la liberación de los pobres del mundo. Por eso hoy te recordamos como al niño nacido en Birán aquel 13 de agosto de 1926, como al hombre cuyo paso por la vida lo convirtió, por derecho propio, en Comandante en Jefe de la Revolución Cubana. Y este es el motivo por el cual sobran más de 90 razones para que nuestro Fidel, esté entre nosotros.
