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Votar por Cuba es...


Hoy es un día histórico porque Cuba convoca. Hoy llama a la unidad de  su  Revolución y su continuidad. Por eso voté  por Cuba, voté  porque mantengamos los derechos  a la vida y para ejercerlos a plenitud. Voté por el futuro de nuestros hijos, por la dignidad, la entereza, por la fuerza de la razón.

Votar por Cuba es otra muestra de apego a mi Revolución y a los líderes históricos. Es reafirmar ante el mundo la democracia de nuestro proceso electoral, que nace justamente en el barrio, porque es el pueblo quién decide el presente y el futuro de nuestra nación.

Votar por Cuba es un privilegio, es votar por los principios éticos y morales, es votar por la vida, por la paz, por la justicia, por la hermandad, por la sensibilidad humana. Y  este acto del sufragio nos hace fuertes, íntegros para poder  decidir por nosotros mismos  el futuro de la Patria con la dignidad heredada de tantas y tantas generaciones  de cubanos.


Votar por Cuba es gritarle a todo el mundo que  avanzamos  y seguiremos   avanzando por el camino de perfeccionar una sociedad construida por  hombres y mujeres. Es gritar que seguiremos defendiendo el futuro de una nación que apuesta  cada día  por un mundo mejor para todos los hombres de la Tierra.

Votar por Cuba es  garantía para que en las asambleas del Poder Popular esté representada toda la sociedad cubana. Es votar por mantener nuestras conquistas sociales, por tener la educación y la salud garantizada, sin distinción de raza, sexo, creencias religiosas o filiaciones políticas. 

Votar por Cuba es  asegurarnos de que  jamás retornen a la Isla la  corrupción, los desalojos, el robo, para que se nos devuelva el territorio ilegal de la Base Naval yanqui ubicada en Guantánamo, para que se acabe el bloqueo.  Por eso hoy voté por Cuba.

Elecciones en Cuba: ejercicio de pueblo, derecho constitucional y deber cívico

A solo unas horas del 11 de marzo,  más de ocho millones de cubanos iremos a las urnas para elegir a los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y los delegados a las Asambleas Provinciales. Ese momento será un ejercicio de democracia participativa y el reflejo de la unidad del pueblo en torno a la Revolución y al socialismo que defendemos.

Las elecciones en Cuba tienen como protagonistas al pueblo, que es quien nomina desde cada comunidad al mérito, al compromiso, al valor.  De hecho, aparecen en las boletas personas del barrio, de centros laborales y organizaciones de masas a todos los niveles, todos con una excelente trayectoria.


Cada cubano mayor de 16 años de edad, tiene derecho a votar, a proponer y nominar, a ser propuesto y a ser nominado.  El proceso electoral cubano se caracteriza por un diálogo sincero y cara a cara entre los candidatos y el pueblo.

Por tanto, en nuestro país,  votamos porque somos y seremos un pueblo en Revolución que gobierna y conduce su destino, un pueblo donde las urnas están custodiadas por pioneros y este hecho, da tranquilidad del suceso, y lo convierte en autoridad electoral.


Estas elecciones, son las primeras después de la desaparición física del Comandante en Jefe Fidel Castro. Sin embargo, su presencia histórica nos acompañará por  toda Cuba, para mantener la unidad por todos y para el bien de todos que como dijera nuestro héroe nacional José Martí.


El voto es un derecho y un deber. Mañana frente a las urnas, ratifiquemos nuestro compromiso con el futuro del país y será la garantía de seguir manteniendo los sueños de hombres y mujeres que, al precio de sus vidas, fraguaron la sociedad que hoy disfrutamos.

Elecciones en Cuba: un proceso de pueblo



 
Este 26 de noviembre, más de ocho millones y medio de cubanas y cubanos estaremos frente a las urnas para elegir a los delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular. Ese día, los que estamos acostumbrados a este ejercicio y quienes lo hacen por vez primera a 16 años, percibiremos una vez más, porqué en Cuba el proceso eleccionario es un ejercicio de democracia.

En Cuba, cada ciudadano mayor de 16 años de edad, tiene derecho a ejercer el sufragio, a proponer, a nominar, a ser propuesto, a ser nominado... También tienen que haber residido en el país por dos años continuados y gozar de capacidad jurídica y mental, además de presentar el documento de identidad.

Cualquiera puede elegir a su candidato desde sus barrios y comunidades, en  asambleas públicas. Sólo basta levantar la mano y exponer las  razones por las cuales lo selecciona  su candidato. Para ser nominado no es requisito indispensable integrar las filas del Partido, ni de la juventud, tampoco media la tenencia de dinero, ni de propiedades particulares, sino el mérito.

Un candidato a delegado tiene que tener sobre todo, las virtudes, la capacidad y el compromiso de representar a su pueblo en un proceso de total transparencia. Tienen como misión además, apoyar la participación de sus conciudadanos en los procesos de dirección de la sociedad, y como deber, rendir cuenta periódicamente a sus electores sobre los resultados de su encargo. Deben de convertir estos  encuentros en un espacio de comunicación.

En Cuba el sistema electoral es el que decide la mayoría de los cubanos porque es el pueblo el verdadero dueño del proceso.  Y esto sucede porque somos y seremos un pueblo que gobierna y  conduce su destino, un pueblo en Revolución. Por eso, el voto que ejercerán los más de ocho millones y medio de cubanos por su candidato, vale.

Las elecciones en Cuba, no es más que la ocasión para escalar otro paso más en el pleno ejercicio del derecho ciudadano. Es además, una mejor manera de hacer competente nuestro sistema político, nuestra democracia y, por ende,  nuestro sistema social y económico.

El voto es libre y secreto, es un deber cívico,  no como una obligación jurídica, cuyo incumplimiento derive responsabilidad.  Por lo tanto, frente a las urnas, marcaremos con una  X a nuestro candidato con la mayor responsabilidad y lo porque con ello  decidimos el presente y el futuro del barrio, de la provincia y del país. Con nuestro voto, demostremos una vez más, que las elecciones en Cuba es un proceso del Pueblo.

Elecciones en #Cuba: Una cita con la democracia




Este domingo 19 de abril, cuando más de ocho millones de cubanas y cubanos estemos frente a las urnas, para elegir  a los delegados  de las Asambleas Municipales del Poder Popular, quienes estamos acostumbrados a este ejercicio y otros que lo hacen por vez primera al arribar a 16 años, quizás no entiendan por qué Cuba se ha convertido en blanco de acusaciones en torno a su sistema político y a las elecciones, verdadero ejercicio de democracia.

Tampoco pueden comprender el porqué de tan alta asistencia popular en el proceso, sin que medie dinero alguno. Me pregunto ¿quiénes obligan a los vecinos en el barrio a participar en las asambleas y a proponer directamente a los candidatos?, ¿quiénes a elegir a quienes deseen por su propia voluntad?
Para este proceso democrático, los vecinos en el barrio propusieron a sus representantes en las Asambleas de base en cada circunscripción, y los propusieron porque conocen de su quehacer cotidiano, su espíritu de sacrificio y moral revolucionaria.  

En ninguno de los casos despuntaron entre los nominados la tenencia de dinero, ni de propiedades particulares, sino el mérito, las virtudes, la dignidad y la capacidad para representar a su pueblo en un proceso de total transparencia.

Cada cubano mayor de 16 años de edad, tiene derecho a ejercer el sufragio, a proponer y nominar, a ser propuesto, a ser nominado. Para ello no tiene necesariamente que militar en las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas ni en las del Partido, tampoco tiene que tener un título universitario, solo tiene que ser, sencillamente un ciudadano cubano.


Hoy todos los cubanos tenemos una cita con la democracia. Por ello, el voto que ofrecerán hoy los más de ocho millones de cubanos por su candidato, vale. La decisión que tomemos con la cruz que marquemos en la boleta, es muestra de que hacer mejor nuestro sistema social y económico, es también hacer mejor nuestro sistema político, nuestra democracia y, por ende,  toda la obra de nuestro Socialismo.


Las elecciones en Cuba, es la oportunidad para que todos los cubanos escalemos un paso más en el pleno ejercicio del derecho ciudadano. Por lo tanto, marquemos con una  X a nuestro candidato con la mayor responsabilidad, como quien está decidiendo el presente y futuro del barrio y del municipio. Con ello, demostremos una vez más que con las elecciones en Cuba es un ejercicio del pueblo.

Un domingo diferente para Iracema


Por: Yanela González y Raisa Martín

El domingo fue completamente diferente para la guantanamera Iracema Hernández Martínez, de 16 años, quien es parte de los más de 13 mil jóvenes guantanameros que asistieron por primera vez a las urnas, este 25 de abril en los comicios parciales convocados por el Consejo de Estado, para elegir a los delegados que nos representarán en las Asambleas Municipales del Poder Popular.

“Me levanté bien tempranito para estar entre las primeras en votar”- expresa con firmeza la joven, mientras repasa junto a su abuela, Nancy Destrade, algunas reflexiones del Comandante en Jefe, Fidel Castro, sobre el proceso electoral cubano.

Para que jóvenes como Iracema pudieran ejercer su derecho al voto, sin ningún contratiempo, se ultimaron los detalles en los colegios electorales de la provincia de Guantánamo como el No 4, ubicado en la escuela Félix Varela, perteneciente a la circunscripción 36, del área centro en la ciudad capital.

“Esos jóvenes que votaron por primera vez- explica Sayuri Ponz, Presidenta de la mesa electoral- recibieron las nociones precisas sobre los pasos a seguir en el momento de la votación, les enseñamos que sólo deben marcar una equis por un único candidato, de lo contrario se invalida la boleta, y aunque su decisión es muy personal, les hemos orientado sobre la importancia de elegir al más capaz y con más méritos para ser delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular.

Iracema, quien ya cumplió los 16 el pasado mes de diciembre, adelanta sus tareas escolares, ayuda a su abuela en las labores del hogar y deja todo listo para que mañana nada demore su presencia frente a las urnas. “Saber que mi voto cuenta, me hace sentir más adulta, más madura y, sobre todo, más comprometida con mi país y su futuro”- expresa la joven, visiblemente emocionada.

Los jóvenes que como Iracema votaron por vez primera, acudieron a las urnas como electores, para contribuir a consolidar la democracia socialista al elegir a los mejores y más capaces para que los representen ante el máximo órgano de Gobierno como delgados de circunscripción.Así, demostraron una vez más la transparencia del sistema electoral cubano, en medio de la absurda campaña mediática contra la isla.

Elecciones en Cuba: Verdadero ejercicio de democracia

Cuando dentro de unos días los cubanos estemos nuevamente frente a las urnas, quienes estamos acostumbrados a este ejercicio y otros que al arribar a 16 años,harán uso de ese derecho por primera vez, quizás no entiendan por qué Cuba se ha convertido en blanco de acusaciones en torno a su sistema político y las elecciones, verdadero ejercicio de democracia.

Hay que ser completamente ciegos, como es el caso del gobierno de los Estados Unidos, para no concebir por qué en la Cuba de hoy, independientemente de que el voto no es obligatorio, más del 95 por ciento de los ciudadanos ejercemos el derecho al sufragio.

Tampoco pueden comprender el por qué de tan alta asistencia popular en el proceso, sin que se le retribuya dinero alguno a cambio. Me pregunto ¿quienes obligan a los vecinos en el barrio a participar en las asambleas y a proponer directamente a los candidatos? y ¿quienes a elegir a quienes deseen por su propia voluntad?

Ellos son, los vecinos en el barrio, quienes propusieron a sus representantes en las Asambleas de base en cada circunscripción, a quienes conocen de su quehacer cotidiano, espíritu de sacrificio y moral revolucionaria. En ningún caso despuntaron entre los nominados la tenencia de dinero, ni de propiedades particulares, sino el mérito, las virtudes, la dignidad y la capacidad para representar a su pueblo en un proceso de total transparencia.

Cada cubano mayor de 16 años de edad, tiene derecho a ejercer el sufragio, a proponer y nominar, a ser propuesto, a ser nominado. Para ello no tiene necesariamente que militar en las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas ni en las del Partido, tampoco tiene que tener un título universitario, solo tiene que ser, sencillamente un ciudadano cubano.

En estos momentos, ya están generalizadas en las circunscripciones, las fotos y biografías de los candidatos a delegados a las Asambleas Municipales del Poder popular y las listas de electores para que patenticen sus datos con vista a los sufragios del venidero 25 de abril.

Ahora es la oportunidad para que los cubanos escalemos un paso más en el pleno ejercicio del derecho ciudadano y se estampe nuevamente las diferencias entre la democracia en Cuba y la de otros sistemas electorales del universo.

Más de 13 mil jóvenes en Guantánamo ejercerán por primera vez su derecho al voto

Unos 13 mil 662 jóvenes guantanameros que arriban este 2010 a los 16 años de edad ejercerán su derecho al voto por primera vez en los comicios parciales convocados por el Consejo de Estado, para elegir a los delegados que nos representarán en las Asambleas Municipales del Poder Popular, el próximo 25 de abril.

Así informó Alfredo Torres Pineda vicepresidente de la Comisión Electoral en Guantánamo, quien precisó además que esa cantidad, corresponde a jóvenes que cumplieron ya los 16 o los cumplirán en el periodo que media desde los anteriores comicios hasta el propio domingo 25 de abril de este año, día señalado para la primera vuelta de las elecciones.

Los jóvenes que votan por vez primera, acudirán a las urnas como electores, contribuirán a consolidar la democracia socialista al elegir a los mejores y más capaces para que los representen ante el máximo órgano de Gobierno como delgados de circunscripción.

Torres Pineda expresó la certeza de que en estas elecciones de virtudes, méritos y capacidad, el pueblo sabrá reconocer las cualidades y posibilidades de sus jóvenes, así como la oportunidad para mostrar sus cualidades, civismo, pujanza, protagonismo, conciencia y compromiso real con los destinos de la patria socialista.