La televisión cubana trasmitió programa especial donde cuatro testigos, ciudadanos mexicanos, revelan las orientaciones y el financiamiento recibido para efectuar una operación subversiva contra la Isla, la que tenía el propósito desestabilizar la Isla, durante la visita de Su Santidad Benedicto XVI, o al menos aborta su visita. La orden era ocupar las iglesias, y cada participante recibiría 500 dólares.