Desde el año 1988, cada 31 de mayo y por iniciativa de la
Organización Mundial de la Salud, OMS, se celebra el Día Mundial Sin
Tabaco. El objetivo esencial de esta Jornada es mostrar la importancia
de la lucha contra esta epidemia, principal causa de muerte prevenible
en el mundo y sin embargo, una de las adicciones socialmente admitidas.
El acto de fumar es perjudicial para cualquier persona, sin
distinción de sexo, edad, raza, cultura y educación, con incidencia
además, para el fumador activo y el pasivo. Inhalar el humo del
cigarrillo es muy dañino durante el embarazo, lo cual trae consigo
consecuencias fatales para los niños, quienes innecesariamente están
expuestos a ello.
Según la OMS el tabaquismo es uno de los principales factores de
riesgo de 29 enfermedades. Es la principal causa de 10 tipos de cáncer,
entre ellos el pulmón, seguido por el de próstata en el hombre, el de
colon y el de mama en las mujeres. También origina las bronquitis y de
más de la mitad de las enfermedades cardiovasculares.
Cuba ocupa el tercer lugar con mayor índice de tabaquismo en América Latina, en cuanto a
la prevalencia de esta adicción, como posibilidad real contra el cáncer
más allá de los tratamientos medicamentosos. Sin embargo, la conducta a
seguir para alejarse de este vicio depende en buena medida del propio
individuo.
El tabaco es una amenaza para el desarrollo. Así dice el lema de la
Campaña este año 2017. Y no solo peligro el desarrollo, sino que este
flagelo provoca grandes perjuicios para la sociedad de manera general
fumadora o no. Por lo tanto, no basta un día al año para hacer el llamo a
erradicar dicho hábito.
Es trascendental la acción cotidiana de los activistas, de los
médicos y otros profesionales de la salud. También se impone narrar con
la crudeza necesaria, hechos que revelen que el asesino que cobra
tantas vidas, sigue actuando impunemente con el consentimiento de sus
víctimas. El tabaco es el único producto legal que mata hasta la mitad de sus consumidores.
El hábito de consumir cigarrillos, es
mostrarse a una muerte lenta y solapada donde el enemigo actúa de manera
silenciosa. Y sí, aunque reconocemos el esfuerzo colosal de los
fumadores para vender la adicción, los resultados son mayores pues
regalan años de vida. Para acabar con este vicio, sólo se necesita
fuerza de voluntad y esa, la tienes tú. Por lo tanto, echa a un lado el
cigarro y no dejes que te gane, véncele.