Este 7 de abril hubieses celebrado tus ochenta y cinco años, sin embargo, no has
dejado de nacer, de vivir, de amar. Tu ejemplo permanece junto a nosotros
en la mirada de la mujer trabajadora, la joven estudiante, la niña de
los círculos infantiles, las maestras, científicas y obreras que salen a
las calles llenas de sueños a conquistar resultados en cualquier
profesión. Hoy guardamos de Vilma Espín Guillois, el más dulces de los recuerdos.
La heroína del llano y de la Sierra, de la
clandestinidad, la artífice de la emancipación de las mujeres cubanas,
Vilma Espín Guillois, había nacido en Santiago de Cuba el 7 de abril de
1930. A quien antes de 1959 burló a muchos de la tiranía batistiana con astucia e inteligencia en las calles de Santiago querido, la identificaba su ardiente deseo por la superación, la
simpatía, el intenso amor a la justicia y la modestia, valores sólidos que se forjaron desde muy
temprano.
Caracterizar su obra es una tarea fácil pero difícil a la vez. Era aparentemente fácil porque sabemos cuánto hizo por
la Revolución, por las mujeres, por los niños. Sin embargo, es difícil
porque cómo comprender de dónde sacaba fuerzas para proponer ideas, materializar sueños, organizar y apoyar cualquier tarea. Su voz delicada y firme, era acompañada por su limpia sonrisa, atributos suficientes para reclamar con seguridad y amor, en el escenario que fuera, el derecho e igualdad de la mujer dentro de la
sociedad.
Y es que ninguna forma de
discriminación le era ajena a Vilma, de ahí que por su protagonismo, nacieran las Casas para niños
sin amparo filial, las Casas de Orientación a la Mujer y la Familia, el
Centro Nacional de Educación Sexual, la creación de los círculos
infantiles y la defensa del vínculo de la mujer a las tareas de la defensa
del país.
Hoy ya no estás físicamente entre nosotros, pero tienes, en este tu
pedazo de tierra, un cálido abrigo, ese que sólo ofrecen los hogares a
quienes regresan para siempre y por siempre. Eres, Vilma Espín Guillois, presencia en cada mujer cubana, fiel compañera, eterna combatiente, ejemplo de federada, rebelde,
educadora, guía y madre de generaciones de cubanas.