Este 10 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Ciencia para la
Paz y el Desarrollo. Celebrada hace 14 años, la fecha tiene como fin
persistir en el encargo asumido por la Conferencia Mundial sobre la
Ciencia, celebrada en Budapest en 1999, auspiciada por de la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura y el Consejo Internacional de Uniones Científicas.
El lema de este año es “La ciencia al servicio de un futuro
sostenible”. Esta es la razón para que este día los amantes de la paz
dirijamos nuestros esfuerzos en aras de que la ciencia dé una mirada
positiva a la producción de alimentos, la defensa del planeta y así
colmar su brecha con la sociedad.
Cada avance científico conlleva al compromiso de los autores y de
quienes se benefician con ello. Por tanto, está en manos de cada persona
suscitar buenos hábitos y valores positivos a favor de la paz como
único camino para que la humanidad viva y se desarrolle tranquilamente.
Las últimas décadas han registrado adelantos antes no conocidos de la
ciencia y la tecnología a nivel mundial, y Cuba, país donde es prioridad
que cada descubrimiento científico se convierta en un compromiso con la
humanidad, no está ajena a esta realidad.
La ciencia y los científicos desempeñan una labor trascendental en la
creación de sociedades sostenibles. Por ello, es puntual comprender el
panorama científico mundial y estudiar las fuentes necesarias para
conocer todo lo referente al cuidado de los recursos hídricos, la
protección del medioambiente y, con ello, enfrentar al cambio climático.
El desbordamiento de los ríos, la presencia de ciclones, la sequía,
derrumbes… devienen asuntos neurálgicos a nivel mundial. Dicha realidad,
ha llevado al gobierno y al Estado a diseñar estrategias para proteger
la agricultura, reducir los peligros de catástrofe y diversificar las
fuentes de energía.
Y este es el llamado a todos los sectores de la sociedad cubana: hacer
un mayor esfuerzo para incrementar el avance científico y tecnológico
desde y fuera de las aulas. La invitación, además, está en promover
iniciativas que nos permitan ser cada día más competitivos en un mundo
altamente científico, situar a la ciencia en Cuba al servicio de un
futuro sostenible.