Por Raisa Martín Lobo
El 20 de mayo de 1902 marcó un nuevo
período en la historia de nuestro país. Este día, surgía una República caracterizada
por la corrupción político administrativa
de las clases en el poder, la explotación, la persecución de los grupos
progresistas, vicios que fueron eliminados
definitivamente con el triunfo de la
Revolución el 1ro de enero de 1959.
Para
los cubanos está muy claro el hecho de que no aspirábamos a tener aquella de sociedad. Y no la anhelábamos porque sencillamente no
era el país por el que tanto había luchado Carlos Manuel de Céspedes desde que
el 10 de octubre de 1868 se lanzara a la guerra por la independencia de Cuba, ni la que había pensado José Martí tras la victoria sobre el coloniaje
español. El gobierno cubano se propuso tras el triunfo del 1ro de enero de 1959, hacer realidad el programa del Moncada y con ello, se resolvieron de inmediato los problemas fundamentales que tenía el país: el de la tierra, la la vivienda, industrialización, el desempleo, la educación y de la salud del pueblo. Así comenzó un proceso de sustitución de la propiedad privada por la estatal, con el propósito de beneficiar las grandes mayorías en detrimento de la gran burguesía que ostentaba el poder económico.
En mi caso particular, sólo he conocido una República, la que me enseñaron mis maestros de Historia, esa que nació aquel 1ro de enero de 1959 abonada con la sangre de la generación del Centenario y liderada por el joven abogado Fidel Castro, esa República fraguada en el Moncada, la lucha contra Bandidos, en la Sierra Maestra y en la lucha clandestina.
No conozco otra República que la única que vivo y hoy viven mis hijos, la que nació el 1ro de enero de 1959, la de la bandera tricolor, la que defendimos en Playa Girón, en la Lucha contra Bandidos.... No conozco otra Cuba que no sea la que mira hacia el futuro y lucha por mantener sus conquistas sociales en estos más de 50 años de verdadero poder revolucionario.
Hoy avanzamos dotados de los valores éticos y morales inculcados por nuestros padres y maestros, quienes dejaron una impronta para llevarnos a la victoria de enero de 1959. Muestra de ello, son las previsiones de nuestro guía Fidel Castro en su alegato histórico la Historia me Adsorberá, que se han hecho realidad y se materializan hoy en la confianza del pueblo en su Revolución, en su único Partido y en la continuidad de una obra hecha con todos y para el bien de todos.