Por
Emilio Ojeda
Qué
conmovedora resulta la crónica narrada por Roberto de Jesús Quñones Haces después de ser liberado por las autoridades de
Guantánamo, que en su legítimo derecho de defender y proteger a su pueblo de
escorias y lumpen dotado con falso ropaje de intelectuales, atacan y laceran la
dignidad del pueblo cubano.
Por
casualidad soy vecino de usted y de lo que estoy seguro es que todo el
aparataje policial que narra en su crónica es auténticamente falso, nunca vi un
despliegue de militares uniformados y muchos menos efectivos de las Brigadas
Especiales. Contando al chofer del auto policial, se podía enumerar unas cinco
personas. ¿Por qué usted no hace gala de la honestidad y de la verdad?
Tengo
total conocimiento de que los medios que usted dice le fueron ocupados por su
labor de periodista “ independiente” , apellido nada registrado en el gremio, son los que usted emplea para desplegar toda
una labor subversiva contra su propio pueblo, bajo el abrigo de la mentira y la
simulación. Por favor, no se engañe más creyendo que es un intelectual
ejerciendo el Periodismo.
Si
algún día tuvo el mérito de publicar críticas de cine y artículos culturales en
el periódico Venceremos, producto de su amor por la cultura, los perdió en el
momento que decidió cambiar de bando, para con sus informaciones falsas y
tergiversadas, blasfemar de las autoridades de su país, que como usted mismo ha
reconocido, no siempre lo que escribe es
verdad y además, no tiene cómo comprobarlo.
No
sé si realmente resultó amenazado, pero lo cierto es que usted solo ha
construido su propio destino, utilizando como cimientos la maldad, la mentira,
la farsa y la manipulación, por eso ha de esperar que se le desplome como un
castillo de naipes al paso del viento. El suyo, con la verdad de la revolución, inevitablemente caerá al piso.
Hoy
me percato que usted adolece grandemente de principios éticos y morales tan
indispensables para un ser humano como la verdad, la honradez, la dignidad y el
patriotismo. No siga dañando la imagen de sus padres, esos que se forzaron y
sacrificaron para hacerlo un hombre de bien. Bien que nunca llegó a usted.
Le
recomiendo que se siente con detenimiento para que estudie, interprete y
profundice las palabras del Santo Padre Francisco, esas con las que no estás de
acuerdo y no reconoce, con ello se
percatará de que no tiene razón alguna.
Si el mundo se ha vuelto contra ti, revisa
en qué has obrado mal.
Si
familiares y amigos se preocupan por su situación, es porque no conocen tu
comportamiento en contra del pueblo y propiamente de ellos. Es hora de que
reflexione, pues lo que les piden que no sigan en este empeño de hacerse un “ mal
llamado periodista Independiente”, son más sensatos que usted y reconocen que
la libertad que dice tener “escribir los que otros quieren oír” , es la farsa
que lo llevará a destruir su propia familia.