La fuerza de Cuba radica en su mayor capital: el humano. Si una nación asegura su futuro, atesora hombres y mujeres de bien. Y esta es la razón para que nuestro país NO haga silencio este 10 de diciembre, día en que los Derechos Humanos celebra su día por resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Con el lema Una mejor recuperación: defienda los derechos humanos, para este 2020, el tema de la celebración de la efeméride, está relacionado con la pandemia de COVID-19. Ello se concentra en la necesidad de crear igualdad de oportunidades y plena igualdad entre los hombres para hacer frente a la exclusión y la discriminación arraigadas, sistemáticas e intergeneracionales.
No importan los datos y las cifras, lo más importante es la voluntad política en el tema. Y aunque sobran ejemplos, cuando un ciudadano llega a un hospital en Cuba, no se le pregunta cuánto devenga de salario, ni si tiene seguro médico o una tarjeta de crédito. Tampoco se le exige la cédula electoral, ni se indaga sobre su filiación política, credo, salario y color de la piel porque sencillamente están al margen, eso no importa.
El Estado cubano garantiza la protección adecuada del trabajador, su familia y la población en general a través del Sistema de Seguridad Social, que comprende un régimen general, de seguridad social, un régimen de asistencia social, así como regímenes especiales. También favorece el acceso a la cultura, el ejercicio de la libertad de creación artística y el derecho de todos a disfrutar del arte y la cultura, se amplía la red de instituciones culturales de base, con el objetivo de acercar los servicios culturales al ciudadano promedio.
La protección de la niñez y la adolescencia en Cuba es una tarea de primer orden, que se ejecuta sobre la base de los postulados de la Convención de los Derechos del Niño. Hoy nuestros hijos van a cualquier escuela donde quiera que esté, no importa el sexo, la raza, la creencia religiosa.
También pueden pasearse libremente por las calles a cualquier hora sin preocupación de ser atacados, atropellados, violados o brutalmente heridos por armas de fuego. Esto es solo un ejemplo de la voluntad del gobierno cubano de garantizar la educación y la tranquilidad a todos por igual.
El Sistema Nacional de Salud se basa en un modelo público y único de prestación de servicios, gratuito, que brinda atención al 100 % de la población de forma integral, sin discriminación. Hasta lo más intrincado de la geografía cubana, llega tecnología solo vista hasta en hospitales de países con grandes recursos.
Estos son algunos de los Derechos Humanos que conocemos y defendemos los cubanos, además del hecho de no dejar a nadie desamparado, como es el caso de enviar a la brigada médica del contingente “Henry Reeve” a más de 39 países para combatir la COVID-19. Esto no es más que sinónimo de entrega, altruismo, abnegación y sobre todo, principios.
A pesar de la agresiva campaña de los Estados Unidos en contra de la candidatura cubana al Consejo de Derechos Humanos, el pasado 13 de octubre, la Asamblea General de las Naciones Unidas, eligió a Cuba como miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, para el periodo 2021-2023, con 170 votos de los 193 votos posibles.
Cuba carga el orgullo de estar entre los países cuyos gobiernos no cejan en el empeño de hacer cada día más para lograr el disfrute de todos los derechos humanos para todos sus ciudadanos. Por ello, seguirá defendiendo con voz propia, el diálogo y la cooperación, en favor de todos los derechos para todas las personas. Esto es muestra evidente de que en Cuba la defensa de los derechos humanos, no es jueguito de muchachos.
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