Cuba: conga la homofobia

Mariela Castro: “Le pedimos a Obama que libere a Los Cinco, él puede”


“Le pedimos a Obama que libere a los Cinco, él puede, que tenga lo que tiene que tener y libere a los Cinco Héroes cubanos. Queremos dedicar esta jornada contra la homofobia a nuestros Cinco hermanos, presos en Estados Unidos, por defender nuestra soberanía, expresó Mariela Castro, directora del Cenesex, al concluir en el Pabellón Cuba La Conga contra la Homofobia, que partió desde el malecón y 23, este sábado en horas de la mañana.


A lo largo de estos años el Cenesex como institución educativa ha logrado cambios positivos en la sociedad a favor de los derechos de los LGBT, pero tenemos "que seguir trabajando para llegar a los corazones de todos los cubanos", agregó Mariela.

Cuba:Testimonio de familiares y médicos de Juan Wilfredo Soto García

La muerte de un "disidente" y el garganta profunda de El Nuevo Herald


Por M. H. Lagarde

Como la llamada opisición cubana no cuenta con ninguna credibilidad, -Martha Beatriz Roque resucita milagrosamente de las huelgas de hambre, Fariñas inventa rebeliones en cines de Santa Clara y Yoani Sánchez sueña con olas y revueltas árabes en La Habana-, a El Nuevo Herald no le quedó más remedio que echar mano, para hacer creíble su versión del "asesinato" de Juan Wilfredo Soto García, que al testimonio del pastor bautista, Mario Lleonart Barroso.

Según Lleonart Barroso, un pastor de la ciudad de Taguayabón, a 20 millas de Santa Clara, en el reporte publicado por el principal vocero de la difamación mediática contra Cuba:

"Él estaba en Santa Clara el jueves por la mañana cuando vio a Soto, un amigo y correligionario bautista que vivía en la ciudad.
El disidente regresaba a casa del hospital a bordo de un "bicitaxi" -un vehículo de tres ruedas impulsado por pedales- y se detuvo para decirle al pastor que notificara a sus amigos que la policía lo había golpeado, destacó Lleonart.
"Me acaban de golpear salvajemente en el parque", dijo Soto, según el pastor. "Me esposaron, me cayeron a 'tonfasos' en la espalda".


Lo que El Nuevo Herald, por supuesto, no dice es quién es este santo defensor de la verdad. ¿Un religioso conmovido por la injusticia, una persona honesta que conocía a la supuesta víctima de la represión policial? Nada de eso.

Si los lectores de la blogosfera revolucionaria cubana mal no recuerdan, el pastor que le cayó del cielo a El Nuevo Herald no es otro que el mismo personaje que manipuló, junto a Yoani Sánchez y su esposo Reinaldo Escobar, a los niños de su iglesía en el poblado villaclareño de Taguayabón, perteneciente al municipio de Camajuaní.

Según narró la bloguera Norelys Morales, en un reportaje publicado en octubre de 2009 bajo el título "Yoani Sánchez: súmele otro premio a la mentira":

El pastor Mario Lleonard Barroso invitó a varios miembros de su congregación para "Una conferencia de Internet". Sin embargo, de lo menos que se habló fue de la red, como esperaban, afirmó Adrián Méndez Cruz de 14 años, uno de los muchachos asistentes.
"Hablaron de los blogs de Yoani y Reinaldo (Escobar), a quienes no conocía. Además,-continuó- nos presentaron un video de personas declarándose contra la Revolución.
Me sentí incómodo. Fui engañado."
Mientras un amigo de "los visitantes" grababa la "conferencia" a hurtadillas, el Pastor hacía fotos.


O sea, que el pastor bautista de El Nuevo Herald es otro de la pandilla de mercenarios que, de acuerdo a las orientaciones del Departamento de Estado de EE.UU., ha colaborado en "empoderar" a los ciudadanos cubanos -en este caso a niños-, con el uso de las redes sociales.

Ya se sabe, según el mandato yanqui, en qué consiste tal "empoderamiento" de la "sociedad civil": crear, mediante el uso de las nuevas tecnologías, redes de mentirosos y difamadores al servicio de los intereses de Washington.

Encuentro con José Pertierra

Abogado José Pertierra califica juicio de Posada Carriles como falso y vergonzoso


Por Miguel Maury Guerrero

El abogado José Pertierra afirmó en La Habana que en la farsa judicial montada en El Paso, contra el terrorista Luis Posada Carriles, la presidenta del tribunal, Katleen Cardone, tuvo un desempeño vergonzoso, plagado de arbitrariedades.

El letrado, que representa al Gobierno de Venezuela en el pedido de extradición del connotado asesino, refirio en la sede de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), que en esa caricatura de juicio se juzgó a los testigos que se presentaron contra Posada Carriles, se sometieron a juicio las pruebas que remitió Cuba e incluso se procesó judicialmente al diario The New York Times, pero no realmente al delincuente.

Culpó a la administración de George W. Bush por los inocuos cargos presentados contra el asesino de 73 personas a bordo del avión cubano, que explotó cerca de Barbados en 1976.

Asimismo fustigó al actual Presidente estadounidense Barack Obama por no haber procurado un verdadero proceso, con las acusaciones que merecía el reo.

El también integrante de una firma de abogados de Washington, recordó las difíciles condiciones en que participó en el proceso judicial durante tres meses.

En el transcurso de su estancia en la localidad texana redactó, para el sitio digital Cubadebate, su “Diario de El paso”, donde, en unas 50 crónicas, desmenuzó los pormenores del juicio y lo que acontecía fuera de éste.

Traté de adentrarme también en las cosas que tenían que ver con la farsa judicial pero no se mencionaban en ésta ni en medios de prensa locales o miamenses que le daban cobertura, señaló luego de anunciar que con esos artículos confomará un libro.

Dejó al desnudo la falta de voluntad política de la Casa Blanca para condenar a un individuo como Posada Carriles.

Recordó que este reo y otros como él, motivaron a hombres como Gerardo Hernández, René González, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González, conocidos como Los Cinco, a marchar a Estados Unidos a defender a su país, y ahora cumplen injusto encarcelamiento.

Luego de autoproclamarse “periodista a la fuerza”, ante decenas de colegas de medios nacionales, se refirió a la solidaridad recibida de parte de gente sencilla de El Paso, a la cual consideró una humildísima localidad de la frontera mexicano-estadounidense.

Finalmente, a manera de reconocimiento, Tubal Páez, Presidente de la UPEC, le hizo entrega a Pertierra de una estatuilla del Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara, tallada en madera y anunció que el mismo será condecorado hoy con la Orden Félix Elmuza.

Familiares y personal médico denuncian campaña de mentiras sobre muerte de "disidente"

Cuba desprecia la mentira
Por Freddy Pérez Cabrera

Tal como denunció la Nota Informativa del Gobierno Revolucionario, la muerte por causas naturales de un ciudadano cubano radicado en Villa Clara, continúa siendo objeto de manipulación por parte de las transnacionales de la desinformación.Testimonios de familiares, especialistas médicos y gente de pueblo ratifican que estamos en presencia de una grosera agresión mediática.

Rosa Soto García

Según relata Rosa Soto García, hermana del fallecido, este padecía varias enfermedades, entre ellas gota, hipertensión arterial, migraña y crecimiento del corazón, razón por la cual recibía atención médica desde hacía muchos años, reconociendo que Juan Wilfredo llevaba una vida muy desordenada y no cumplía las indicaciones de los galenos.

"Eso de que lo golpearon es una gran mentira. No tenía ninguna marca de golpeadura, todo es un invento de la propaganda contrarrevolucionaria. Estamos muy dolidos con esta campaña que se ha formado, causante de un gran dolor en la familia", dijo al tiempo que agradeció la atención médica recibida.

"Fíjese si estamos indignados, que el día del entierro, al hijo de mi hermano, de solo 14 años, le dio tanto asco la postura de los ‘disidentes’, que les pidió que se fueran del cementerio", asegura Rosa.

Doctor Ricardo Rodríguez Jorge

Madelín Soto, la sobrina de Wilfredo, y a quien este consideraba como a una hija, también mostró su sorpresa por la maniobra orquestada. "Fui a verlo al hospital y no observé ninguna señal de violencia. Además, si le hubieran dado tan solo un arañazo, de seguro él me lo hubiera dicho porque yo era de su entera confianza".

El estudiante de derecho Yasmil Pérez Rodríguez, esposo de Madelín, quien lo condujo al hospital, aseguró que el viernes 6, la hija de Wilfredo acudió a su casa desesperada, para que acompañara a su papá al médico. "Cuando llegué tenía sudoraciones, no se sentía los pies, e incluso tuvimos que bajarlo del cuarto piso en un sillón de ruedas. Una vez en la consulta del Arnaldo Milián, fue objeto de varios análisis, recibiendo medicamentos de todo tipo, sin que hubiera una respuesta favorable de su organismo. Ante su empeoramiento, lo remitieron a la sala de terapia, donde permaneció ingresado hasta su deceso".

Agregó Yasmil que estuvo con el tío de su esposa desde las 9:00 a.m. del viernes hasta el otro día, teniendo oportunidad suficiente para conversar con él, llevarlo al baño, desvestirlo y nunca observó el más mínimo síntoma de violencia en su cuerpo, y "si fuera verdad lo que dice esa gente, de seguro él se lo hubiera contado porque entre ellos dos no había secretos".

Yasmil Pérez Rodríguez.

El día de los hechos relacionados con la supuesta golpeadura, Juan Wilfredo estaba, como de costumbre, desde horas muy tempranas en áreas del Parque Vidal, según cuentan varios testigos, entre ellos un grupo de trabajadores por cuenta propia dedicados a la venta de flores en el lugar, además de otros obreros que laboran en la zona, quienes accedieron a narrar los acontecimientos ocurridos el día 5, en los cuales estuvo involucrado el fallecido.

Jorge Álvarez Cabrera, vendedor de flores, relató que cerca de las 9:00 a.m., escuchó a una persona gritando consignas contrarrevolucionarias y vio que era Wilfredo, a quien conocía por su habitual presencia en el lugar.
"Observé cuando dos agentes del orden público, uno de ellos mujer, lo condujeron a la patrulla, sin que hubiera el más mínimo forcejeo, e incluso, él montó por sí mismo". Recuerda que al poco rato lo vio nuevamente en el Parque, y que Wilfredo hasta fue a pedirle "candela", a lo que le contestó que no fumaba.

Amado Gómez Rodríguez

Amado Gómez Rodríguez, quien también labora como florero, aseguró que ese día Wilfredo mostraba un aspecto normal, con su acostumbrada fortaleza, sin signos de la supuesta "paliza", como refieren los enemigos de la Revolución.
Un rato más tarde se le vio entrar a un establecimiento gastronómico en los bajos del hotel Santa Clara Libre, donde merendó, según cuentan el dependiente y el lunchero del establecimiento.

Los serios problemas de salud de Juan Wilfredo Soto no comenzaron ese día, sino mucho antes, de acuerdo con los criterios del doctor Nestor Vega Alonso, especialista de Primer Grado en Medicina Interna, quien desde el 2008 atendía con frecuencia al paciente.

Recordó que ese año Wilfredo ingresó en la sala Medicina C aquejado de un edema generalizado y de presión arterial elevada. Luego, al profundizar el estudio, le detectaron una cardiopatía dilatada, algo muy grave, además de la enfermedad de la gota y diabetes mellitus, todo lo cual daba un pronóstico reservado de vida.
Precisó que varias veces acudió a su consulta con cuadros de disfunción ventricular e hipertensión arterial, así como cifras muy altas de triglicéridos, una de las causas más frecuentes de la pancreatitis, enfermedad que a la postre provocó su muerte.

De acuerdo con los criterios del médico forense que realizó la autopsia, doctor Ricardo Rodríguez Jorge, con más de 14 años de experiencia en la especialidad, la causa de fallecimiento fue una pancreatitis aguda, con focos hemorrágicos a nivel de cola y cuerpo pancreáticos, y producto de las patologías anteriores se alteraron todos los parámetros por descompensación.

Aclaró el especialista que en la necropsia no se apreciaron signos de violencia a nivel externo, interno, ni en los planos anterior o posterior. En cuanto al cráneo y cuello, eran normales, y el tórax presentaba pulmones típicos de un fumador, con un corazón aumentado de volumen.

Respecto a la versión de la contrarrevolución de que la supuesta golpiza pudo ser el detonante de la pancreatitis, aseguró que resulta imposible, y destacó que un trauma, para que llegue al páncreas, tiene que ser visible. Como se ha reconocido por el personal médico y la propia familia, Juan Wilfredo no presentaba la más mínima muestra de contusión.

Ante tantas evidencias irrebatibles, cabría preguntarse cómo es posible continuar mintiendo. ¿Acaso no basta el aval de la Revolución de más de cinco décadas sin un solo torturado, desaparecido o asesinado?
Cuba desprecia la mentira.

Tomado de Granma

Ignacio Agramonte: Diamante con alma de beso


Fue aquella mañana de domingo 11 de mayo de 1873 la última vez que vieron a Ignacio Agramonte y Loynaz, cuando se derrumbara de su caballo en el combate en los campos Jimaguayú. Su cadáver fue ultrajado por las huestes españolas y sus cenizas dispersadas al viento, como para que se convirtieran por siempre en «Sombra inmortal», en como expresó José Martí.

El mayor, como también se le conocía, había nacido el 23 de diciembre de 184l en Puerto Príncipe, Camaguey, en un ambiente familiar de costumbres sociales muy rígidas. Se graduó como abogado en l867, permaneció algún tiempo en La Habana y luego regresó a su ciudad natal donde estableció su bufete.

A los 31 años, Agramonte el primer ideólogo y líder militar de la provincia de Camagüey durante la Guerra de los Diez Años, fue nombrado Mayor General del Ejército Libertador y jefe de las fuerzas insurrectas de Camagüey, así se convierte en el Bayardo, uno de los puntales políticos de las luchas por la independencia.

Sus dotes como dirigente político las demostró al oponerse a maniobras claudicantes que pretendían cobrar fuerza en el campo insurgente y al protagonizar múltiples hazañas que evidenciaran su altruismo y coraje, entre ellas, el rescate del Brigadier Julio Sanguily, el 8 de octubre de 1871.

Manuel Sanguily, compañero de ideales y de armas del patriota dijo de Ignacio Agramante: “Fue amigo tierno y leal, buen hijo, buen hermano, buen padre, esposo modelo, (…) un hombre impecable y, en cuanto lo consiente la flaqueza ingénita de nuestra pobre humanidad, un ser perfecto, fogoso y apasionado como Bolívar, grave, puro, austero como Washington.”

Nuestro José Martí con su verbo le hacía el retrato más fiel que hubiera tenido el Mayor: “Por su modestia parecía orgulloso: la frente, en que el cabello encajaba como un casco, era de seda, blanca y tersa… se sonrojaba cuando le ponderaban su mérito y se le humedecían los ojos cuando pensaba en el heroísmo…, o cuando el amor le besaba la mano… Era un ángel para defender, y un niño para acariciar. Era un diamante con alma de beso.