“No podemos decir que el dolor se comparte. El dolor se multiplica. Millones de cubanos lloramos hoy junto a los seres queridos de las víctimas del abominable crimen. ¡Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla! Fueron estas las palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro, en la Plaza de la Revolución de La Habana el 15 de octubre, durante la despedida de duelo de las víctimas del Crimen de Barbados.
La historia del terrorismo de Estados Unidos contra Cuba llegó su punto más espantoso cuando terroristas de la peor calaña respaldados por el gobierno norteamericano, hicieron estallar en pleno vuelo el avión CUT 1201, de cubana que cayó al mar en las costas de Barbados.
Y como aquel 6 de octubre de 1976, hoy los corazones cubanos están detenidos. La tragedia golpeó a todo el Caribe. El crímen aún estremece las fibras más sensibles de cualquier ser humano porque basta solo un poco de nobleza moral, para solidarizarse con las víctimas y sus familiares.
Hay quienes no lo recuerdan o simplemente no vivieron ese día, sin embargo, aún duele el atentado terrorista causado por la explosión de dos bombas colocadas en el interior del vuelo 455 de Cubana de Aviación con destino a La Habana. Ha pasado 44 años, sin embargo, las familias lloran la pérdida de aquellas 73 vidas inocentes. Esperan Justicia.
En el atentado terrorista perdían la vida 73 personas, entre ellos, 57 cubanos. También 11 jóvenes guyaneses que estudiarían Medicina en Cuba, cuatro funcionarios de la República Popular Democrática de Corea y 16 esgrimistas del equipo juvenil, con sus entrenadores.
El equipo de deportistas, regresaban al país llenos de júbilo tras conquistar todas las medallas de oro del cuarto Campeonato Centroamericano y del Caribe de Esgrima, celebrado en Caracas, Venezuela. Los atletas dijeron adiós a la vida en plena flor de su juventud. La bomba segó sus vidas. Sus sueños juveniles quedaron truncos.
Una estocada por la espalda, un arañazo a traición, eso fue el alevoso crimen. Al poco tiempo se supo toda la verdad. El crimen había sido ideado por los terroristas de origen cubano Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, en tanto, la ejecución, se puso en manos de los ciudadanos venezolanos Hernán Ricardo y Freddy Lugo.
Hoy, el abominable crimen de Barbados, de aquel 6 de octubre de 1976 ha quedado para la historia, como un ejemplo de la hipocresía del gobierno de Estados Unidos, verdadera cuna de acciones terroristas. Por eso, Cuba, que no olvida su historia, jamás ha dejado de exigir justicia y, junto a los familiares de las víctimas, levanta su voz ante la impunidad del horrendo hecho.
Transcripción de la entrevista realizada a Fernando
Martínez Heredia por José Manzaneda, coordinador de
Cubainformación, diciembre de 2016
Fernando Martínez Heredia (izq) dialoga con José
Manzaneda.
José Manzaneda.– Uno de los intelectuales
claves para entender la Cuba de hoy y también la Cuba de
mañana, es Fernando Martínez Heredia, el director del
Instituto de Investigación Cultural Juan Marinello.
Fernando, el gobierno de Estados Unidos parece apostar por las
vías amables para forzar un cambio político en Cuba, tratando
de influir en diferentes sectores sociales con dos vías: la de la
división y la de la confusión. ¿Realmente lo
está consiguiendo?
Fernando.- Yo te diría en dos palabras que no;
pero hay que decir más: los Estados Unidos no son nuevos en
esto; incluso, hace 115 años casi, el presidente Roosevelt, el
viejo, que era joven, dijo que el garrote y la zanahoria; el garrote era lo
que él usaba más en ese momento contra Venezuela, por
cierto. Con nosotros han usado el garrote más de medio siglo,
después de 1959, pero lo usaron muy duro en 1898 cuando nos
invadieron y ocuparon; pero también usaron la zanahoria.
Y en todo
el sistema de 60 años de dominación que hubo en Cuba,
Estados Unidos practicó las formas de penetración cultural
de encontrar cómplices, y los encontró, de tener un sistema
que por eso es que se llama neocolonialismo, porque consiste por un lado
en dominar económicamente, pero también culturalmente, y por
otro lado en tener cómplices subordinados que reciben beneficios,
dominan el país y los sirven a ellos, son dominantes
dominados.
De manera que ellos se han dado cuenta, de pronto, que después
de más de medio siglo de guerra prácticamente abierta,
ilegal, inmoral, todo esto que sabemos, pues más valía como
bien dice el presidente de la República, Obama, cambiar la
táctica, pero no la estrategia. Pero lo que pasa es que a veces
ellos tienen cosas que parecen como un niño malicioso, que dicen:
él no se va a dar cuenta. Si no fueran criminales uno se
reiría.
Yo estuve en Panamá hace año y medio, en aquella
reunión a la que Obama fue, porque si no no iba a haber
reunión, si no iba Cuba no iba a poder, entonces allí
parecía que todo era zanahoria, incluso hubo medios verdaderamente
conservadores, para no decir reaccionarios, que decían que el
personaje más importante que estaba allí era Raúl
Castro; eso se lo mandaron a decir.
Pero nosotros, por suerte, incluso no los viejos, si no los
jóvenes cubanos, tenemos mucha experiencia, es un combate contra el
país más poderoso militarmente del mundo, pero también
más poderoso culturalmente del mundo, eso nos ayuda mucho, porque
ellos están aplicando a fondo, tienen centenares de acciones
culturales legales; nosotros denunciamos las ilegales, pero las legales
aquí están, centenares sucedieron el año pasado,
centenares están sucediendo este año.
Ellos están permitiendo y auspiciando que entre en Cuba
la mayor cantidad de dinero posible desde Estados Unidos, en la forma de
remesa que siempre ha sido muy hermoso que los familiares ayuden a su
familia; pero ahora, más bien, es que se hagan inversiones por lo que
ellos aspiran a que mañana sea un empresariado burgués en
Cuba y apoyar esas inversiones.
No creo que tampoco ellos estén pensando solamente en lo
que ellos llaman ni la sociedad civil ni el pequeño empresario,
ellos están pensando en todo, están tratando de confundirnos
a fondo, de encontrar cómplices dentro del país.
Bueno, está bien, por lo menos hay quien dice: Pero por lo menos
lo dicen. Yo no hallo que eso sea algo especialmente bueno, es que hay
formas de trabajar, una de las formas de trabajar del imperialismo
norteamericano es la aparente franqueza, o lo que actualmente llaman
transparencia.
Yo no creo que estén teniendo éxitos, pero sí creo
muy fuertemente que no hay que descuidarse nunca y que, incluso, es
terrible cómo vienen decenas y decenas de miles de norteamericanos
que ninguno ni es mala persona, ni pretende nada malo con Cuba; pero
nosotros somos una pequeña isla que ha sido sometida al colonialismo
nuevo norteamericano demasiado tiempo y no podemos ver nada
inocentemente.
José Manzaneda.– Fernando, en tus
escritos afirmas que el dilema de la Cuba de hoy y del futuro sigue siendo
entre el desarrollo del socialismo, que debe ser profundizado, y el retorno
al capitalismo. ¿Realmente esto es un peligro hoy? ¿Es una
hipótesis el regreso al capitalismo? Y si es así,
¿sería más fuerte este riesgo hoy que hace 10, 15 o 20
años?
Fernando.- Sí, yo creo que son reales las dos cosas. Es decir,
primero, el peligro es real, es una disyuntiva y no hay fórmulas
intermedias.
Yo les decía a mis compañeros del Consejo Nacional de la
UNEAC hace unos meses, que el capitalismo sueco puede tener cosas buenas y
malas, pero sin dudas es sueco; el capitalismo cubano no podría ser
cubano, tendría que ser norteamericano-cubano, es decir,
para Cuba no hay una posibilidad de capitalismo autónomo.
Entonces,
de entrada, la disyuntiva no puede ser: bueno, vamos a seguir introduciendo
cosas del capitalismo, vamos a hacer lo que antiguamente algunos llamaban
un socialismo de Estado, que es un tránsito hacia que una cantidad
de funcionarios se conviertan en empresarios, etcétera, no es
factible, eso no es factible en Cuba.
En Cuba no es factible que digamos: sí, vamos a hacer un
capitalismo, pero no va a ser neoliberal, ustedes verán que vamos a
tener una política social muy buena. Nada de eso es
factible.
Podría ser, incluso, que algunas personas hasta lo crean, de
buena intención, y digan: si hacemos un pluripartidismo, por
ejemplo, y un sistema democrático de elección de personas,
vamos a evitar que haya corrupción, que los pobres empiecen a pasar
hambre, etcétera. Eso, desgraciadamente hay demasiados ejemplos en
el mundo de que no es posible, ni siquiera en Estados Unidos donde casi 4
millones de personas no tienen donde dormir, y le tildaron de comunista a
este presidente que está terminando porque trató de que una
parte grande de los 52 millones de personas que no tienen posibilidad de
una asistencia médica correcta, tuvieran algo.
Es decir, nosotros por lo menos tenemos, y en Cuba creo que eso es de
lo más importante, una población con un grado de conciencia
política que posiblemente sea un récord mundial y eso
sí es una cosa muy, muy valiosa. Y por esto es que yo digo
muy claramente: no hay nada intermedio, creer que hay algo intermedio es
confusión; se trata de o el capitalismo, o el socialismo.
Hay quien dice, exagerando mucho, que si Cuba pasara al capitalismo
sería como Haití; no, como Haití nada más que es
Haití, cada uno vive su desgracia, pero la nuestra sería
grande, entre otras cosas, porque hemos dado no solo un ejemplo al mundo de
cómo es posible que incluso un pequeño país al lado
de Estados Unidos, como se decía siempre, subdesarrollado, haya
cambiado tan profundamente la vida en favor de toda la población y
no de una fracción pequeña de ella.
Pero, bueno, no solo es un ejemplo del mundo, sobre todo que es la
vida de nosotros, es lo que hemos logrado hacer entre todos, y no es
posible permitir, de ninguna manera, que nuestros hijos y nuestros nietos
vuelvan a lo que hubo.
José Manzaneda.- Fernando, tú afirmas
que el capitalismo sigue existiendo hoy agazapado en diferentes actitudes,
en diferentes prácticas, en cierta psicología social, que de
alguna manera habría venido fortalecida por la reintroducción
de algunos factores de mercado en los últimos años en la
sociedad cubana, ¿cuál es el antídoto?
Fernando.- Yo tengo dificultades para la gran prensa;
por ejemplo, yo soy marxista, pero no me queda más remedio, porque
me permite darme cuenta de que no se trata meramente de que haya manera de
producir, de intercambiar, de ganar dinero los que son dueños, no,
se trata de mucho más; se trata de una cultura, el capitalismo es
una cultura y en esa cultura, por ejemplo, no es conseguir que la
mayoría esté de acuerdo o se sienta mal muchas veces y otras
no, o se sienta bien porque hay fiestas, o cobra más dinero; pero no
pretenda para nada cambiar lo esencial de la existencia, eso es la cultura
capitalista. Por eso se puede tener una cantidad enorme a veces de
diversidades, otras veces no, otras veces se decreta un Estado de
excepción y no se puede tener ninguna; pero lo esencial es cultural.
Toda dominación bien establecida, moderna, es cultural,
siempre fue así, de un modo u otro, pero ahora más que
nunca.
Entonces hay un capitalismo del comercio exterior, y Cuba lo sufre muy
duro; hay un capitalismo del bloqueo contra Cuba que es una barbaridad,
veinticinco veces le han dicho que no, y es simpático cómo
los de la zanahoria mandaron a la señora a abstenerse. Si yo lo estoy
acusando a usted o usted es inocente o es culpable, pero no es que se
abstuvo, es una de dos.
Pero, bueno, son formas, digamos, más brutales; pero hay
formas más sutiles y una de ellas importantísima es el
capitalismo de la educación que cada uno recibió, de la
educación que desde niño era lo tuyo, si acaso cuando
más lo de tu familia, el interés personal, el egoísmo,
aunque se dijera que el afán de lucro no; el egoísmo que
opera tanto contra la solidaridad entre las personas y que entonces es muy
difícil de erradicar y tiene la capacidad de regresar, de retornar;
tiene la capacidad de aparecerse de modo difícilmente
censurable, como cuando dice: no, pero él está
tratando de resolver, por ejemplo —resolver es un verbo
cubano—, y en realidad, ¿a costa de quiénes?,
habría que preguntar, ¿contra quiénes?,
¿exigiendo que les paguen lo que nunca se pagó, por ejemplo?
¡Pero qué hermoso es que todos los servicios sociales, que
todo lo que son bienes de las personas lo tengan las personas, sin ser otra
cosa que personas y no por el dinero que tienen en el bolsillo!
El dinero, como equivalente general de la mercancía es un
gravísimo problema cultural; ningún país como Cuba,
aunque tenga un poder como el que tenemos, lo ha podido quitar, el salario
tampoco. Por eso yo dije al inicio que, bueno, como soy marxista me doy
cuenta de que vivimos en una transición socialista, por muy
solidarios y humanos a fondo, y con ganas de que ya no haya ninguna forma
de dominación.
Lograr, por ejemplo, que todos los cubanos entendieran que la mitad de
los cubanos no era inferior a la otra mitad, por ser mujeres, ya fue un
éxito dificilísimo, no fue de un día para otro y todos
éramos socialistas, vaya; y una parte de los socialistas
decía: sí, pero ella que es socialista e inferior a mí
que soy socialista.
¿Qué quiere?, que la transición exige no
solo paciencia, sino mucho trabajo, no solo usar un tiempo largo, sino
educar una y otra vez, y un conjunto de formas que van desde la
coerción social hasta la autoeducación, es complejo, y a
nosotros se nos ha hecho difícil por una cantidad de las medidas que
se han aplicado a partir de los primeros años noventa, porque se
han introducido fórmulas primero para sobrevivir, después
para que fuera viable la economía del país y todavía
estamos en lo segundo, ya lo tenemos, pero una y otra vez hay que volverlo
a tener.
Entonces esto ha hecho que crezcan diferencias sociales
entre nosotros que no había y que crezca entonces el valor del
dinero, que no lo tenía, tenía valor, pero poco; que crezca
entonces también la relación directa de lo que cada persona
hace, con lo que recibe personal o familiarmente y la calidad de la vida
que en algunos aspectos tiene.
Es decir, la relación que tenía la actividad de los
cubanos con esto, era muy indirecta, a pesar de lo que dicen a veces los
manuales que son tonterías, aquí toda cubana, todo cubano,
por ejemplo, tenía derecho gratuitamente a todos los servicios, y
los servicios eran de verdad universales y muy satisfactorios, así
fue subiendo el grado cultural y con él suben lo que llaman los
sociólogos, expectativas. Usted quiere más, porque sabe
más, porque tiene un mundo más complejo interior, porque
tiene más gustos desarrollados y entonces cuando no hay más y
le dicen: Sí, pero si tuvieras dinero habría más;
sí, pero si tienes dos trabajos hay más; sí, pero si
consigues de algún modo, aunque no sea lícito, sino incluso
que pueda ser delictivo, pues aparecen problemas que vienen de una cosa que
pudiéramos hasta llamar monstruosa, el aumento enorme de la
cultura, de las capacidades laborales pero de todo tipo, del gusto, de las
expectativas y el no aumento a ese tamaño de los bienes y
servicios.
Entonces la diferenciación social es un enemigo que toca
duro a la puerta en nombre del capitalismo, aunque no lo parezca.
José Manzaneda.- El Instituto de
Investigación Cultural Juan Marinello, que dirige Fernando
Martínez Heredia, realiza numerosas actividades en el campo de la
investigación cultural, los estudios de opinión, sobre
diferentes grupos sociales, actividades académicas, presentaciones,
publicaciones. Me gustaría, Fernando, que nos presentaras el
instituto y cuáles son algunas de las líneas fundamentales de
trabajo.
Fernando.- No me gusta, porque es como hacerse
propaganda, aprovechando lo solidario, pero es una institución
grande, para los tamaños nuestros, y se tiene que ocupar de cosas
muy diversas, entonces hacer ese tipo de relaciones con siete
líneas, por ejemplo, puede ser aburrido para el lector. Prefiero
llamar la atención sobre el hecho de que, por ejemplo, a nosotros
nos interesa mucho la participación en el consumo cultural, no
meramente cuánto hay, cómo es, dónde hay más o
menos, sino también cómo puede participar la población
en ese consumo desde la elección del consumo, desde el conocimiento
de los factores que pueden haber o no, y, claro, hay un problema
también en este caso de la educación y del gusto.
O sea, nosotros tenemos que vernos hasta un punto, que en nuestro caso
es pequeño, con las bellas artes y hasta un punto, que en nuestro
caso es muy grande, con las formas de cultura popular; en ese sentido puede
que tengamos trabajos históricos que son muy importantes, como las
tradiciones orales, los conjuros, las formas que tiene la gente de ejercer
una cultura que los que van a la universidad no siempre se dan cuenta de
que también es cultura.
O el trabajo con los que son portadores, como llamamos en la jerga,
culturales; porque en un poblado de oriente o de Pinar del Río han
mantenido durante más de un siglo una forma cultural expresiva con
danza, música y una letra que o viene de uno de los que construyeron
Cuba con sus culturas —y no digo de los que aportaron, porque casi
siempre se dice que aportaron los africanos, y el que aportó es
porque era una persona secundaria, y es que todos concurrieron—, y
nosotros, por ejemplo, no solo lo investigamos, y es una fase la
investigativa, sino que también lo promovemos en la medida
pequeña en que podemos hacerlo. Por ejemplo, hace 10 días
tuvimos la reunión anual de premiación de lo que llamamos
memoria viva, que es una premiación no de un primer premio, sino de
unos 30 premios, son gentes que son grupos culturales de todo el
país, de todas las provincias que concurren aspirando, y lo
importante, por un lado, es que gana premio una cantidad y, por otro lado,
que se presenta un número muchísimo mayor y son tan
importantes como los que ganaron los premios; pero son portadores los
grupos.
También premiamos a personas que han echado la vida entera como
personalidades, pero personalidades que solo son conocidas en la
comunidad, en el barrio, cuando más en el municipio, que no salen
por la noche en el noticiero cuando cantan ni cuando bailan y que son
también portadores culturales importantes. Bueno, eso se llama
Memoria Viva y todos los años se convoca, se hace con mucha
seriedad y se otorga el premio, y esto fue hace 10 días.
Hay cosas de otro tipo que pueden ser hasta un poco farragosas para el
que no le gusta, ¿no?, como el uso de la estadística y
tenemos que con las estadísticas discutir con funcionarios, porque
les aportamos un trabajo sociológico ya de otro tipo, cuantitativo,
con instrumentos cuantitativos que ayuden a discernir mejor y no lo que se
le ocurre a uno que es bueno. En ese sentido apoyamos a la
institución a la que pertenecemos que es el Ministerio de Cultura;
pero también partimos de esto, y con esto termino, de que no
hacemos solamente lo que nos piden que hagamos, que eso sería muy
estrecho y pequeño y no nos permitiría ni siquiera hacer
bien lo que nos piden, hay que tener ideas propias tienen que
ocurrírseles a uno con temas necesarios y llevarlos adelante, y eso
hacemos.
José Manzaneda.- En tus escritos y en tus
reflexiones, Fernando, insistes en la necesidad de impulsar la
participación en el país, impulsar el debate franco,
transparente, sin miedo a la discrepancia. ¿Cómo está
la salud de la participación y la salud del debate discrepante en la
Cuba de hoy?
Fernando.- Nunca está de más hablar de
eso. Y alguna vez yo he escrito para ser más fuerte, que el
debate en el socialismo es como la respiración para las personas, de
ese mismo tamaño, es vital; el debate en el capitalismo
puede ser incluso interesantísimo, pero tiene otras funciones, tiene
las funciones del sistema en el cual existe; cuando participas en
él y corren las consecuencias, personas que están opuestas
al sistema, es interesante, pero el sistema se encarga de que no sea capaz
de acabar con él. En el socialismo tiene que suceder lo
contrario, es decir, el sistema tiene que promover el debate, tiene que
promover la discusión, tiene que promover la diferencia, tiene que
promover, incluso, las divergencias.
A mí me gusta mucho lo que dijo el Presidente nuestro, que es un
guerrillero antiguo, Raúl Castro, que le tocó, porque le
tocó ser el ministro de las Fuerzas Armadas toda la vida, y resulta
que un militar de toda la vida, cuando tomó posesión, al poco
tiempo hizo un discurso donde dijo: yo lo que les pido a todos, por favor
—porque Fidel es tan grande que solo entre todos lo podemos
sustituir—, es que tengamos discusiones y que tengamos discrepancias
entre los compañeros. Yo dije: ah, qué bien, porque cada
profesión tiene su defecto profesional, y él demostró
no solo que no lo tenía, sino que tenía muy claro qué
cosa era muy necesario.
Pero no es fácil, los hábitos de autoritarismo que no
siempre vienen de algo malo, por ejemplo, para los viejos la lucha frontal
fue algo familiar y saben que a veces si no era autoritario no había
posibilidad, pero los hábitos de autoritarismo tienen que ser
desterrados y no lo han sido, y hay una lucha con ello, y reaparecen de
pronto y uno se asombra y dice: ¿Todavía tú piensas
así como un troglodita? ¿Todavía tú crees que
hay un compañero que no es contrarrevolucionario, pero no sabe que
está sirviendo sin querer a la contrarrevolución?, como dice a
veces algún que otro funcionario nuestro. Ah, bueno, esas son cosas
reales contra las cuales hay que luchar.
Ahora, debatir por debatir, para sentir cómo se hace
ruido no vale la pena tampoco. A mí me parece que para debatir hay
que estar bien informado, si no se hace real que las áreas tienen
que informar de verdad y que los periodistas tienen que servir de verdad, y
los medios, por tanto, y que no puede haber lo que en Cuba llaman
secretismo contra los que no son secretos de seguridad para nada, entonces,
¿cómo va uno a opinar si no tiene
información? La información es básica, la
información, como diría un filósofo europeo, es
necesaria, pero no es suficiente; es necesario entonces que se discuta,
pero para esto también es conveniente, por lo menos, que haya una
educación sobre discusiones, sobre discutir.
Si no hay educación yo no me opongo, más vale que
sean ineducados, pero que discutan; pero si se discute educadamente, se
avanza muchísimo más y no se pierde la fraternidad. Pero,
además, se gana en eficiencia, es decir, el debate para
algo. Y por esto decía: no solamente por hacer ruido, sino
para que se convierta por un lado en una norma que hay que hacerle caso a
los debates, no es posible que incluso se diga: pero qué bien se ha
discutido algo, pero después no hicieron nada. Entonces es
frustrante, se convierte en un adorno; el debate como adorno hay que
rechazarlo.
El capitalismo tiene sus adornos, el socialismo debe tener sus
adornos, pero otros adornos, los adornos con los cuales se adorne la gente,
se adornen las calles, se adornen las fiestas, pero que alguna cosa que
tiene que servir para avanzar no sirva como un adorno; es decir, estoy en
contra de que se prohíba y en contra de que no sirva para nada.
José Manzaneda.- Hemos conversado, con mucho
placer, con Fernando Martínez Heredia, uno de los grandes
intelectuales de la Revolución Cubana, director del Instituto de
Investigación Cultural Juan Marinello, nos ha recibido en su casa y
realmente se lo agradecemos.
Despedimos nuestro programa desde la capital de Cuba, desde La
Habana.
Cuba existe también en la blogosfera.
Es el testimonio cotidiano y el pensamiento libre de una nación y de un
pueblo en toda su variopinta cultura de resistencia y de vida.
Justamente por ese patriotismo que nos identifica como comunidad, es que
denunciamos las recientes declaraciones del presidente de los Estados
Unidos por ofensivas e insultantes con nuestro pueblo. Trump frena,
retrocede, se descoloca en la historia, asume la peor de las posiciones
y lo hace rodeado de sujetos con un amplio prontuario criminal.
Los
blogueros cubanos que suscribimos esta declaración, así como en su
momento, seguimos y animamos el acercamiento entre las dos naciones, a
pesar de sus diferencias, rechazamos la vuelta al discurso ofensivo y
la política de las cavernas, tantas veces derrotada; reprobamos toda
intención de fuerza contra la Isla, al tiempo que descalificamos a
terroristas y políticos tramposos como interlocutores válidos para los
cubanos.
El presidente Trump ha de saber que su mandato no se
extiende a Cuba y sus ofensas en el show de la “era del hielo” solo
sirven para reforzar el sentimiento antiimperialista, como una razón más
de unidad.
El trazo del camino seguido, y las cualidades de la
rueda que le transita, son legítimos por la génesis popular que le dio
vida, sin presión de ningún tipo, forjada desde el pueblo al que
pertenecemos, y al cual se debe nuestro relato- sorprendente e
impetuoso- de la vida tenaz en esta tierra, que lucha día a día por una
sociedad y un mundo mejor.
Quienes deseen sumarse a esta
declaración lo pueden hacer a través de las diversas plataformas de
Redes Sociales donde ha sido publicado o, rebloguenadola en sus páginas
personales.
El 16 de junio de 2017, el presidente
de los Estados Unidos, Donald Trump, en un discurso cargado de una
retórica hostil, que rememoró los tiempos de la confrontación abierta
con nuestro país, pronunciado en un teatro de Miami, anunció la política
de su gobierno hacia Cuba que revierte avances alcanzados en los dos
últimos años, después que el 17 de diciembre de 2014 los presidentes
Raúl Castro Ruz y Barack Obama dieran a conocer la decisión de
restablecer las relaciones diplomáticas e iniciar un proceso hacia la
normalización de los vínculos bilaterales. En lo que constituye un retroceso en las relaciones entre los dos
países, Trump pronunció un discurso y firmó en el propio acto una
directiva de política denominada “Memorando Presidencial de Seguridad
Nacional sobre el Fortalecimiento de la Política de los Estados Unidos
hacia Cuba” disponiendo la eliminación de los intercambios educacionales
“pueblo a pueblo” a título individual y una mayor fiscalización de los
viajeros estadounidenses a Cuba, así como la prohibición de las
transacciones económicas, comerciales y financieras de compañías
norteamericanas con empresas cubanas vinculadas con las Fuerzas Armadas
Revolucionarias y los servicios de inteligencia y seguridad, todo ello
con el pretendido objetivo de privarnos de ingresos.
El mandatario
estadounidense justificó esta política con supuestas preocupaciones
sobre la situación de los derechos humanos en Cuba y la necesidad de
aplicar rigurosamente las leyes del bloqueo, condicionando su
levantamiento, así como cualquier mejoría en las relaciones bilaterales,
a que nuestro país realice cambios inherentes a su ordenamiento
constitucional. Trump derogó asimismo la Directiva Presidencial de Política
“Normalización de las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba”,
emitida por el presidente Obama el 14 de octubre de 2016, la cual aunque
no ocultaba el carácter injerencista de la política estadounidense, ni
el objetivo de hacer avanzar sus intereses en la consecución de cambios
en el orden económico, político y social de nuestro país, había
reconocido la independencia, la soberanía y la autodeterminación de Cuba
y al gobierno cubano como un interlocutor legítimo e igual, así como
los beneficios que reportaría a ambos países y pueblos una relación de
convivencia civilizada dentro de las grandes diferencias que existen
entre los dos gobiernos. También admitía que el bloqueo era una política
obsoleta y que debía ser eliminado. Nuevamente el Gobierno de los Estados Unidos recurre a métodos
coercitivos del pasado, al adoptar medidas de recrudecimiento del
bloqueo, en vigor desde febrero de 1962, que no solo provoca daños y
privaciones al pueblo cubano y constituye un innegable obstáculo al
desarrollo de nuestra economía, sino que afecta también la soberanía y
los intereses de otros países, concitando el rechazo internacional. Las medidas anunciadas imponen trabas adicionales a las muy
restringidas oportunidades que el sector empresarial estadounidense
tenía para comerciar e invertir en Cuba. A su vez, restringen aún más el derecho de los ciudadanos
estadounidenses de visitar nuestro país, ya limitado por la obligación
de usar licencias discriminatorias, en momentos en que el Congreso de
los Estados Unidos, como reflejo del sentir de amplios sectores de esa
sociedad, reclama no solo que se ponga fin a la prohibición de viajar,
sino también que se eliminen las restricciones al comercio con Cuba. Los anuncios del presidente Trump contradicen el apoyo mayoritario de
la opinión pública estadounidense, incluyendo el de la emigración
cubana en ese país, al levantamiento total del bloqueo y a las
relaciones normales entre Cuba y los Estados Unidos. En su lugar, el Presidente estadounidense, otra vez mal asesorado,
toma decisiones que favorecen los intereses políticos de una minoría
extremista de origen cubano del estado de Florida, que por motivaciones
mezquinas no desiste de su pretensión de castigar a Cuba y a su pueblo,
por ejercer el derecho legítimo y soberano de ser libre y haber tomado
las riendas de su propio destino. Posteriormente haremos un análisis más profundo del alcance y las implicaciones de este anuncio. El Gobierno de Cuba denuncia las nuevas medidas de endurecimiento del
bloqueo, que están destinadas a fracasar como se ha demostrado
repetidamente en el pasado, y que no lograrán su propósito de debilitar a
la Revolución ni doblegar al pueblo cubano, cuya resistencia a las
agresiones de cualquier tipo y origen ha sido probada a lo largo de casi
seis décadas. El Gobierno de Cuba rechaza la manipulación con fines políticos y el
doble rasero en el tratamiento del tema de los derechos humanos. El
pueblo cubano disfruta de derechos y libertades fundamentales, y exhibe
logros de los que se siente orgulloso y que son una quimera para muchos
países del mundo, incluyendo a los propios Estados Unidos, como el
derecho a la salud, la educación, la seguridad social, el salario igual
por trabajo igual, los derechos de los niños, y el derecho a la
alimentación, la paz y al desarrollo. Con sus modestos recursos, Cuba ha
contribuido también a la mejoría de los derechos humanos en muchos
lugares del mundo, a pesar de las limitaciones que le impone su
condición de país bloqueado. Los Estados Unidos no están en condiciones de darnos lecciones.
Tenemos serias preocupaciones por el respeto y las garantías de los
derechos humanos en ese país, donde hay numerosos casos de asesinatos,
brutalidad y abusos policiales, en particular contra la población
afroamericana; se viola el derecho a la vida como resultado de las
muertes por armas de fuego; se explota el trabajo infantil y existen
graves manifestaciones de discriminación racial; se amenaza con imponer
más restricciones a los servicios de salud, que dejarían a 23 millones
de personas sin seguro médico; existe la desigualdad salarial entre
hombres y mujeres; se margina a emigrantes y refugiados, en particular
los procedentes de países islámicos; se pretende levantar muros que
denigran a vecinos; y se abandonan los compromisos internacionales para
preservar el medio ambiente y enfrentar el cambio climático. Asimismo, son motivo de preocupación las violaciones de los derechos
humanos cometidas por los Estados Unidos en otros países, como las
detenciones arbitrarias de decenas de presos en el territorio
ilegalmente ocupado por la Base Naval de Guantánamo en Cuba, donde
incluso se ha torturado; las ejecuciones extrajudiciales y las muertes
de civiles causadas por bombas y el empleo de drones; y las guerras
desatadas contra diversos países como Irak, sustentadas en mentiras
sobre la posesión de armas de exterminio masivo, con consecuencias
nefastas para la paz, la seguridad y la estabilidad de la región del
Medio Oriente. Recordamos que Cuba es Estado Parte de 44 instrumentos
internacionales sobre los derechos humanos, mientras que los Estados
Unidos lo es solo de 18, por lo que tenemos mucho que mostrar, opinar, y
defender. Al confirmar la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas,
Cuba y los Estados Unidos ratificaron la intención de desarrollar
vínculos respetuosos y de cooperación entre ambos pueblos y gobiernos,
basados en los principios y propósitos consagrados en la Carta de las
Naciones Unidas.
En su Declaración, emitida el 1 de julio de 2015, el
Gobierno Revolucionario de Cuba reafirmó que “estas relaciones deberán
cimentarse en el respeto absoluto a nuestra independencia y soberanía;
el derecho inalienable de todo Estado a elegir el sistema político,
económico, social y cultural, sin injerencia de ninguna forma; y la
igualdad soberana y la reciprocidad, que constituyen principios
irrenunciables del Derecho Internacional”, tal como refrendó la Proclama
de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por los Jefes
de Estado y Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (CELAC), en su II Cumbre, en La Habana. Cuba no ha renunciado a
estos principios ni renunciará jamás. El Gobierno de Cuba reitera su voluntad de continuar el diálogo
respetuoso y la cooperación en temas de interés mutuo, así como la
negociación de los asuntos bilaterales pendientes con el Gobierno de los
Estados Unidos. En los dos últimos años se ha demostrado que los dos
países, como ha expresado reiteradamente el Presidente de los Consejos
de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, pueden
cooperar y convivir civilizadamente, respetando las diferencias y
promoviendo todo aquello que beneficie a ambas naciones y pueblos, pero
no debe esperarse que para ello Cuba realice concesiones inherentes a su
soberanía e independencia, ni acepte condicionamientos de ninguna
índole. Cualquier estrategia dirigida a cambiar el sistema político,
económico y social en Cuba, ya sea la que pretenda lograrlo a través de
presiones e imposiciones, o empleando métodos más sutiles, estará
condenada al fracaso. Los cambios que sean necesarios en Cuba, como los realizados desde
1959 y los que estamos acometiendo ahora como parte del proceso de
actualización de nuestro modelo económico y social, los seguirá
decidiendo soberanamente el pueblo cubano. Como hemos hecho desde el triunfo del 1ro. de enero de 1959,
asumiremos cualquier riesgo y continuaremos firmes y seguros en la
construcción de una nación soberana, independiente, socialista,
democrática, próspera y sostenible. La Habana, 16 de junio de 2017.
Durante el V
Seminario Internacional de Paz y por la Abolición de las Bases Militares
Extranjeras, desarrollado recientemente en esta oriental ciudad, importantes
personalidades compartieron temas de interés mundial, como la presencia de la
ilegal base naval yanqui en Guantánamo, la paz y el fin del bloqueo de Estados Unidos
contra Cuba.
Al respecto, Ann Wright, ex coronela retirada del Ejército de los Estados
Unidos y ex diplomática del Departamento de Estado declaró: "Pido
disculpas al pueblo de Cuba, aquí en la ciudad de Guantánamo, por la base
militar impuesta por los EEUU a este país, que, fuera de su territorio, ha
mantenido por más tiempo en toda su historia" . Wright en nombre de la delegación de su país y de la organización
Mujeres por la Paz, agregó: " También quiero disculparme porque desde hace
15 años, desde el 11 de enero de 2002, la prisión de Guantánamo ha sido el
lugar de ilegal e inhumano encarcelamiento y tortura de 800 personas
procedentes de 49 países. " Soy una veterana con 29 años de servicio en el ejército de los EE.UU.
Me retiré con el grado de coronela. Presté servicios también en el Departamento
de Estado y durante años en algunas embajadas que tenía mi país en Nicaragua,
Granada, Somalia, Uzbekistán, Kirguistán, Sierra Leona, Micronesia, Afganistán
y Mongolia. " Hace catorce años, en marzo de 2003, renuncié como representante del
gobierno de los Estados Unidos por oponerme a la guerra del presidente Bush en
Irak. Desde ese momento he trabajado por la paz y por la terminación de las
operaciones militares estadounidenses en todo el mundo, afirmó". Al referirse a la existencia de la ilegal base naval yanqui en
Guantánamo y el fin del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, Ann
Wright, afirmó: " Estoy en contra de las bases y en contra de las
guerras. También estoy en contra del bloqueo impuesto a un país que no
representa ninguna amenaza para los Estados Unidos. " El ejército de los Estados Unidos tiene más de 800 bases militares en
todo el mundo y está aumentando, especialmente en el Medio Oriente. Aquí
hay más de 100 participantes de mi país, y quiero que sepan que como
ciudadanos, retamos a nuestro gobierno para que cesen las bases, porque
muchos de nosotros estamos en contra de la manera en que Estados Unidos amenaza
a la paz mundial, concluyó la ex coronela".
Guantánamo es
noticia. Precisamente en esta ciudad oriental donde el gobierno de los
Estados Unidos mantiene el ilegal enclave militar hace más de cien años,
comenzará hoy y se extenderá hasta el 6 de mayo, el V Seminario
Internacional por la Paz y por la Abolición de las Bases Militares Extranjeras.
Vestida de
Paz, la provincia de Guantánamo abre sus puertas a centenares de activistas,
antibelicistas y amigos solidarios de Cuba. ¿ El objetivo esencial? Apoyar a la
Isla en su lucha por la devolución de los 117 kilómetros cuadrados de su
territorio ilegalmente ocupado por una base naval estadounidense, y
exigir el cese inmediato del bloqueo que Estados Unidos ha impuesto a nuestro
país, hace más de 50 años.
La apertura
al V Seminario..., patrocinado por el Consejo Mundial por la Paz y
el Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos, se realizará a
las 2 de la tarde en el teatro de la Universidad de Ciencias Médicas de
Guantánamo. En esta edición, asistirán más de 250 delegados de unos 25
países y tiene mayor número de participantes en relación a las anteriores.
Auspiciado
además por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos y la Organización de
Solidaridad con los Pueblos de África, Asia y América Latina, el encuentro de
los pacifistas, será un importante espacio para engrandecer la unidad en
la lucha internacional por la eliminación de las ilegales e ilegales bases
militares, impuestas en contra de la voluntad de los pueblos.
La primera jornada del evento tendrá la intervención de Silvio Platero Irola,
Presidente del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos.
Posteriormente y la de María Do Socorro Gomes, Presidenta del Consejo Mundial
de Paz, quien realizará una intervención especial. Mientras, Emigdio Matos, vicepresidente la Asamblea Provincial del Poder Popular,
exhibirá una caracterización del territorio.
A partir de
las 4 de la tarde se presentarán las primeras ponencias relacionadas con la ocupación
militar de las bases militares en los diferentes países. A ello se anexarán las
intervenciones sobre el efecto que provocan dichas instalaciones sobre sus
habitantes en diversas partes del mundo. Mientras, para cerrar la primera
Jornada, los delegados sostendrán un encuentro con varios cederistas.
El V
Seminario Internacional por la Paz y por la Abolición de las Bases Militares
Extranjeras, se desarrolla en el contexto del proceso de
normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. Por lo tanto buscará
fortalecer la unidad entre los pacifistas del mundo para unidos luchar por un
mundo de paz y prosperidad.
La comunidad de blogueros y tuiteros en Guantánamo convoca a la operación en redes “Por un Mundo de Paz y sin bases
navales militares extranjeras” a propósito de la celebración en
este oriental territorio del V Seminario Internacional de Paz y por la Abolición de las Bases Militares Extranjeras.
Los días del 4 al 6 de mayo próximo los internautas de todo el mundo podrán
unir sus voces en las redes sociales, para denunciar las políticas
injerencistas de las grandes potencias imperialistas, empeñadas en mantener
bases militares en todos los continentes.
En cada jornada, desde las 9:00 de la mañana y hasta las 12: 00 m, hora de Cuba, utilizaremos
en Twitter las etiquetas #Guantanamo
#Cuba #GuantanamoNoEsBaseNaval #NoABasesMilitaresExtranjeras,para que los usuarios puedan compartir sus mensajes y
acciones a favor de la Paz
mundial.
Al V Seminario Internacional de Paz y por la Abolición de las Bases Militares Extranjeras. que se realiza
con carácter bienal en Guantánamo, asistirán
más de 250 delegados en representación de unos 25 países.
La ilegal base naval ubicada en Guantánamo es una daga
encajada en nuestro territorio y es el enclave militar más antiguo que tiene
Estados Unidos fuera de sus fronteras.
Por esa razón, tenemos que unir todas las voces solidarias para seguir
exigiendo su devolución a Cuba.