Cada 10 de diciembre, se
celebra el Día de los derechos Humanos, por resolución de la Asamblea General
de las Naciones Unidas. La fecha es motivo para que disfrutemos de una vida sin violencia, de la
asistencia social, de la gratuidad en los servicios esenciales y demos una atención desmedida por nuestros niños y
niñas.
Mientras cada día millones de niños y niñas en todo el mundo
duermen antes de ir a la escuela, otros millones se levantan tempranito para ir
a trabajar. Es una doble realidad que
depende del sitio donde hayan nacido, de
circunstancias sociales, económicas o familiares.
Para nadie es noticia que el trabajo infantil impide a los menores disfrutar de
la infancia, les obliga a cambiar los juegos por las
obligaciones y a ejercer unas labores que, con frecuencia, ponen en peligro su vida y su futuro.
En Cuba, los niños y niñas tienen otra realidad.
Este año el lema del Día
Internacional de los derechos Humanos es: “Derechos humanos y
justicia social: ¡erradiquemos el trabajo infantil!”. Por tanto, es hora
de hacer un llamado sobre el derecho de
todos los niños a ser protegidos del trabajo infantil y de otras violaciones de
sus derechos humanos fundamentales.
Estos niños y niñas
deberían estar en la escuela recibiendo educación. Si entran en el mercado laboral
prematuramente, se les priva de la educación y capacitación necesarias para que
ellos, sus familias y sus comunidades salgan del ciclo de pobreza en que se
encuentran.
La obra de la Revolución Cubana
por más de 50 años ha devenido una cruzada inquebrantable para alcanzar la
plena realización de todos los derechos humanos de los hombres, y en esta
cruzada, la infancia es prioridad. Las
niñas y niños disfrutan a plenitud su derecho al estudio vivan en la ciudad o
en la zona más intrincada de la geografía, tienen derecho a la cultura, al
deporte, al juego, a la protección de sus padres, a expresar sus criterios, ser
escuchados…
Los niños y niñas cubanos
son muy dichosos, son muy felices. Y de esta realidad sacamos la conclusión de que los millones de
niños en el mundo que tenemos sin
escuela, sin salud asegurada, sin acceso a las bibliotecas, en bandas
organizadas, en redes de prostitución... ninguno es cubano.