Tomado del Sitio Oficial de la Cumbre de la CELAC. Cuba
El vicecanciller cubano Abelardo Moreno dijo en La Habana que en la
II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(CELAC) se buscará declarar la región como zona de paz.
Es
preciso que los jefes de Estado y de Gobierno den su apoyo para que
siempre se resuelvan los conflictos a través del diálogo y las
negociaciones, expresó el funcionario en entrevista con la televisión
nacional.
Recordó que las 33 naciones de la CELAC son parte del tratado de
Tlatelolco, el cual prohíbe las armas nucleares en Latinoamérica y el
Caribe. Sin embargo consideró necesario ir más allá y alcanzar una unión
por la paz, apuntó.
Moreno aseguró que la organización para el
evento marcha muy bien e informó que se discute a distancia un proyecto
de declaración política y un plan de acción para el 2014.
Comentó
que se preparan unas 26 comunicaciones especiales que abordan temáticas
como el apoyo a Argentina en su lucha por la recuperación de las islas
Malvinas, el dominio de las trasnacionales, la explotación de los
recursos naturales, el bloqueo económico, financiero y comercial de
Estados Unidos contra Cuba, las políticas culturales y el terrorismo.
El
próximo 28 y 29 de enero el recinto expositivo Pabexpo, en La Habana,
acogerá las delegaciones de los países miembros de la CELAC, reunión que
estará precedida por un encuentro de expertos nacionales, los días 25 y
26, en tanto el 27 se reunirán los cancilleres.
La Comunidad se
constituyó en el 2011, en Venezuela, y está considerada como el suceso
institucional más importante de la región y tuvo su primera cumbre el
pasado año en Santiago de Chile, donde Cuba asumió la presidencia pro
témpore, la cual traspasa es-te año a Costa Rica.
Celac: un proyecto joven de unidad, soberanía e integración
Cuando el 3 de diciembre del 2011 en la Cumbre fundacional de la CELAC en Caracas, el General
de Ejército Raúl Castro Ruz en la
Cumbre expresó: “La Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños es nuestra obra más preciada.
Simbólicamente, consolida el concepto de una región unida y soberana,
comprometida con un destino común“, no estaba lejos de pensar que nacía la
concreción de los sueños de una región que permaneció dormida durante años a la
espera de su momento.
Sin embargo, hoy nuevos retos y esperanzas van tomados de la mano en un nuevo proyecto regional cuyo baluarte obedece de la sapiencia con la que las 33 naciones independientes situadas en lo que definió José Martí como Nuestra América: “los pueblos que se extienden al sur del Río Bravo hasta la Patagonia”.
Sin embargo, hoy nuevos retos y esperanzas van tomados de la mano en un nuevo proyecto regional cuyo baluarte obedece de la sapiencia con la que las 33 naciones independientes situadas en lo que definió José Martí como Nuestra América: “los pueblos que se extienden al sur del Río Bravo hasta la Patagonia”.
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (Celac), es una organización regional intergubernamental que
reúne a los países de América Latina y el Caribe,
sin la injerencia de Estados Unidos y Canadá. Nace en 2011 en Caracas,
Venezuela, de la unión del Grupo de Río y la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre
Integración y Desarrollo (CALC), conocida Cumbre de la Unidad.
Hecho institucional más importante en América Latina y el Caribe en el último siglo, la Celac, fue creada para impulsar la integración bajo nuevas formas de solidaridad y colaboración, en aras de propiciar el multilateralismo, el intercambio y las estrategias para enfrentar la pobreza y la crisis económica en la región y constituye es además, un instrumento para aunar voluntades, resolver diferencias y cooperar por el bien de la región.
Hecho institucional más importante en América Latina y el Caribe en el último siglo, la Celac, fue creada para impulsar la integración bajo nuevas formas de solidaridad y colaboración, en aras de propiciar el multilateralismo, el intercambio y las estrategias para enfrentar la pobreza y la crisis económica en la región y constituye es además, un instrumento para aunar voluntades, resolver diferencias y cooperar por el bien de la región.
La Celac no es más que la realización
de los sueños de unidad, justicia y soberanía de los grandes hombres y mujeres
de estas tierras. Y esta es la premisa que regirá en la II Cumbre a
desarrollarse desde el 25 y hasta el 29 de enero en La Habana, Cuba, un espacio
que no quedará en la historia como un encuentro más entre líderes
políticos, sino el contexto internacional para que se consolide el concepto de
región articulada, reconocible y comprometida con un destino común.
Por la
erradicación del hambre y la pobreza, es el lema que preside la II Cumbre de la Celac donde los ministros
intercambiaron experiencias en torno a los programas elaborados por los
diferentes países en materia de educación, salud y alimentación propuestas para
que sean establecidos en los 33 Estados.
Aún La Celac es un joven proyecto de integración y unidad, sin embargo, sigue
avanzando hacia perspectivas comunes entre sus miembros, con la mirada puesta
en los problemas que verdaderamente desgarran a Nuestra América y se
perfecciona como un elemento de unificación para bienestar de los pueblos
en la búsqueda de la verdadera independencia.
Plaza Mariana Grajales de Guantánamo: majestuoso conjunto monumental ( Fotos )
En la provincia de Guantánamo se erige la Plaza de la Revolución Mariana Grajales, única con nombre de mujer en Cuba y uno de los monumentos escultóricos más llamativos de la isla, fundado el 26 de julio de 1985.
Visitar este lugar propicia un acercamiento a la historia de lucha del pueblo guantanamero desde la Guerra de Independencia en 1868 hasta el triunfo de la Revolución liberadora, el 1 de enero de 1959.Un recorrido por sus exteriores a través de imágenes dice de este hermoso conjunto monumental obra del arquitecto Rómulo Fernández, los escultores José Villa Soberón, Enrique Angulo, Angel Trenard y el pintor Ernesto García Peña, reconocidos creadores, cuya hoja rebasa los límites nacionales.
Julio Antonio Mella: acción y amor
dos tiros de revólver 38 penetraban el cuerpo del joven mientras caminaba por las calles de México junto a su inseparable compañera Tina Modotti. Los asesinos enviados por el dictador Gerardo Machado le habían disparado por la espalda. Con solo 26 años de edad, decía adiós a la vida Julio Antonio Mella.
La activa
mujer divisó el olor a pólvora, en tanto, el joven se soltaba de su brazo y
corriendo, cruzaba hacia la acera opuesta, pero se desplomó al suelo. Tina lo
alcanzó y arrodillada junto a él, escuchó: ''Magriñat tiene que ver en esto...
«Muero por la Revolución»,
y con aquella frase, reafirmó su
decisión de darlo todo por la obra que había comenzado..
Se perdía una de las
figuras más avanzadas en el pensamiento político latinoamericano de inicios del
siglo XX y líder comprometido con la defensa de los ideales más puros del
pueblo cubano. Había caído asesinado el íntegro revolucionario, paradigma para los jóvenes
cubanos, el abanderado de la lucha contra nuestro principal enemigo y por la
revolución social.
La Universidad de La Habana y sus aulas, fueron sus primeros campos de batalla. Y si bien desde ese escenario emprendió la vida política, no fue este sitio el único terreno donde dejó su huella como organizador y guía. Importantes responsabilidades vincularían definitivamente al joven quehacer revolucionario y justo es en ese espacio estudiantil donde inició su lucha política, cuando en el año 1922 estalló la reforma universitaria en Cuba.
Las ideas de Mella, trascendieron los marcos del recinto universitario y entonces se vincula a la Liga Antiimperialista de las Américas, importante instrumento de lucha en ese momento histórico y del que se convierte en fundador en 1925. Con el objetivo de impartir temas políticos y académicos a trabajadores, funda además la Universidad popular José Martí y junto a Carlos Baliño, el Partido Comunista de Cuba, organización política que aunaba a seguidores del pensamiento marxista leninista y que Gerardo Machado cuando asumió el poder ilegalizó junto a la FEU.
La Universidad de La Habana y sus aulas, fueron sus primeros campos de batalla. Y si bien desde ese escenario emprendió la vida política, no fue este sitio el único terreno donde dejó su huella como organizador y guía. Importantes responsabilidades vincularían definitivamente al joven quehacer revolucionario y justo es en ese espacio estudiantil donde inició su lucha política, cuando en el año 1922 estalló la reforma universitaria en Cuba.
Las ideas de Mella, trascendieron los marcos del recinto universitario y entonces se vincula a la Liga Antiimperialista de las Américas, importante instrumento de lucha en ese momento histórico y del que se convierte en fundador en 1925. Con el objetivo de impartir temas políticos y académicos a trabajadores, funda además la Universidad popular José Martí y junto a Carlos Baliño, el Partido Comunista de Cuba, organización política que aunaba a seguidores del pensamiento marxista leninista y que Gerardo Machado cuando asumió el poder ilegalizó junto a la FEU.
En la pluma también tuvo Mella una forma de defender a Cuba y de manifestar sus ideas. En
una ocasión dijo: "La hora es de lucha, de lucha ardorosa; quien
no tome las armas y se lance al combate pretextando pequeños desprecios,
puede calificarse de traidor o cobarde. Mañana se podrá discutir, hoy
solo es honrado luchar.
Debido a su incesante crítica a los males sociales engendrados por
Machado y la corrupción administrativa de su gobierno, fue
expulsado de la
Universidad de La Habana. Por ello, buscó refugio en México, y
desde allí, persistió en su actividad política, para convertirse en
miembro del Comité Ejecutivo de la
Liga de las Américas y del Partido Comunista de ese país.
En Cuba nadie hizo tanto en tan poco tiempo, dijo en una ocasión nuestro Fidel Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana. Y es
que Julio Antonio Mella, comunista cubano, fue un combatiente
incansable, paradigma de quienes lucharon a su lado por una sociedad
mejor, y también de las generaciones que le sucedieron.
Y esta es
la razón por la que el legado político del impetuoso hombre a quien no pudieron
silenciar su ejemplo en las aulas universitarias, en talleres, fábricas,
perdura en generaciones de cubanos que, años más tarde llevaron a cabo la gesta
que llevó a Cuba a la plena soberanía.
Exhibe Guantánamo la tasa de mortalidad infantil más baja de la historia
La provincia de Guantánamo exhibe la tasa de mortalidad infantil más baja de la historia
Fidel: prefiero mandar al pueblo, porque el pueblo es invencible
Hay días que por la trascencia de los hechos, jamás suelen olvidarse. Y eso sucede con el 8 de enero de 1959, con quienes acudieron
a recibir la Caravana de la Libertad en La Habana. El júbilo popular era extraordinario, el
Ejército Rebelde conquistaba una gran victoria contra la sanguinaria dictadura de Fulgencio Batista.
La Caravana de los barbudos con Fidel Castro al frente, entraba a La Habana. Risas, saludos, gritos de ¡Viva! barbas, fusiles y melenas, brazaletes… cientos de banderas cubanas y del Movimiento 26 de Julio ondeaban con la brisa invernal de ese día de Victoria.
Había lágrimas de emoción y evocación por quienes no pudieron ver el triunfo del Ejército Rebelde. También anunciaba su presencia el sonar de las sirenas de los barcos anclados en el puerto y replicaban las campanas de las iglesias. El ruido las bocinas de los autos inundaban la ciudad y junto a los silbatos de las fábricas, fueron disparadas 21 salvas por la Marina de Guerra.
En los parques y balcones hombres, mujeres, ancianos, niños, de todo un pueblo de verde olivo agitaban las manos. Cual símbolo de la Paz, las palomas volaban augurando otro porvenir para la Patria y acompañaban el recibimiento de la columna guerrillera. Simbólicamente, una de ellas se posó en el hombro de Fidel cuando hablaba al pueblo: “Una de las ansias mayores de la nación, consecuencia de los horrores padecidos, por la represión y por la guerra, era el ansia de paz, de paz con libertad, de paz con justicia, y de paz con derechos”…
En otro momento de la alocución del líder de la Revolución Cubana en la Ciudad Escolar Libertad, antes cuartel Columbia, expresó su gran confianza en las masas, y dijo: “Si a mí me preguntaran qué tropa prefiero mandar, yo diría: prefiero mandar al pueblo, porque el pueblo es invencible.
“ Y el pueblo fue quien ganó esta guerra - prosiguió el Comandante- , porque nosotros no teníamos tanques, nosotros no teníamos aviones, nosotros no teníamos cañones, nosotros no teníamos academias militares, nosotros no teníamos campos de reclutamiento y de entrenamiento (…) ” “El pueblo, el pueblo ganó la guerra. Esta guerra no la ganó nadie más que el pueblo.”
A más de medio siglo de Revolución, estas históricas palabras han devenido en símbolo. El pueblo cubano sigue demostrando al mundo su capacidad de resistir y vencer con la misma unidad, entereza y confianza en el futuro de aquel 8 de enero de 1959.
La Caravana de los barbudos con Fidel Castro al frente, entraba a La Habana. Risas, saludos, gritos de ¡Viva! barbas, fusiles y melenas, brazaletes… cientos de banderas cubanas y del Movimiento 26 de Julio ondeaban con la brisa invernal de ese día de Victoria.
Había lágrimas de emoción y evocación por quienes no pudieron ver el triunfo del Ejército Rebelde. También anunciaba su presencia el sonar de las sirenas de los barcos anclados en el puerto y replicaban las campanas de las iglesias. El ruido las bocinas de los autos inundaban la ciudad y junto a los silbatos de las fábricas, fueron disparadas 21 salvas por la Marina de Guerra.
En los parques y balcones hombres, mujeres, ancianos, niños, de todo un pueblo de verde olivo agitaban las manos. Cual símbolo de la Paz, las palomas volaban augurando otro porvenir para la Patria y acompañaban el recibimiento de la columna guerrillera. Simbólicamente, una de ellas se posó en el hombro de Fidel cuando hablaba al pueblo: “Una de las ansias mayores de la nación, consecuencia de los horrores padecidos, por la represión y por la guerra, era el ansia de paz, de paz con libertad, de paz con justicia, y de paz con derechos”…
En otro momento de la alocución del líder de la Revolución Cubana en la Ciudad Escolar Libertad, antes cuartel Columbia, expresó su gran confianza en las masas, y dijo: “Si a mí me preguntaran qué tropa prefiero mandar, yo diría: prefiero mandar al pueblo, porque el pueblo es invencible.
“ Y el pueblo fue quien ganó esta guerra - prosiguió el Comandante- , porque nosotros no teníamos tanques, nosotros no teníamos aviones, nosotros no teníamos cañones, nosotros no teníamos academias militares, nosotros no teníamos campos de reclutamiento y de entrenamiento (…) ” “El pueblo, el pueblo ganó la guerra. Esta guerra no la ganó nadie más que el pueblo.”
A más de medio siglo de Revolución, estas históricas palabras han devenido en símbolo. El pueblo cubano sigue demostrando al mundo su capacidad de resistir y vencer con la misma unidad, entereza y confianza en el futuro de aquel 8 de enero de 1959.
Guantánamo desde Blasones ( Fotos )
Gracias a Blasones, regalo a mis lectores estas preciosas imágenes del céntrico parque “José Martí”, de Guantánamo, mi ciudad natal. Disfrútenlas!!!!
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