Libia: dolor, lágrimas, guerra…


Se han convertido en máquinas de matar. La destrucción impera. La guerra, los heridos, los muertos por doquier…. Todo en un abrir y cerrar de ojos. Cruda realidad muestra Libia desde la coalición militar liderada por Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Hay dolor, lágrimas, guerra…

Las imágenes desgarran y con ellas, la pregunta: ¿Quién da el derecho al Consejo de Seguridad de la ONU, organización que tiene la misión de bregar por la paz, para arremeter contra Libia. Es evidente, que la vida de este pueblo no les importa para nada. Imperaba una intervención militar a la población civil para apropiarse del petróleo, el agua y el gas.

Como país mayor productor del oro negro en la región, Libia posee la mayor reserva probada de África y es uno de los principales abastecedores de Europa, al producir cerca de 1,6 millones de barriles diarios. No hay otra razón para el desastre en el mentado país.

Esto nos muestra el doble rasero del gobierno de los Estados Unidos al permitir el primer genocidio del siglo XXI con las invasiones a Afganistán en el año 2001, a Iraq en el 2003 y ahora a Libia. ¿Hasta dónde este país que se jacta de defensor de los derechos humanos a nivel mundial, seguirá violando las leyes humanitarias?

El Comandante Fidel Castro Ruz, previsor ante estos temas relacionados con la guerra a nivel mundial, desde que salió a la luz esta situación, se alzó con autorizada voz para advertir sobre la necesidad de aunar los esfuerzos por la paz y por encontrar un camino correcto que permitiera amparar al pueblo libio.

En aquel momento, el líder de la Revolución Cubana denunció los intentos intervencionistas, tal como se desarrollaron y a su vez, analizó con precisión que “se puede estar o no de acuerdo con Khadafi pero era necesario evitar cualquier intervención extranjera en este caso".

Hablaba Fidel en nombre de la humanidad. Y en nombre de esta humanidad, urge que los pueblos alcen sus voces por la Paz, la justicia, la solidaridad para ante las imágenes dolorosas de Libia y decir un NO rotundo a la guerra y al desastre.

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