El Cemí de Gran Tierra de Maisí: Orgullo guantanamero



De la magia y gracia salida de las manos de hombres primitivos oriundos del oriente de Cuba, nació hace cinco siglos el Cemí de Gran Tierra de Maisí. La escultura aborigen antillana está  tallada en Guayacán Negro, que mide  92 centímetros de alto y de forma alargada y semicilíndrica, semejante a un tabaco.

El Cemí, representa una deidad mitológica con fuerzas sobrenaturales a la que invocaban los Taínos para la realización de sus rituales mágicos en busca de auxilio para su devenir cotidiano y está tallado en una estalagmita de altura superior a un metro, junto a otros seis grabados con figuras de animales.

La talla en madera tiene hermosas conchas marinas, características de las costas del oriente de la Isla, elemento utilizado para conformar los ojos, nariz, boca y otros rasgos humanos para representar a través de la figura a uno de sus Dioses.

Debido a la similitud de la figura con un gigantesco tabaco negro, el Cemí o Ídolo del Tabaco como también se le conoce, es símbolo de resistencia y es la postura de rebeldía e independencia que nos legaron caciques como Hatuey, Guamá y Guayo, cuyos rasgos étnicos aún prevalecen entre la actual población guantanamera como indeleble marca de singular valor patrimonial.

Considerada una de las reliquias más antiguas de Cuba y de las más valiosas del ámbito antillano, desde 1997 el Cemí de Gran Tierra es el símbolo de la provincia de Guantánamo. De hecho, cada año se entragan  réplicas de la efigie -en pequeño formato-  a personalidades con una contribución importante al desarrollo de este serrano territorio.

La primera figura acreedora de este reconocimiento fue el Comandante en jefe Fidel Castro Ruz, luego la recibieron el General de Ejército Raúl Castro Ruz, el General de Brigada Arnaldo Tamayo Méndez, primer cosmonauta latinoamericano y Félix Savón, multicampeón olímpico y mundial de boxeo, entre otras personalidades. 


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