No se puede recordar a Bernabé Omar Ranedo Pubillones, solo como el
joven que fue. Evocar su nombre es recordar al combatiente
revolucionario, miembro del Movimiento 26 de Julio en Guantánamo, quien
cayera el 18 de febrero de 1958 en el cumplimiento de una misión.
Procedente de una familia de clase media, en la que se respiraba un
ambiente hogareño de ciertas comodidades y relaciones sociales, Omar
Ranedo había nacido el 26 de mayo de 1939 en Guantánamo.
A pesar de su juventud, lo caracterizaba su carácter fuerte,
la serenidad y la honestidad. Además, gustaba de la lectura y quienes lo
conocieron, coinciden en que tenía vocación intelectual. Era muy querido
por los empleados de la empresa que administraba.
Era un joven valeroso, fuerte, además de inteligente y capaz. Ante el
llamado de la patria escarnecida, desangrada, ingresó en las filas del
Movimiento 26 de Julio, al cual aportó todo cuanto material poseía,
para contribuir con ello a los fondos de la organización.
En la noche del 18 de febrero de 1958, cuando el movimiento decidió
la ejecución de la quema de un ómnibus de la ruta 13 - norte al 13 - sur,
Omar Ranedo, quien ostentaba el grado de sargento, fue responsabilizado
con aquella acción en unión de otros dos compañeros; pero fueron
sorprendidos por una patrulla militar.
El joven resultó herido y aunque sus compañeros lograron escapar,
resistió cuanto pudo y trató de escapar; pero quedó junto a una
cerca de alambre de púas en las inmediaciones del lugar. Allí fue
sorprendido por el ejército, resulta herido y posteriormente asesinado.
Solo tenía l8 años de edad.
Su cadáver fue hallado en la calle Luz Caballero y el 11 Sur, lugar
donde fuera eregido un obelisco que honra su memoria. A su sepelio asistieron
cientos de personas, fue una verdadera manifestación de duelo.
Los restos mortales de Omar Ranedo, se llevaron hasta su última
morada y allí, aprovechando la confusión y la tensión de aquel triste
momento en que se efectuaba la despedida de duelo, un joven izó la
bandera roja y negra símbolo del movimiento. Así el pueblo guantanamero
honró a su mártir.
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