Fidel en Guantánamo: “el ejército de Cuba es el pueblo”

Fidel Castro en Guantánamo
En el mismo lugar por donde nació la Villa de Guantánamo, el 3 de febrero de 1959, la ciudad del Guaso, en alusión a uno de los ríos que la cruzan, recibió al Comandante en Jefe Fidel Castro acompañado con su tropa victoriosa. Llegaba al otrora aeropuerto de Los Caños, (hoy Mariana Grajales) y allí, miles de guantanameros lo acogieron y acompañaron durante todo el trayecto hasta el céntrico parque José Martí donde se haría el recibimiento oficial.

El Movimiento 26 de julio en Guantánamo, había citado a varias mujeres quienes dirigidas por la combatiente Margot Hernández Montes de Oca, recibirían al Comandante Fidel Castro Ruz. Todo esta preparado para la ocasión. La bienvenida era en el Salón Árabe de la Sociedad Colonial Española, hoy Casa de Cultura Rubén López Sabariego. Dentro había ocho combatientes de la Revolución que sujetaban una bandera cubana gigante sobre la cual se despetalaron alrededor de 50 docenas de radiantes.

Afuera reinaba alegría. La población guantanamera abrazaba las calles de un lado a otro y no dejaba avanzar al jeep que ya se acercaba. Mientras, el auto siguió por Pedro Agustín Pérez, hasta llegar a la esquina de las arterias Los Maceo y Bernabé Varona, frente a la otrora Escuela Profesional de Comercio y en el entorno del parque 24 de Febrero.

La concentración era inmensa, centenares de hombres, mujeres, niños de toda la villa del Guaso, esperaban a su Comandante para reafirmar su apoyo irrestricto al proceso humanista y renovador que se gestaba en Cuba. El entusiasmo para recibirlo en Guantánamo era indescriptible, por primera vez entraba a esta ciudad, a la primera trinchera antiimperialista de Cuba. Por primera vez, Fidel Castro Ruz, el invicto Comandante en jefe, hablaba a los guantanameros y las guantanameras.

En aquella histórica jornada, el Comandante platicó ante este aguerrido pueblo sobre su inquietud por el territorio que ocupa ilegalmente la base naval norteamericana en este territorio y por lo que hacían los marines cuando llegaban a la ciudad y dijo: “(…) Considero estúpido, que estén persiguiendo en la base naval a los obreros cubanos (…) Les advertimos a las autoridades de la base que no cometan el error de estar tomando medidas agresivas, (…) y cuando los marinos vengan aquí, que vengan con orden; que se acabe el relajo ese de estar tocando en las casas decentes, porque no hay derecho a que estén por las calles (…)”.

De igual forma en otro momento de su intercambio con el pueblo se refirió a la difícil situación del desempleo, los bajos salarios de los obreros, la prostitución y la explotación de los campesinos que no eran propietarios de tierra, el líder revolucionario aseveró: “(…) se impone una serie de medidas revolucionarias, pero la primera de todas tiene que ser la Reforma Agraria, ¡la primera de todas tiene que ser y va a ser la Reforma Agraria! Después de la Reforma Agraria, irán todas las leyes revolucionarias que hagan falta (…)”.

“(…) No pararemos hasta que hayamos acabado con el último bohío (…). Todo irá parejo: la lucha contra la miseria, la lucha contra el desempleo, la lucha contra el latifundismo, la lucha por el desarrollo industrial, la lucha contra las enfermedades, la lucha contra el analfabetismo, la lucha por la cultura, la lucha por la democracia, el bienestar y la salud del pueblo”. Expuso Fidel Castro a los guantanameros, ante su preocupación por las condiciones de vida de los pobladores en general.

En otro momento de su discurso, Fidel acentuó en la importancia de la participación de todo el pueblo en la defensa de la Patria y llamó a generalizar el conocimiento del uso de las armas si fuera necesario: “(…) A la contrarrevolución no podemos dejarla que triunfe. Tenemos que atrincherarnos y pelear aquí hasta el último hombre y hasta la última bala; por lo tanto, la Revolución hay que hacerla (…) El ejército de Cuba es el pueblo, porque todo el mundo tiene que pelear. Entonces, aquí, en los sindicatos, en los clubs juveniles, en los institutos, en todas partes, hay que enseñarle a manejar las armas al pueblo (…) ” .

La presencia de Fidel Castro Ruz en Guantánamo, devino fiesta popular en los alrededores del otrora parque 24 de febrero. Y allí, los guantanameros, quienes aportaron valiosas vidas a la lucha insurreccional contra el tirano Fulgencio Batista, aseveraron al líder revolucionario, que estas tierras mantendrían invictas las banderas de lucha y de combate, heredadas hace más de cien años, encargo que a más de 50 años se mantiene más firme que nunca.

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