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En Guantánamo, la irresponsabilidad de algunos, no nos puede convertir en el próximo número

 


En #Guantanamo suben y suben como la espuma los enfermos de #Covid-19, por fa… habitantes de mi tierra #QuedateEnCasa #HazLoTuyo… Así dice un twit que publiqué hoy en mi cuenta en Twitter a raíz del resultado que dio el dr Durand en su intervención esta mañana.

Para todos es conocida esta aseveración. Y es que desdichadamente los pacientes diagnosticados por estos días en Guantánamo con Covid-19, son el resultado de la baja percepción de riesgo y las conductas irresponsables de un grupo de personas ante esta peligrosa enfermedad. A ello sumar la violación de los protocolos establecidos para los viajeros y sus familiares.

Lo cierto es que cuando se quebrantan cuestiones tan elementales como el aislamiento, el uso del nasobuco o el lavado y desinfección de las manos, el riesgo se vuelve extremadamente alto.  Sin embargo, los irresponsables tienen que saber que la Covid no es jueguito de muchachos, sino que se trata de vidas humanas.  Por ello, ante la irresponsabilidad, tenemos que seguir adoptando medidas para reducir niveles de contagio actuales.

Hoy, ante el llamado de las máximas autoridades del gobierno y la Salud Pública en Cuba, nos asiste el compromiso de ser disciplinados y de cuidarnos. Este es el momento de pensar en un mayor aislamiento social, de tener noción del peligro, además de comprensión, voluntad, espíritu y apoyo de todos juntos para frenar la propagación de la COVID-19 en el país. Y esto no es mucho pedir…

El esfuerzo de este personal durante estos difíciles meses, no puede verse empañado por la irresponsabilidad de unos pocos. Basta de contemplaciones. El momento impone mano dura para los infractores e irresponsables y aplicar las sanciones a quienes incumplen con las orientaciones del Gobierno Cubano y el Ministerio de Salud Pública.

Y no se trata de sembrar el terror, sino de evaluar la magnitud de esta pandemia, solo así cortaríamos el virus y la entrada a nuestros hogares… No podemos negar lo doloroso de ver que, detrás de las cifras de los contagiados, hay un menor, un anciano, un padre de familia, una madre amorosa, un abuelito que no estará más. 

Ahora el llamado es a la unidad, la solidaridad y la disciplina para ganar esta batalla, sin embargo, para vencerla, debemos de actuar con responsabilidad. Con nuestra actitud, no demos la espalda a un enemigo que está tan cerca de nosotros. Cuidar de tu vida y la de los demás, no es un sacrificio, sino un orgullo y una muestra de cariño y protección.

Quedarte en casa es sinónimo de respeto a la vida y sobre todo, la mejor manera de proteger a los seres queridos y a nosotros mismos. Es también la única medicina preventiva que tenemos hasta ahora. Por ello, no abras la puerta al enemigo, cuídate por ti, por tu vida, por tu familia. Cuídate por quienes desafían diariamente esta terrible pandemia desde sus puestos laborales.

Dale calor a tu hogar, vístete con el traje de solidaridad y responsabilidad. Quedarte en casa es reconocer la labor de quienes están en el primer frente de batalla de la COVID-19 dentro y fuera de Cuba y luchan por la salud de personas que no conocen, pero defienden a toda costa. Cuídate, cuídanos, la irresponsabilidad de algunos, no nos puede convertir en el próximo número.









Uso correcto del nasobuco, higiene personal y distanciamiento social: trilogía perfecta para ganarle a la Covid – 19

Es alarmante la situación en Guantánamo. Hoy esta provincia ocupa el primer lugar con 122 casos de Covid – 19 en los últimos 15 días. Es una dura realidad, sin embargo, si nos ponemos la mano en el corazón, aseveramos que la culpa del contagio evidentemente, no cae en saco roto.

Duele saber de jóvenes que acuden a bares y paladares en busca de una diversión, que, a la postre, por solo unas horas, puede ser letal. Sin embargo, retan el peligro usando incorrectamente el nasobuco o simplemente, llevándolos en el bolsillo, bebiendo de copa en copa, hablando unos encimas de los otros…

Y no son solo ellos, otras personas permanecen en las calles hacen largas colas o caminan de un lado a otro de la ciudad innecesariamente, restando importancia al peligro de esta terrible enfermedad y a su fácil transmisión. Indudablemente ignoran la magnitud de sus consecuencias. 

Hay que pasar obligatoriamente a otra etapa y poner un PARE definitivo a esta realidad. Se acabó el pañito tibio de apelar a la conciencia, ya es irracional hablar de baja percepción de riesgo, llamemos las cosas por su nombre: la indisciplina es el detonante principal del retroceso en el control de la pandemia. 

Se impone poner mano dura a quienes incumplen con las medidas higiénicas para evitar la propagación del virus, elevar el rigor en los controles, aplicar las multas necesarias, tenemos que ser responsables comenzando por nosotros mismos. 

¿Hasta cuándo hay que esperar que el Estado sea quien cargue con todas las culpas? ¿Qué más tiene que suceder para que entendamos que esta enfermedad sin rostro ha quitado la vida a tantas y tantas personas? Ya esto es un asunto de autorresponsabilidad.

Guantánamo tiene una situación muy compleja, con más casos que al inicio de la pandemia, por ello el vuelco debe ser total y cada uno tiene que hacer lo que debe: cuidarse. No es el problema del otro, es el suyo, el mío, el de todos, no solo de los guantanameros o de santiagueros, matanceros, es un asunto de todos, un mal que azota el mundo.

Indudablemente, hoy cuando el mundo grita y la naturaleza no sabe qué hacer, el reto es aprender a vivir con la pandemia, pero sin resistencia, sino con cordura. Es una pena que por algunos irresponsables se eche por tierra todo el sacrificio y esfuerzo que ha hecho el gobierno cubano y el personal de Salud Pública.

No podemos bajar la guardia ni un segundo, la disciplina trae orden y el orden, el control. Con nuestra actitud, no demos la espalda a un enemigo que está tan cerca de nosotros. 

Cuidar de tu vida y la de los demás, no es un sacrificio, sino un orgullo y una muestra de cariño y protección.  Por ello, usar el correctamente el nasobuco, mantener el distanciamiento social y la higiene personal, resulta la trilogía perfecta para ganarle la batalla a la Covid – 19.

 

#QuedateEnCasa : única manera de ganarle la batalla a la Covid-19


Cuando en diciembre del año pasado escuchábamos hablar de la Covid – 19 y sus estragos en la lejana China, nos parecía algo raro.  No imaginábamos en aquel momento que, tras su propagación a nivel mundial y su catastrófico desenlace para la vida de cientos de miles de seres humanos, llegara a esta pequeña Isla. 

Es innegable que en sus inicios, muchos ignorábamos la magnitud de sus consecuencias.  Sin embargo, ha pasado seis meses desde que el 11 de marzo saliera a la luz en nuestro país esta pandemia que, a pesar de los ingentes esfuerzos e inteligencia del Estado Cubano, ya ha cobrado la vida hasta hoy, a 106 personas. 

Letal, lento, silencioso, microscópico, la pandemia que azota al mundo y cada día cobra nuevas vidas, ataca a cualquiera, no importa la edad, el sexo, el país, credo o la ideología que se profese. Fue cuando aparecieron los primeros mensajes de cumplimiento con las medidas higiénico-sanitarias, el aislamiento y distanciamiento social además de otras preventivas para contrarrestar el contagio. 

Fue difícil asimilar el posponer los besos, abrazos, apretones de manos y todo el derroche de cariño que nos caracteriza. Sin embargo, el momento imponía mostrar el cariño de otras maneras y la frase #QuedateEnCasa llegó para quedarse, al menos por ahora y se disolvió como pólvora por doquier. 

Así inició en Cuba esta campaña que, más que marcar tendencia en Twitter y otras redes sociales, es un mensaje de sensibilidad y amor por la humanidad. La expresión, en solo tres palabras, sintetiza la importancia de protegernos, de ser solidarios, de brindar más tiempo a la familia y con ello, de abrazar juntos el anhelo de salir airosos de esta situación peligrosa. 

Quedarse en casa es sinónimo de respeto a la vida y sobre todo, la mejor manera de proteger a los seres queridos y a nosotros mismos. Es un acto de amor al prójimo, de solidaridad y gratitud. Quedarse en el hogar es reconocer la labor de quienes están en el primer frente de batalla de la COVID-19  dentro y fuera de Cuba y que luchan por la salud de personas que no conocen, pero que defienden a toda costa. 

Duele ver la situación existente en la capital cubana y otras provincias fundamentalmente en Ciego de Ávila, sin embargo, si nos ponemos la mano en el corazón, aseveramos que la culpa del contagio no cae en saco roto.  A diario veíamos imágenes diarias de personas que,  retando el peligro,  transitaban por las calles, otros en largas colas o usando incorrectamente el nasobuco. Personas que, naturalmente, no reparan en el peligro de esta enfermedad y mucho menos en su fácil transmisión. 

Ahora el llamado es a la unidad, la solidaridad y la disciplina para ganar esta batalla, sin embargo, para vencerla, debemos de actuar con responsabilidad. Con nuestra actitud, no demos la espalda a un enemigo que está ahí, bien cerca de nosotros. Cuidar de tu vida y la de los demás, no es un sacrificio, sino un orgullo y una muestra de cariño y protección.   

La COVID-19 se nos presentó como un gran reto, pero también llegó para probar nuestras fortalezas.  Y aunque día tras día esperamos la noticia del fin de la pandemia, la realidad es que este enemigo increíblemente astuto, nos vigila el mal paso.  Por eso, #QuedateEnCasa es la  única manera de ganarle la batalla a la Covid-19.