Parecía que nuestro José Martí iba a morir en el año del centenario de
su nacimiento, el 28 de enero en 1853. Pero no. El 26 de julio de 1953,
los jóvenes de la Generación del Centenario se lanzaron al ataque del cuartel Moncada, la
segunda fortaleza del país y del cuartel de Bayamo, allí dieron muestra de patriotismo y resolución
revolucionaria.
La intentona de tomar
los cuarteles resultó fallida y costó mucha sangre a decenas de cubanos
humildes, asesinados a sangre fría por orden de la dictadura
batistiana, sin embargo, la
acción constituyó el comienzo de la lucha armada, que concluyó con el
triunfo de las armas del pueblo el 1ro de enero de 1959.
La presión popular había impuesto
a la tiranía Batistiana la amnistía los jóvenes de la Generación del
Centenario, encabezado por Fidel Castro. En medio de la persecución
constante y las limitaciones materiales, se imponía el entrenamiento y
el acopio de recursos, además de la decisión de cumplir la máxima del
líder revolucionario cuando expresó: "En el 56 seremos libres o seremos
mártires."
El asalto a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de
Céspedes y luego el juicio contra Fidel Castro marcaron un hito en el
devenir histórico de Cuba. Una sala del hospital santiaguero Saturnino
Lora, devenida sala de Justicia, fue el escenario para que el principal
acusado de la causa 37 de 1953, el abogado Fidel Castro Ruz, pronunciaba
su valiosa defensa, conocida a la postre como La Historia me Absolverá.
En
el mentado alegato, durante el juicio por los sucesos del cuartel
Moncada, el 26 de Julio de 1953, el máximo líder de la Revolución
cubana, Fidel Castro Ruz, definió los objetivos de la épica acción:
“...apoderarnos por sorpresa del control de las armas, llamar al
pueblo... defender los grandes intereses de la nación y no los mezquinos
intereses de un grupito... ir unidos en busca del único ideal hermoso y
digno de ofrendarle la vida, que es la grandeza y felicidad de la
Patria”.
Con la victoria del Primero de Enero de 1959 se crearon
las premisas para el cumplimiento de este Programa. Se comenzaría la
tarea de transformar la Cuba de entonces y eliminar los problemas del
campesino sin tierra, la falta de industrialización, la carencia de
viviendas y empleos, la pobreza del sistema de educación y la deficiente
atención a la salud del pueblo, la que concretaba el Programa del
Moncada.
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El Moncada: un asalto a la Historia
El 26 de julio de 1953, marcó un nuevo período en la historia de Cuba, la acción armada como método principal de lucha contra la tiranía batistiana y contra el dominio semicolonial extranjero sobre nuestro país. Entonces una noticia conmovía a toda Cuba: el asalto a los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba y el Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo.
La fecha no pudo ser mejor escogida. El 26 de julio, era domingo de Santa Ana y día en que estaba en mayor auge carnavales de Santiago de Cuba. Por esta razón, cubanos de otras provincias, acudían a esta ciudad para divertirse durante las tradicionales fiestas populares y así, pasarían inadvertidos entre quienes trasladarían desde La Habana hasta la Ciudad Héroe, las armas que se necesitarían para la acción.
Las acciones del Moncada, segunda fortaleza militar de la tiranía batistiana, devino acción sorpresa para desarmar al enemigo y armar al pueblo a fin de emprender con éste la lucha revolucionaria armada. Era el inicio para transformar todo el régimen político y económico-social de Cuba y acabar con la miseria, el desempleo, la insalubridad y la incultura que pesaban sobre Cuba.
Los jóvenes de la Generación del Centenario se lanzaron al ataque de la segunda fortaleza del país dando ejemplo de patriotismo y resolución revolucionaria. Y aunque el objetivo no pudo lograrse, la acción constituyó el comienzo de la lucha armada, que concluyó con el triunfo de las armas del pueblo.
El Asalto no significó el triunfo de la Revolución en ese instante, pero fue un asalto a la historia, un asalto que señaló el camino y trazó un programa de liberación nacional que abriría a Cuba las puertas del socialismo, hecho realidad el Primero de enero de 1959.
Granjita Siboney: Donde vive la historia
Estás ahí, detenida en el tiempo, como si no te
hubiesen tocado jamás. Sobresale de tu altivez ese aire idílico y te has
convertido hoy, Granjita Siboney, en historia viva de la acción más
heroica erigida en nuestro país: la preparación para el asalto a la segunda fortaleza el cuartel
Moncada.
El histórico inmueble se registró en la historia de la Revolución Cubana, cuando un eljoven Abel Santamaría Cuadrado la alquilara para una aparente cría de aves. Así devino cuartel general para concentrar a los hombres, autos y pertrechos bélicos que utilizarían en la acción, que, con Fidel Castro Ruz al frente, derrocaría a la tiranía de Fulgencio Batista.
Hasta allí llegó Abel en los primeros días de julio como administrador, y en horas de la noche del día 25 irrumpió un grupo de jóvenes liderados por el joven abogado Fidel para en aquella la mañana de la santa Ana, asaltar cuartel Moncada, entonces con los sueños atados al alma y la esperanza puesta en el triunfo definitivo.
Para llegar a la Granjita, solo basta un recorrido de trece kilómetros y medio por la carretera que conduce a la playa de Siboney. Su construcción es de mampostería, pintada de blanco y rojo, cercada con postes de madera también blancos rematados en rojo, tenía un corredor de arecas desde la verja de entrada hasta el portal.
26 obeliscos que muestran la ruta que hace más de 60 años siguieran el joven abogado Fidel Castro y sus compañeros, y donde aparecen los nombres y labores que realizaban los mártires de la hazaña del 26 de julio de 1953, custodian el camino a ambos lados de la vía para llegar al histórico inmueble.
La entrada a la Granjita está custodiada por las banderas cubana y la del Movimiento 26 de Julio. Sus paredes delanteras aún exhiben los orificios del impacto de la metralla de los guardias de la tiranía batistiana, que intentaron justificar así el asesinato de seis de los asaltantes.
Declarada Monumento Nacional el 26 de julio de 1979, el Museo, tiene ocho salas donde ese exhiben imágenes y periódicos de la época, la bestial represión de la que fueron objeto muchos de los asaltantes luego de los sucesos del Moncada.
En su interior a un costado de la vivienda aun está el pozo seco y la tina original donde fueron escondidas la mayor parte de las armas utilizadas en la acción armada. También los uniformes y muebles originales de una de las más notables páginas de historia de Cuba. Mientras, en el exterior, se conservan las asomos de las polleras, garajes que servirían de escondite para los automóviles donde se transportaron a los asaltantes.
Hasta el Museo Granjita Siboney, van generaciones de cubanos a un encuentro con una historia que muestra 61 años después, la vida misma de aquella generación de intrépidos jóvenes que intentaron tocar el cielo con sus manos para entregarnos en enero del 59, un futuro luminoso y que se inscribió para la posteridad como la generación del centenario.
El recorrido por la Villa Blanca permite conocer sucintamente qué movió a aquellos hombres a realizar tan audaz acción y por qué para los cubanos esa pequeña casa es todo un símbolo dentro de la historia más reciente.
esa pequeña casa es todo un símbolo dentro de la historia más reciente.
Read more about Museo Granjita Siboney | Periodico Sierra Maestra by Administratoresa pequeña casa es todo un símbolo dentro de la historia más reciente.
El histórico inmueble se registró en la historia de la Revolución Cubana, cuando un eljoven Abel Santamaría Cuadrado la alquilara para una aparente cría de aves. Así devino cuartel general para concentrar a los hombres, autos y pertrechos bélicos que utilizarían en la acción, que, con Fidel Castro Ruz al frente, derrocaría a la tiranía de Fulgencio Batista.
Hasta allí llegó Abel en los primeros días de julio como administrador, y en horas de la noche del día 25 irrumpió un grupo de jóvenes liderados por el joven abogado Fidel para en aquella la mañana de la santa Ana, asaltar cuartel Moncada, entonces con los sueños atados al alma y la esperanza puesta en el triunfo definitivo.
Para llegar a la Granjita, solo basta un recorrido de trece kilómetros y medio por la carretera que conduce a la playa de Siboney. Su construcción es de mampostería, pintada de blanco y rojo, cercada con postes de madera también blancos rematados en rojo, tenía un corredor de arecas desde la verja de entrada hasta el portal.
26 obeliscos que muestran la ruta que hace más de 60 años siguieran el joven abogado Fidel Castro y sus compañeros, y donde aparecen los nombres y labores que realizaban los mártires de la hazaña del 26 de julio de 1953, custodian el camino a ambos lados de la vía para llegar al histórico inmueble.
La entrada a la Granjita está custodiada por las banderas cubana y la del Movimiento 26 de Julio. Sus paredes delanteras aún exhiben los orificios del impacto de la metralla de los guardias de la tiranía batistiana, que intentaron justificar así el asesinato de seis de los asaltantes.
Declarada Monumento Nacional el 26 de julio de 1979, el Museo, tiene ocho salas donde ese exhiben imágenes y periódicos de la época, la bestial represión de la que fueron objeto muchos de los asaltantes luego de los sucesos del Moncada.
En su interior a un costado de la vivienda aun está el pozo seco y la tina original donde fueron escondidas la mayor parte de las armas utilizadas en la acción armada. También los uniformes y muebles originales de una de las más notables páginas de historia de Cuba. Mientras, en el exterior, se conservan las asomos de las polleras, garajes que servirían de escondite para los automóviles donde se transportaron a los asaltantes.
Hasta el Museo Granjita Siboney, van generaciones de cubanos a un encuentro con una historia que muestra 61 años después, la vida misma de aquella generación de intrépidos jóvenes que intentaron tocar el cielo con sus manos para entregarnos en enero del 59, un futuro luminoso y que se inscribió para la posteridad como la generación del centenario.
El recorrido por la Villa Blanca permite conocer sucintamente qué movió a aquellos hombres a realizar tan audaz acción y por qué para los cubanos esa pequeña casa es todo un símbolo dentro de la historia más reciente.
esa pequeña casa es todo un símbolo dentro de la historia más reciente.
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Los jóvenes de la Generación del Centenario: Sencillamente, cubanos
“Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que su memoria se extinguiría para siempre, ¡tanta era la afrenta! Pero vive, no ha muerto, su pueblo es rebelde, su pueblo es digno, su pueblo su fiel a su recuerdo...¡Cuba, qué sería de ti si hubieras dejado morir a tu Apóstol!
Así expresó nuestro Fidel Castro Ruz, al referirse a nuestro José Martí cuando aquel 26 de julio de 1953 cuando un grupo de jóvenes revolucionarios cubanos liderados por Fidel Castro Ruz, asaltaron los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, iluminados por las ideas del Maestro.
Para los jóvenes de la Generación del Centenario existía una razón muy poderosa: eran sencillamente, cubanos, poderosa razón para lanzarse al ataque de la segunda fortaleza del país. La presencia decisiva de José Martí en los moncadistas era una realidad tangible. Entonces Fidel, tomó en sus manos la antorcha libertaria y trazó la estrategia correcta que nos llevó a la victoria definitiva.
De hecho, su alegato de autodefensa La Historia me absolverá, como en todo el pensamiento y la acción de Fidel, posee una identidad sorprendente con el pensamiento político de nuestro Héroe Nacional. Tienen en común la posición inclaudicable contra toda forma de tiranía, el patriotismo revolucionario, el latinoamericanismo y el internacionalismo, el optimismo ante los reveses y sobre todo la defensa de las clases humildes.
Tan grande fue el sentido ético de José Martí que bajo esa hermosa frase de Patria es Humanidad, nos legó una divisa realmente solidaria y justiciera. Sin dudas él, dotado de una inteligencia soberana, siempre usó ese don para hacer de los pueblos de América independientes y libres.
Hoy el pensamiento martiano ha trascendido los límites del tiempo y por ende, constituye fuente inagotable de valores patrióticos, de justicia y de dignidad humana. El Moncada fue obra martiana llevada a cabo por la Generación del Centenario aquel 26 de julio de 1953.
Y no ha pasado a la historia como un hecho aislado, sino como un enlace histórico, un vínculo de nuestro pasado con el presente de dura lucha y con el futuro promisorio de victoria. En el Moncada vivió el Apóstol, en el Moncada se eternizó su memoria y se rescató para siempre la dignidad nacional.
Raúl Gómez García: El poeta y periodista
Aquellos versos preñados de ideas martianas, escritos por el poeta de la Generación del Centenario Raúl Gómez García, todavía retumban en nuestros oídos. El poema le salió del alma. Era como una especie de dolor incontenible, atizado por una fuerza suprema, que le cortaba la respiración y solo cedía cuando lograba verter el alma en el papel. Sentía que moría con cada poema, y al instante, comenzaba otra vez a vivir.
El poema épico Ya estamos en combate, que inmortalizó a este revolucionario nacido el 14 de diciembre de 1928, vio la luz el 26 de julio de 1953, poco antes del asalto al cuartel Moncada, en Santiago de Cuba. Esa noche, las paredes de la granjita Siboney, archivaron para siempre el eco de sus palabras cuando el joven de 24 años leyó sus versos, entonces sin nombre, pero que pasaría a la historia como “Ya estamos en combate”.
Le sangraban desde lo más profundo del alma, como un dolor irresistible que solo cedía cuando llevaba al papel el sufrimiento por Cuba. Y aunque se ha dicho que este poema quedó inconcluso, lo cierto es que sus mejores acordes resonaron bien alto aquella mañana de la Santa Ana, contra los muros del Moncada.
Los versos de Ya estamos en combate, enardecidos de patriotismo, marcaron los pasos de la generación, que no dejó morir las ideas del Héroe Nacional José Martí en el año de su centenario. Hoy permanecen vivos en el corazón y el alma de todos los cubanos de hoy que, como en la de aquel grupo de jóvenes, honra al joven revolucionario, al mártir, al hombre de letras, al maestro, al que fue por siempre el Poeta y el Periodista de la Generación del Centenario.
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