La Ley Migratoria está en la calle: en la parada del ómnibus,
establecimientos comerciales, centros de estudios y todos,
dan una opinión diversa del tema. Quiere esto decir que el anuncio
de las modificaciones a la Ley,
fue tomado con beneplácito por la mayoría de los cubanos, en especial por quienes
tienen en perspectivas viajar o tienen familiares que lo hacen. Es una decisión
muy esperada y aplaudida por nuestro pueblo.
Son diversas las flexibilidades emanadas de esta Ley, con ella, además
de eliminar el permiso de salida y la carta de invitación para viajar al
exterior, se normaliza la entrada temporal al país de quienes emigraron
ilegalmente después de los Acuerdos Migratorios de 1994.
De hecho, con estas
modificaciones, los ciudadanos podrán retornar a Cuba siempre que hayan
transcurrido más de ocho años desde que ocurrió el hecho que dio origen a la prohibición.
Es una ganancia para los cubanos que
viven en esta tierra y también para aquellos que residen fuera de ella.
Otras de la modificaciones de esta
beneficiosa Ley, es la ampliación del permiso de estancia en el país hasta 180
días a los cubanos residentes en el exterior y a 90 días para los emigrados; la
reducción a 18 años de la edad para solicitar personalmente el pasaporte
corriente, anteriormente era a los 21
años y la autorización a los niños y adolescentes menores de 18 años para viajar
temporalmente al exterior siempre que cuenten con la anuencia legal de sus
padres.
Entre la población cubana hay opiniones diversas, pero el de salvaguardar
el capital humano, ofrecido gratuitamente a todos los ciudadanos cubanos, es
uno de temas los más discutidos de la Ley Migratoria. Este tiene que ver directamente con los directivos y ejecutivos, universitarios y de nivel
medio que realizan actividades trascendentes, atletas de primer nivel… un grupo
muy restringido, que para viajar, deben de ser autorizados por los jefes
principales de los organismos donde laboran.
Sin embargo, y entiéndase bien, no se trata de negarles la posibilidad de
viajes personales, e incluso vivir en el exterior, eso se explica íntegramente,
sino de autorizarlos tras un análisis previo. Es bueno recordar que antes del
triunfo de la Revolución,
los cubanos que deseaban emigrar a los Estados Unidos recibían igual
tratamiento que un ciudadano de cualquier otro país y, como ellos, debían
realizar legalmente la tramitación correspondiente.
Entonces el gobierno estadounidense cobijó a
los criminales de la dictadura de Fulgencio Batista y estimuló la fuga de
profesionales con el objetivo de desangrar al país caribeño. Ahora bien, una vez aprobada la Ley Migratoria… ¿Cómo Cuba se
preservaría del robo de cerebros? ¿El gobierno de los Estados Unidos está
preparado para esta nueva Ley en Cuba? ¿Cómo entra el tema del bloqueo en
esta reforma? ¿Podrían quienes nos visiten comprar materias primas para traer a Cuba? Pensemos en esto. Estas interrogantes ameritan
otra mirada completamente diferente.
Poco a poco Cuba está dando pasos lógicos
y convincentes, acordes con las aspiraciones mayoritarias de nuestro pueblo. La
revolución cubana es sabia. La ley Migratoria es una ley bienvenida, es un punto de giro, un paso de avance.
Es una Ley que demuestra la voluntad de la Revolución y del
Gobierno que siempre están a la par del sentir de su gente.