Entrevista que le concediera Fernando González Llort a los miembros
de Blogosfera Cuba días antes del cumplimiento de su injusta condena.
¿Podrías mencionar las cinco palabras que más han venido a tu
mente en los años de prisión injusta? Si deseas comenta alguna o todas.
Cuba, Familia, Gratitud, Lucha, Libertad.
Este 14 de febrero será el último tuyo tras las rejas sin tu
Rosa. ¿Cómo piensas organizar el próximo, cuando al fin podrás pasarlo
entre los brazos de tu amada?
Muchas gracias por tu pregunta que está dirigida al ámbito humano y
de los sentimientos, lo cual contribuye a que los lectores nos conozcan
mejor como seres humanos. Cuesta trabajo en estos momentos en que se
acerca vertiginosamente la fecha de mi salida de prisión y regreso a
Cuba después de tantos años de encierro, pensar en cómo quisiera
organizar algo de tanta significación, pero para lo cual falta un año.
Son muchas las cosas que en estos días finales en la prisión pasan por
mi mente sobre la experiencias que me esperan en los próximos días,
todas seguramente muy intensas.
Hay muchas incógnitas y muchos deseos por llevar a la realidad. Esto
hace difícil pensar en algo que ahora se observa distante, como es el 14
de febrero del 2015. Sé que me vas a comprender aunque mi respuesta no
es la que deseabas o esperabas. Pero te puedo asegurar que, teniendo un
año para pensar en cómo celebrar ese día, haré todo lo que este a mi
alcance para que sea uno bien especial. Eso es lo que me propongo desde
ahora.
Si pudieras hablar con el presidente Barack Obama qué le dirías sobre tu caso y el de tus compañeros.
Un saludo a Iroel Sánchez. Soy un lector asiduo de sus trabajos y de
otros que se publican en La Pupila Insomne, y me parece un blog de
mucha calidad por el contenido de los trabajos que publica y una
contribución muy importante en la batalla en el campo de las ideas y la
información.
Si pudiera hablar con el presidente le pediría que como ex profesor
de Derecho Constitucional mirara sin prejuicios la evidencia sobre
nuestro caso y las opiniones que importantes y prestigiosos juristas
norteamericanos y de otros países han emitido sobre el mismo. Que lea
sin prejuicio, por ejemplo, los Amicus Briefs que se presentaron a la
Corte Suprema por más de diez ganadores como el del Premio Nobel.
Le pediría que como ex activista comunitario tratara de ver de una
manera desprejuiciada la realidad cubana. Estoy seguro que vería allí
solucionadas muchas de las dificultades por las que trabajó para
solucionar en las calles de Chicago durante su juventud. Vería los
esfuerzos de nuestro pueblo por tener una sociedad cada vez más justa, y
que eso era lo que defendíamos Los Cinco.
Le pediría que como político revisara la historia; esa que nos ha
propuesto repetidas veces olvidar, y que vea como Cuba ha tenido que
enfrentar más de 50 años de agresiones, muchas de ellas violentas, y
como desde Miami se organizan estas sin ser debidamente combatidas por
los organismos que deberían hacerlo. De ahí la necesidad del trabajo que
Los Cinco hacíamos.
Después de ver esos tres ángulos del asunto, que llegue a sus propias
conclusiones. Si logra hacerlo sin prejuicios, estoy seguro de que al
siguiente día estaríamos los cuatro en La Habana junto a René.
Fernando, tuviste el honor de participar, como
internacionalista, en la lucha por la independencia de Angola, que ayudó
a descolonizar África y puso fin al régimen del apartheid, ¿qué
experiencias puedes compartir con los blogueros cubanos respecto a esa
etapa?
Sobre mi participación en Angola puedo decirte que fue una de las
experiencias determinantes en mi formación. Yo era muy joven entonces,
recién graduado de mi carrera universitaria con 24 años cuando tuve esa
experiencia. Y coincidió que fue una etapa decisiva de la participación
cubana en Angola.
Yo estuve allí entre 1987 y 1989 , cuando se desarrollaba la Batalla
de Cuito Cuanavale, en donde no estuve físicamente. Pero si fui testigo
del avance hacia el sur, en dirección a la frontera con Namibia, de las
tropas cubanas y angolanas que se encontraban estacionadas en el
suroeste.
Tuve el privilegio de ser designado a trabajar en el Estado Mayor de
la Agrupación de Tropas del Sur, en Cahama, y ser testigo del espíritu
de los cubanos y de los angolanos que habían sido parte de ese avance de
las tropas en dirección sur, una operación que decidió la contienda y,
junto a la resistencia en Cuito Cuanavale, abrió el camino al fin del
conflicto, a la independencia de Namibia y, como reconoció Mandela, al
fin del Apartheid en Suráfrica.
Más adelante regresé a Lubango, el punto desde donde habían salido
las tropas en su movimiento al sur, donde fui parte del Grupo Operativo
que allí estaba destacado, y trabajé más directamente con los compañeros
de las FAPLA que tenían en esa ciudad del sur de Angola su Estado Mayor
para las tropas en esa región. Fue una experiencia muy enriquecedora
trabajar con ellos día a día y ser parte del espíritu de camaradería que
nos imbuía a todos, del espíritu de lucha que los caracterizaba.
Fui parte del regreso honroso de nuestras tropas victoriosas y
recibir el reconocimiento de nuestro pueblo al llegar al vecindario es
una de las cosas más emocionantes que he vivido.
Fue muy instructivo ver a un pueblo que había sido víctima del
colonialismo luchar por preservar su independencia y contribuir nosotros
en ese esfuerzo, a la vez que ellos hacían el mayor esfuerzo por salir
adelante. A la vez, pude constatar los efectos de siglos de
colonialismo, el atraso y el subdesarrollo al que habían condenado a
Angola hasta ese momento y los efectos de más de diez años de guerra
impuesta desde el exterior. Aprendí más de esa experiencia que de todos
los libros que pudiera haber leído hasta entonces sobre el capitalismo y
los efectos del dominio colonial sobre nuestros pueblos.
Fue bonito y aleccionador ver a los angolanos resistir y esforzarse
por salir adelante a la vez que brindaban su territorio a la SWAPO de
Namibia que luchaba por la independencia de su país.
Respuesta sobre el tema a una entrevista anterior: Angola fue otro hito importante en mi vida. De los cubanos y angolanos que me rodeaban aprendí mucho. Constatar
el espíritu de camaradería y solidaridad en condiciones difíciles, la
sencillez de unos y otros, el esfuerzo colectivo y en equipo a pesar de
las diferencias culturales. La riqueza que aportaban precisamente esas
diferencias, aprender los unos de los otros.
Yo tenía entonces 24 ó 25 años, pero la mayor parte de los soldados
cubanos y muchos de los angolanos eran aún más jóvenes que yo. En esos
dos años vi a muchos cubanos llegar a Angola con las características
físicas y psicológicas de quienes aun están saliendo de la adolescencia y
transformarse en hombres jóvenes, forjados por la disciplina, la
responsabilidad y la conciencia revolucionaria. Yo no era ajeno a ese
proceso de maduración que también se producía en mi persona.
Yo era un joven graduado de la universidad, joven de la ciudad, que
creía saber mucho. Pero allí aprendí, de angolanos y cubanos, que además
de instrucción que uno pueda tener hay otras cosas que tienen que ver
con la formación del carácter, con la sensibilidad humana, con el
espíritu solidario, que son tan o más importantes.
Ver con mis propios ojos el resultado del colonialismo. Las
consecuencias para los pueblos, en este el angolano, me enseño más que
todos los libros que pudiera haber estudiado. Ver el espíritu de lucha
de ese pueblo y la voluntad de superar ese pasado, rechazando la
agresión externa y enfrentando a las fuerzas de la contrarrevolución
interna apoyadas desde el exterior, fue también una lección.
Aun cuando la prisión ha resultado una dura prueba, ¿cómo nos
explicas el respeto y el reconocimiento que Los Cinco han generado en
las cárceles norteamericanas? ¿Cuáles han sido las principales muestras
de solidaridad de los presos en EE.UU?
El respeto y el reconocimiento que Los Cinco hemos generado en las
cárceles norteamericanas lo atribuyo a una conjunción de factores. En
primero lugar, las otras personas observan a un preso que es un
individuo serio, que no entra en dinámicas tan típicas de la prisión que
son el caldo de cultivo para los conflictos entre presos.
Observan
también la serenidad que uno mantiene y la madurez para aconsejar o dar
un criterio a alguien que lo solicita y la discreción y la reserva
cuando entra en conocimiento de alguna situación, personal de otro preso
que la comparte con uno o de otro tipo. Eso va creando un criterio de
respeto entre los presos hacia uno, aun sin que conozcan la naturaleza
del caso nuestro.
Por otra parte, las personas que hemos retado a las autoridades en un
juicio siempre son, en general, vistas con cierto respeto. Se les
reconoce la actitud cuando no son muchos los que lo hacen.
Ya cuando hay cierto conocimiento, aunque no sea en detalles, del
caso que nos mantiene en prisión, entonces entran a jugar otros factores
que contribuyen a ese respeto al que te refieres. Ya la gente sabe, no
solo que fuiste a juicio, que como te decía, por si solo genera cierto
respeto, sino que eres un preso que enfrentó todo el odio que el
gobierno de este país suele vertir contra quienes considera sus enemigos
políticos.
Aquí entra a jugar también, y está en la base de todo, que muchas
personas, aun sin conocer detalles de la historia de las relaciones
entre Cuba y Estados Unidos, y sin tener casi ninguna conciencia
política, por instinto, saben que Cuba se enfrenta y ha resistido, al
poder del gobierno estadounidense. Ven en nosotros, pues, un reflejo de
esa resistencia, somos parte de ella, nos asocian a ella, y eso genera
respeto.
Todos esos factores se van juntando. Y entonces adicionas el apoyo
que ven que recibimos tanto del pueblo cubano como de tantos amigos
alrededor del mundo. Y, aunque no conozcan los detalles, notan el correo
que recibimos y que enviamos. Saben que eso significa apoyo.
Como te decía, son factores que se van juntando. Unidos, conforman
una circunstancia que hace a los otros presos percibirnos como personas
serias y dignas, y mostrar hacia nosotros ese respeto al que te
refieres.
¿Cuánto ha influido en su resistencia los mensajes y muestras de apoyo de los cubanos y amigos alrededor del mundo?
Los mensajes y muestras de apoyo de los cubanos y de los amigos
alrededor del mundo han tenido una influencia significativa en nuestra
resistencia. No se trata de que sin ellos no se hubiera resistido. Pero
sin dudas, hacen la resistencia más llevadera, más fácil.
El saber que
uno tiene la comprensión y el apoyo de todo un pueblo que lucha y de
cientos de miles de amigos alrededor del mundo le da a uno más confianza
en la victoria y aprende uno también de quienes luchan por nosotros en
condiciones tan desventajosas como pueden ser las que enfrentan nuestros
amigos en otros países en los que sacar adelante los temas de nuestro
caso requiere mucho esfuerzo, iniciativa y perseverancia.
Por otra parte, el recibir tantos mensajes de solidaridad y apoyo
también tiene una repercusión práctica, concreta. Ya me referí en la
respuesta anterior a un ángulo de esa repercusión, pero también las
autoridades de la prisión, y muchos otros presos, llegan a conocer
quiénes somos y el apoyo que recibimos. Eso influye hasta cierto punto
en el cuidado que aplican ante ciertas circunstancias en el tratamiento
que nos dan, sin que eso implique que recibamos ningún tratamiento
diferenciado. Solo que hay cuidado en cuanto a cómo nos tratan.
Fernando, todos sabemos que los héroes cubanos son de carne y
hueso, nos gustaría conocer ¿qué prefieres bailar, comer, leer o hacer
en tus ratos de ocio?
Mira, prefiero bailar la música cubana, y en general, lo que se
conoce como “Salsa”. No soy un gran bailador, pero me divierto. La
comida preferida es la criolla. Un buen congrí con carne de cerdo y un
buen plato de yuca con mojo.
En cuanto a la lectura, me gusta la historia, los temas de economía
internacional, los temas de ciencia, la información política y la
científica, así como la buena ficción.
En los ratos de ocio me gusta disfrutar del deporte. Tanto practicarlo como verlo por la televisión.
Cada generación tiene un papel que jugar en la Historia de su
país. En la época que te correspondió, supiste ser consecuente con
esto. ¿Cómo te sientes al respecto? ¿Cuáles son, a tu entender, los
retos actuales de la
juventud cubana?
Puedo decirte que me siento satisfecho de cumplir con lo que considero mi deber y hacerlo con dignidad y con honor. Estoy consciente de la razón histórica por la que estoy preso, se
trata de castigar a Cuba y de ahí las serias injusticias cometidas en
nuestro caso. Esa conciencia me proporciona serenidad y tranquilidad. Sé
que estoy preso por una causa honorable y eso me permite ser un preso
optimista y hasta feliz, en el sentido de la satisfacción del deber
cumplido.
No me siento en capacidad de definir los retos concretos de la
juventud cubana actual. Son muchos años fuera de Cuba y, aunque me
mantengo informado sobre la realidad nacional, no tengo el contacto
sistemático con esta que creo sería necesario para hacer tal valoración y
ofrecer una opinión.
En general, me parece que los jóvenes deben
prepararse lo mejor posible en el ámbito de los conocimientos pero
también, y fundamentalmente, en el ámbito de los valores, para hacer el
mayor aporte posible hoy y en el futuro a dar continuidad a la obra de
la Revolución, en un mundo cada vez más complejo y lleno de retos y
peligros. El conocimiento profundo de la historia de nuestro país y de
las tradiciones de lucha de nuestro pueblo es fundamental en ese
sentido, en mi opinión.
De todo este tiempo en prisión, cuál ha sido el (o los) libros que más le han impactado, los que mejor recuerda?
Hay dos libros que me han impactado más que ningún otro, aunque hay
muchos que han sido muy interesantes. El primero de ellos lo leí por
primera vez al comenzar a servir mi sentencia y es el libro de Cintio
Vitier “Ese Sol del Mundo Moral”. Un libro que todo cubano debería leer
por la interesantísima interpretación de la historia de Cuba que se hace
en el mismo y el exquisito estilo literario que caracteriza la obra de
Cintio, en mi opinión, el ensayista cubano más profundo de los que he
leído.
El segundo libro al que hago referencia lo he leído casi al terminar
de cumplir mi sentencia porque es de reciente aparición y espero que en
el futuro cercano pueda ser traducido al español porque también creo que
todo cubano debería leerlo. Se titula “Visions of Freedom. Havana,
Washington, Pretoria, and the Struggle for Southern Africa, 1976-1991″.
Es un libro de un académico norteamericano que se llama Piero
Gleijeses. Profesor de la Universidad John Hopkins.
El había escrito ya un primer libro sobre la participación cubana en
Angola y ahora, después de 15 años de investigación y acceso a
documentos nunca antes publicados, ha escrito lo que considero una obra
maestra. Siendo un libro académico, me emociono más que cualquier novela
porque recoge el esfuerzo cubano en Angola hasta la victoria final.
Hay
largas y abundantes citas de documentos desclasificados por Cuba,
incluidas transcripciones de reuniones en las que se tomaron decisiones
trascendentales y decisivas, reuniones de la más alta dirección del
país, del Comandante en Jefe, de altos mandos políticos y militares,
tanto de conversaciones entre ellos como con sus contrapartes angolanas y
soviéticas de entonces.
Y lo que transpira en el libro y el autor lo captura muy bien en base
a las fuentes documentales no solo cubanas sino también
estadounidenses, surafricanas y de otros países, es la política exterior
de principios de la Revolución cubana, su altruismo, el de nuestro
pueblo, la firmeza en los principios y la delicadeza y el respeto con
que se trataron cada una de las contradicciones que se presentaron en
los anos de misión internacionalista cubana en Angola, a la vez que se
mantenía la independencia de criterios y se defendía con firmeza las
opiniones políticas y militares de Cuba sobre cómo actuar. Opiniones que
a la postre fueron las que predominaron y solucionaron el conflicto.
Cuando uno lee el libro se llena de orgullo de ser cubano y de ser
revolucionario, de la dirección de la Revolución, y de haber sido parte
de ese esfuerzo internacionalista.
Fernando: El heroísmo para muchos solo es cosa de las
películas de Hollywood o los libros de historia. ¿Se ve Fernando a sí
mismo como un héroe?
Yo no me veo como un héroe. Yo simplemente hice y he hecho lo que
estoy seguro que millones de cubanos habrían hecho. Yo lo que puedo
decir es que, en todo caso, yo fui privilegiado con la oportunidad de
hacer lo que millones hubieran deseado tener la oportunidad de hacer, y
ante una circunstancia adversa, un momento definitorio, asumí una
posición que creo que está acorde con la historia de nuestro pueblo, su
espíritu de lucha y de resistencia. Y esos valores inculcados que nos
llegan a través de la historia de luchas de nuestro pueblo son los que
llevamos en nuestros corazones la inmensa mayoría de los cubanos, no
solo nosotros cinco. Por eso digo que lo que nosotros podamos haber
hecho lo harían millones de cubanos al igual que lo hicimos nosotros.
Por eso la Revolución está ahí y continúa adelante.
¿Qué te ha aportado la música y como la has vivido desde allá
dentro? ¿Qué evolución destacas y cuales son para vos los logros de la
revolución cubana en la música de hoy?
Con respecto a la música estoy desactualizado, especialmente en
cuanto a la música que se hace hoy en Cuba. Durante la mayor parte de mi
tiempo en prisión no he tenido acceso a música cubana. En el ultimo año
y medio he tenido un acceso a ella parcial y limitado a la música
producida en nuestro país hace quince o veinte años, nada más reciente
que eso. No puedo, por tanto, hacer comentario alguno sobre la evolución
de la música en nuestro país. No me puedo referir a lo que en tu
pregunta defines como “la música de hoy”.
Si te puedo decir, en referencia a la otra parte de tu pregunta, que
escuchar la música, sobretodo la nuestra, aunque no sea la actual, a lo
cual he tenido acceso como te decía en el ultimo año y medio, es
transportarme mentalmente a Cuba, recordar las amistades, mi juventud,
recordar la ciudad en la que he vivido toda mi vida, la cultura cubana,
etc. Son momentos en que, como decimos en la prisión “nos vamos en un
viaje”.
¿Cuál es el principal reto que tiene el movimiento de
solidaridad internacional en la causa de los Cinco y en qué acciones
debemos enfatizar todo el esfuerzo?
Yo trato de ser muy cuidadoso al emitir una opinión sobre el
movimiento de solidaridad internacional y mucho más tratándose de
identificar cual es el trabajo que creemos que hay que hacer. En primer
lugar, ese movimiento es un esfuerzo de ellos y no dirigido por nosotros
cinco. Además, son personas que hacen un gran esfuerzo, con pocos
recursos y sobreponiéndose a muchas dificultades. A ellos le debemos
mucho y siento una gratitud inmensa hacia todos los que forman parte de
ese movimiento.
Aclarado eso, me parece que el reto principal, y no estoy
descubriendo nada nuevo en esto, es conocido por quienes conforman el
movimiento de solidaridad, se puede identificar de la siguiente manera:
llegar cada vez con más insistencia a los círculos en los que se toman
las decisiones políticas, fundamentalmente en Estados Unidos.
Si revisamos la historia veremos que en las luchas sociales y en
casos de injusticia, las autoridades norteamericanas solo han tomado las
decisiones favorables a esas causas cuando ha sido conveniente
políticamente para ellas, o cuando el costo de mantener la situación ha
sido mayor que el de corregirla.
El movimiento de solidaridad
internacional, conformado por personas con experiencia en las luchas por
otros temas de justicia, en tratar de cambiar ciertas condiciones
sociales, conoce muy bien esto. La cuestión es como llegar a que esas
sean las condiciones, a que, por ejemplo, el costo político de mantener a
nuestros hermanos en prisión supere a lo que la autoridades
políticamente consideran el beneficio de no liberarlos.
La movilización
de conciencias en esa dirección, el trabajo para educar a sectores
políticos y hacer que se sienta con más fuerza aun la demanda de
liberación de nuestros hermanos, de que se haga palpable para los
centros de toma de decisión el costo político de no hacerlo, me parece
que es el reto principal del movimiento de solidaridad.
Repito, es algo que nuestros amigos conocen. No digo nada nuevo. El
reto está en cómo lograrlo cuando no se trata de personas con influencia
política o con recursos económicos para lograr esa influencia política
de la manera que funcionan las cosas en este país. Y sé muy bien que los
amigos están constantemente ideando como mejorar el trabajo y cómo
hacerlo más efectivo. Apoyar el evento de Londres a inicios de marzo y
la jornada “Cinco días por Los Cinco” en junio, precisamente en la
capital estadounidense, serian formas concretas de contribuir a lograr
ese objetivo.
¿Qué le diría a los jóvenes, como actores imprescindibles en esta lucha?
Los jóvenes, con su iniciativa y su energía, con su entusiasmo y su
capacidad de comunicación con otros jóvenes, con su dominio de las
nuevas tecnologías de la comunicación, pueden y deben jugar un rol
fundamental en esta lucha.
Hay trabajo de base, en las comunidades, educando sobre el caso, o
contactando oficiales electos (en el caso de Estados Unidos) para el
cual se requiere de tiempo, de energías, en las que la juventud puede
hacer una contribución fundamental.
El uso de Twitter, Facebook, y otros medios digitales de comunicación
con iniciativa, es otro campo en el que la juventud puede aportar
mucho. Tanto la juventud norteamericana, o de otros países, como la
cubana de las formas en que le sea factible y con los recursos a sus
disposición.
La capacidad creadora de la juventud, con mensajes y
códigos correspondientes a las formas de comunicación de las nuevas
generaciones puede contribuir mucho a hacer llegar la verdad de nuestro
caso a cientos de miles de jóvenes en todo el mundo que no conocen del
caso, o también para hacer llegar a oficiales electos ( otra vez me
refiero a Estados Unidos) el mensaje con la petición de nuestra
liberación o elementos de interés sobre el caso.
Yo les diría a los jóvenes que se sumen con entusiasmo y con
dedicación a la lucha. Sin ellos, se haría mucho más difícil lograr los
objetivos.
¿Qué o qué cosas le ayudaron a cumplir su sanción
íntegramente sin doblegar sus principios? Si tiene alguna anécdota o
“consigna” (hablo de elemento de reafirmación) que le ayudó en este
empeño.
El elemento principal que me ayuda a cumplir la condena sin doblegar
los principios es la conciencia de que defendemos una causa justa. Esa
conciencia confiere serenidad y comprensión de la situación personal por
dura que sea. Permite poner en contexto nuestra situación y lo que
sucede.
Sabemos que lo que se castiga, o lo que se pretende castigar en
nosotros es a Cuba por la herejía de tratar de construir una sociedad
justa y hacerlo muy a pesar de la hostilidad del país más poderoso del
planeta que no acaba de aceptar la idea de que Cuba es un país
independiente y soberano.
Esa comprensión nos permite darle poner en
perspectiva histórica a la situación personal por la que pasamos y
asumirla con honor y con dignidad. Permite tener una visión más
abarcadora, un cuadro más general, sobre qué representa nuestro caso en
un proceso histórico más amplio de hostilidad de las autoridades de
Estados Unidos hacia la Revolución cubana.
Y sin pretender considerarnos
símbolos de nada, espero que la lección que saquen las autoridades
norteamericanas es que así como no pudieron doblegarnos a nosotros
cinco, no podrán nunca destruir la Revolución.
Los principios no los hubiéramos doblegado nunca, como se comprobó
durante los años iniciales aún en el más absoluto aislamiento, y sé que
tampoco nuestros hermanos que permanecen en prisión doblegarán sus
principios aún en las más difíciles condiciones. No obstante, la
solidaridad y el apoyo que recibimos tanto del pueblo cubano como de
tantos amigos y amigas alrededor del mundo, hacen más llevadero el
cumplimiento de la condena. A la vez, se convierte en un compromiso para
nosotros. Un compromiso de resistencia y de lucha.
¿Qué ha significado para usted su amistad con Oscar López Rivera?
Yo tuve el privilegio de compartir algo más de cuatro años de mi
encarcelamiento con Oscar. Él es una persona de principios a la cual
respeto y admiro. Fue con su ayuda, por ejemplo, con quien di los
primeros pasos en el dibujo. El lleva muchos años pintando, y me ayudó
mucho cuando decidí introducirme en el dibujo.
Es una persona de la cual aprendí muchas cosas. Él tiene la
experiencia de las luchas en Estados Unidos en los años 60 y 70. Vivió
la experiencia de Viet Nam, y antes de eso, de la emigración boricua a
Estados Unidos en los años 50 del siglo pasado donde enfrentaron la
pobreza y la discriminación racial.
Hay una parte de la historia de
Estados Unidos de la cual no se habla en los libros de texto: la de las
luchas de grupos revolucionarios de afroamericanos, de Chicanos, de
puertorriqueños y hasta de anglosajones. Grupos que enfrentaron la
represión más feroz del sistema.
La década del 70 del siglo pasado fue
muy activa para esos grupos. Oscar conoce mucho de las luchas en esa
época y a través de él pude conocer de experiencias, pude leer libros
escritos por participantes en aquellas luchas. Hay, por ejemplo, presos
políticos afroamericanos que llevan más de cuarenta años en prisión como
resultado de aquellas luchas y son prácticamente desconocidos por sus
propias comunidades. Con él también conversé mucho sobre Puerto Rico y la realidad de esa Isla colonia de Estados Unidos en pleno siglo XXI.
El lleva más de treinta años preso y ha sido verdaderamente
maltratado, sobretodo en sus primeras dos décadas en prisión, por las
autoridades que vertieron sobre él todo el odio que que suelen verter
sobre aquellos a quienes considera sus enemigos políticos. Así que de la
realidad de la prisión también aprendí de él.
Es una persona bien informada, ideológicamente bien definida, con la
cual pude sostener conversaciones sobre la realidad política del país,
sobre la actualidad, sobre la historia, etc, que de otra manera no
hubiera tenido la oportunidad de tener pues lo que predomina en la
prisión es la apatía sobre esos temas, la desinformación y la falta de
conciencia.
Oscar es un gran ser humano e hizo más productivo en cuanto a mi preparación y mi educación, mi paso por la prisión.
A él le deseo lo mejor, y que la lucha de su pueblo y de los amigos
que le apoyan conduzca a su libertad. Aunque bien sé que él está
dispuesto a hacer el sacrificio que sea necesario y lo asume con
ecuanimidad, con dignidad y con honor. Pero se merece ser libre y
disfrutar de sus hermanas, de su hija y de su nieta, así como de su
pueblo. Un abrazo para él.
¿Qué piensa hacer a su llegada a la isla?
Lo principal a mi regreso, en los primeros momentos y días, será
disfrutar de mi familia y compartir con Rosa Aurora, de los cuales he
estado separado por tantos años. Saludar a los familiares de mis
hermanos, compartir con amigos a quienes no veo hace tanto tiempo y
tratar de llenarme de la isla, de la vida a la que estamos acostumbrados
y que tanto extraño, bañarme en el mar si el clima lo permite, caminar
La Habana. Después habrá tiempo para planificar otras cosas, esas son
las de los momentos más inmediatos a mi regreso.
En términos más generales, en cuanto al futuro, unirme a la lucha por
el regreso de mis otros hermanos y tratar de contribuir a esta de la
mejor manera posible.