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La esperanza y la vergüenza de este mundo


En otras latitudes, en millones de rostros infantiles posan y reposan las moscas

Por: José Llamos Camejo

Agradeceré al sabio capaz de explicarme lo inexplicable, al entendido que exponga la razón que no encuentro, al poderoso que aclare mis dudas; no importa si es emperador o monarca, si Premio Nóbel o presidente; lo importante es que aclare mis dudas. Y si ellos no pueden, que lo haga entonces un mago, un médium o adivinador; que me lo explique alguien, -si existe alguien quien pueda explicarlo-, porque hasta hoy no lo entiendo.

No puedo; es más, no quiero entender ni creer lo que veo: humanos que habitan el mismo planeta y sufren tamañas disparidades, aunque nacieron con iguales derechos, refrendados en constituciones y convenciones., “derecho a una protección especial para que puedan crecer física, mental y socialmente sanos y libres… a una alimentación, vivienda y atención médica adecuadas… a una educación gratuita…a divertirse, a jugar…“.

¿Cómo explicar que a los derechos humanos se les haya erigido y sostenido un altar en la Cuba acosada y bloqueada, y que en otras naciones se les haya cavado una tumba?. ¿De dónde viene el contraste? ¿Por qué a algunos le resultan incómodas, afirmaciones como la de un representante de la UNICEF: “En el planeta, millones de menores sufren la falta de escolarización y de vacunación contra enfermedades prevenibles, además de ser víctimas de explotación laboral y sexual en las redes internacionales de prostitución, ninguno es cubano”?.


Alegría en el semblante de cualquier niño cubano

La “gran Prensa” occidental usa y abusa de su “libertad de expresión”, tergiversa y omite verdades enaltecedoras de Cuba, mientras oculta el verdadero drama que sufren otros, ¿será que no le conviene difundir certezas como estas, admitidas por organismos de la ONU?: “300.000 menores han sido obligados a convertirse en soldados…el mundo registra cien millones de menores esclavizados… cuatro millones de menores han muerto de sida… más de trece millones se han quedado huérfanos…750 millones de niños están mal alimentados…ciento tres millones no acceden a la escuela”.

Nada, que el planeta contrasta como el paraíso y el mismísimo infierno. Yo sigo a la espera de alguien que explique por qué la alegría posa y reposa en el semblante de cualquier niño cubano, mientras en otras latitudes posan y reposan las moscas en millones de rostros infantiles, yo invito a que alguien desentrañe el misterio, que descifre y denuncie las causas de tanta esperanza y de tanta vergüenza. Lo agradeceré infinitamente.