El capital humano es la fortaleza
más grande de Cuba. Si una nación asegura su futuro, acapara
hombres y mujeres de bien. Y esta es una fuerte razón para que nuestro
país diga NO en torno al tema de los
derechos humanos, que como cada 10 de diciembre, desde 1950, celebra su día por resolución de la
Asamblea General de las Naciones Unidas.
Los Derechos Humanos se sustentan sobre la libertad e plena igualdad entre los hombres. Representan los derechos de todos los seres humanos por igual y que deben ser respetados mutuamente independientemente del credo, raza, procedencia o sexo de los mismos, para dejar en claro la igualdad y la hermandad entre todos los individuos.
Cuba exhibe un
decoroso y extenso historial en materia de colaboración con todos los
mecanismos de derechos humanos que se aplican sobre bases universales y no
discriminatorias. Y esto ocurre en nuestro país porque todos los ciudadanos
tenemos derecho a estudiar, a la asistencia social, la salud, entre otros servicios,
de forma gratuita, además de gozar de un empleo para el logro del sustento
familiar.
No importan los datos y las cifras, lo más importante es la voluntad
política en el tema. Cuando un ciudadano llega a un hospital en Cuba, no se le
pregunta cuánto devenga de salario, ni si tiene seguro médico o una
tarjeta de crédito. Tampoco al emitir el voto se le exige la cédula electoral,
ni se indaga sobre su filiación política, credo, salario y color de la piel
porque sencillamente están al margen, eso no importa.
El Programa de Vacunación garantizó una de las más amplias coberturas de
inmunización en el mundo, permitiendo la prevención de 13 enfermedades. Ello ha
contribuido a la eliminación de la malaria, poliomielitis, difteria, tosferina,
sarampión, rubéola, síndrome de rubéola congénita, tétanos neonatal y
meningitis tuberculosa.
Hasta lo más intrincado de la geografía cubana, llega tecnología solo
vista hasta en hospitales de países con grandes recursos. Hablo de servicios de
ultrasonido, apoyo vital, fisioterapia, endoscopía, radiología,
regulación menstrual, consulta de alergia para niños, salas de terapia
intermedia e intensiva, cardiología y otras especialidades tan importantes para
la vida.
Hoy nuestros hijos van a cualquier escuela donde quiera que esté, sin temer
a nada, ni a nadie, pueden pasearse libremente por las calles a cualquier hora
sin preocupación de ser atacados, atropellados, violados o brutalmente heridos
por armas de fuego. Esto es solo un ejemplo de la voluntad del gobierno cubano
de garantizar la educación y la tranquilidad ciudadana.
A pesar de esto, Cuba es una isla que durante más de medio siglo ha
sido acusada por el Gobierno de los Estados Unidos de violar los Derechos
Humanos. Sin embargo, me pregunto: ¿Por qué el gobierno de los Estados Unidos,
se empeña en condenar a Cuba de violar la Declaración Universal de los Derechos
Humanos?¿Por qué mantienen tamaña acusación, cuando el ejemplo más fehaciente
de su constante violación, es el de mantener en territorio guantanamero, la
Ilegal base naval yanqui y permitir que ahí se practiquen barbaries de
todo tipo?
Este comportamiento responde a una explicación: siempre han querido
ridiculizar a Cuba en el ámbito internacional y no lo han logrado, ni lo
lograrán jamás, por la sencilla razón de que nuestro país muestra ante tanto
cinismo, una actitud digna con gestos de humanidad y solidaridad con
otros países hermanos.
En Cuba, los Derechos Humanos que conocemos es el de no dejar a nadie
desamparado, es el de compartir lo que tenemos más allá de las fronteras,
el de garantizar la educación y la salud gratuitas, el de defender los derechos
de la niñez y proteger a los ancianos, el de seguir siendo ejemplos ante el
mundo en colaboraciones tanto en la medicina, el deporte, la
cultura, la educación… Y esto es una muestra evidente de que los derechos
humanos en Cuba, no es jueguito de muchachos.
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