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Habanastation es Cuba


Habanastation es Cuba. Así dije a mis hijos cuando acabé de ver el mentado filme del director Ian Padrón, quien con intencionalidad y humor nos propone un viaje por dos Habanas y dos familias distintas donde la amistad, la solidaridad y la voluntad, se aprecian en esta entrega carente de ciencia ficción y dotada de completa cubanía.

Los protagonistas de la historia, Mayito y Carlos, son dos niños cubanos de diferentes localidades y status social, que independientemente de compartir los mismos compañeros del aula, no encuentran empatía hasta que la vida los une fuera de la escuela en una situación particular, para a partir de ese momento iniciar una profunda amistad, marcada por verdaderos valores humanos.

Mayito, un alumno ejemplar, vive prácticamente en una burbuja. A él no le permiten comprar caramelos, ni jugar con los niños en la calle, desconoce qué es una chiringa, un rico baño en el aguacero. Esto sucede porque siempre juega con su Playstation, razón por la que no sabe de los niños de su edad. En cambio Carlitos, no tiene a su lado a sus padres, lo cría su abuela, es un niño de barrio y el único sueño que tiene es tener un Coronel para poder empinarlo alto.

En la coincidencia de los dos fuera de la escuela, Mayito descubre el difícil mundial inexistente para él, aprecia cómo ganarse unos pesitos, da su primer beso a una chica y sobre todo, encuentra a un verdadero amigo, algo que él no tenía. Por su parte, Carlitos aprende que los “hombres de la calle”, también tienen que saber cuándo detenerse.

Película atractiva, emocionante, didáctica, divertida, Habanastation nos enseña que hay que pensar en la educación de los hijos, nos muestra a flor de piel la dedicación y el amor de una maestra que recorrió toda la ciudad en busca de su pionero perdido. Es, en suma, el filme que necesitamos para reconocer el valor de la lealtad, la amistad y reflexionar en cuánta distancia hay entre unas y otras familias cubanas.

El filme es Cuba. Es una verdadera lección de amor entre dos niños, una demostración inigualable de que los valores y sentimientos humanos, rompen las barreras y prejuicios para ir por encima de un juego Playstation, que jamás podría compararse con un Coronel empinado en el cielo azul, bañarse en el aguacero, montar chivichana o sencillamente con ese sentimiento tan hermoso que es la amistad.