Mostrando entradas con la etiqueta ernesto che guevara. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ernesto che guevara. Mostrar todas las entradas

Che: amigo, médico y revolucionario de acero (+ Video)


Es difícil hablar de un hombre de su estatura moral, de alguien cuya muerte lo convirtiera en símbolo. La fecha dejó al mundo marcado por siempre: el 8 de octubre de 1967, es apresado el guerrillero heroico Ernesto Guevara de la Serna y asesinado al día siguiente en la Quebrada del Yuro, Bolivia.

Argentino de nacimiento y cubano por adopción, este hombre excepcional, abrazaba la muerte en cada combate  y la desafiaba como un juego en selvas pampas y montañas. Por eso, su desaparición física fue muy sentida en Cuba y fuera de sus fronteras.

A quienes lo conocieron y compartieron con él en tiempos de paz y guerra, les enseñó a ser transparentes como el agua, revolucionarios de ideas y a ser un león ante los cobardes y traidores de la tierra. Enseñó a los guerrilleros a no temerle a la muerte.

Dotado de una de voluntad de acero, el Che fue amigo, médico, un hombre inteligente. Fue un hombre que la muerte privó de tener por muchos años y que reunía en su íntegra personalidad, las virtudes de un verdadero revolucionario, a quien en su conducta, no se le puede encontrar ni una sola mancha.

Che significa revolución, cambio, intransigencia, lealtad… La Sierra, la Invasión, la Batalla de Santa Clara, fueron los escenarios de sus hazañas. Y ante los ojos de los cubanos que no lo conocimos, lo vemos levantando un muro, cortando caña, manejando una combinada, en un trabajo voluntario, imágenes que aseveran que lo califican como un hombre para todos los tiempos.

Conmovía su intachable ejemplo personal, su autoridad moral y su fe inquebrantable en la victoria. Ante quienes lo consideraron un aventurero, cual Quijote latinoamericano, se les anticipó y dijo que lo era, pero de un modo diferente. Era de esos hombres que ponen el pellejo para demostrar sus verdades.

Ernesto Guevara de la Serna fue un hombre extraordinariamente humano, sensible, un trabajador infatigable. Por eso, legó a las nuevas generaciones su ejemplo, sus sueños y la disposición de seguir su camino con la adarga al brazo para sentir por siempre bajo sus talones,  el costillar de Rocinante.










El 14 de junio América dio vida a dos grandes de la historia: Maceo y Che


14 de junio: natalicio de Antonio Maceo y Ernesto Guevara
Foto: cortesía de @Conversador59

El 14 de junio América dio vida a dos grandes de la historia: Antonio Maceo Grajales y Ernesto Guevara de la Serna. Pronunciar sus nombres deviene grandeza, valentía, virtud...  Maceo,  hijo de león y leona, nace en Santiago de Cuba en el año 1845, en tanto, el Che vio la luz en 1928. Ochenta y tres años separaban el alumbramiento del uno y del otro... sin embargo, tienen como denominador común, la vocación latino americanista.

Era Antonio Maceo el cubano más conocido en América Latina en la segunda mitad del siglo XIX, a él, aprendimos a verlo como una leyenda viva, como un dios de la guerra. En tanto Ernesto Che Guevara, médico, estadista e intelectual convertido en soldado guerrillero, conquistó la segunda mitad del siglo XX y se ha convertido en paradigma de millones de hombres y mujeres en todo el mundo.

En sus vidas breves pero intensas, hubo grandes retos y ambos progresaron por sus hazañas militares. Antonio, primogénito de los Maceo Grajales, era buen jinete y diestro en la esgrima del machete de defensa personal. Como guerrero incansable, participó en  más de 600 acciones combativas, entre ellas alrededor de 200 combates de gran significado.

Tenía el Titán “tanta fuerza en la mente como en el brazo”, decía José Martí. Mientras el líder de la revolución Fidel Castro dijo de él: “Maceo es nuestro, su gloria y su memoria continuaremos honrándola de mil formas diferentes; su gloria y su memoria continuaremos honrándola en el trabajo, en las luchas, en el cumplimiento de nuestros deberes internacionalistas y fundamentalmente con nuestro patriotismo […]”

En todos los momentos culminantes de su vida Antonio Maceo descubrió un alma indomable, orientada fijamente en la dirección de lo que consideraba su deber. Por lo tanto, su temple natural, fue siempre el heroísmo, y su símbolo, el de la rebeldía cubana.  Mientras, el Che, aquel joven que padecía de asma, despertaba admiración por su energía y el espíritu emprendedor que lo acompañó siempre, llevándolo a los 23 años a realizar un largo recorrido por Latinoamérica y posteriormente, a graduarse de médico. En México, se convierte en el médico de la expedición del Granma,  nombrado por el líder indiscutible de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz.

Che significa revolución, cambio, intransigencia... Lo distinguió siempre su lealtad y un valor por momentos temerario. La Sierra, la Invasión, la Batalla de Santa Clara, fueron los escenarios de sus hazañas. Y ante los ojos de generaciones de cubanos que no lo conocimos, lo vemos levantando un muro, cortando  caña, manejando  una combinada, en un trabajo voluntario. Esas imágenes que dicen que el Che,  era un hombre para todos los tiempos.

Conmovía su intachable ejemplo personal, su autoridad moral y su fe indestructible en la victoria. Ante quienes lo consideraron un aventurero, despuntaba aquel Quijote latinoamericano que salía a enfrentar molinos. Así era el Che, un ejemplo de heroísmo y honestidad que ha llegado a los jóvenes, trabajadores y campesinos que luchan por lograr una sociedad de justicia social.

La vida y el pensamiento de Antonio Maceo y de Ernesto Che Guevara, simboliza los más sagrados valores por los que luchamos. Y esta es la razón por la que hoy los dos cabalgan en un Rocinante del futuro y comparten la misma imagen: la bandera de la estrella solitaria, símbolo de las luchas y de la esperanza de los pueblos latinoamericanos.

Antonio Maceo y Ernesto Guevara: héroes de todos los tiempos




Quienes conocen la historia de Cuba, saben que sus nombres son imperecederos. Para algunos, si impronta no es más que puro discurso, para otros, una anécdota. Lo cierto es que hay coincidencias completamente inexplicables, sino ¿quién podrá descifrar las que aproximan a Antonio Maceo Grajales y Ernesto Guevara de la Serna?

El primero, cubano hijo de león y leona, nace en el año 1845 y el segundo, argentino, vio la luz en 1928, ambos un 14 de Junio. Este día genio y leyenda unieron a estos dos hombres en varias aristas de la vida donde  la causa revolucionaria y latinoamericanista estuvo en primer orden. El 14 de Junio, unió a estos hombres de épocas distintas,  pero de iguales ideales y caminos.

Antonio Maceo era el cubano más conocido en América Latina, en la segunda mitad del siglo XIX, mientras  Ernesto Che Guevara conquistó a Cuba desde su incorporación como expedicionario del Granma en México,  a tal punto que hoy su rostro atiborra las plazas en brazos de personas de todas las generaciones de cubanos y latinoamericanos.

Primogénito de los Maceo Grajales, Antonio, era buen jinete y diestro en la esgrima del machete de defensa personal; inteligente, disciplinado y atacador. Grandes retos en su vida, breves pero intensos, descollarían por sus hazañas militares. Tenía tanta fuerza en la mente como en el brazo, como dijera nuestro José Martí: era de bronce el Titán.

Del protagonista de Baraguá,  expresó el destacado historiador Emilio Roig de Leuchsenring: "Maceo es grande, sobre todo, porque el amor a la Patria despierta en él sus magníficas cualidades latentes de combatiente, de organizador y de jefe, y porque las consagra enteras, sin desmayos, a la causa revolucionaria."

Enrique Collazo,  quien lo conoció en sus años mozos lo detalló así: "su figura era atrayente; fornido y bien proporcionado; fisonomía simpática y sonriente, facciones regulares, manos y pies chicos, formando un conjunto que lo destacaba siempre, por numeroso que fuera el grupo que lo rodeaba. Acostumbraba a hablar bajo y despacio; su trato era afable. Talento natural, sin pulir pero unido a una fuerza de voluntad extraordinaria, que le hicieron dominar sus defectos naturales.’’

En tanto, fue el Che aquel joven que, aun padeciendo de asma, despertaba admiración por su energía indomable y el espíritu Quijotesco que lo acompañó siempre. A los 23 años realiza un largo recorrido por Latinoamérica, se gradúa de médico y, de paso por México, resulta uno de los primeros seleccionados por el líder de la Revolución Fidel Castro para integrar la expedición del Granma.

Desde su incorporación a la causa cubana, el Che se distinguió por su lealtad y un valor por momentos temerario. La Sierra, la Invasión, la Batalla de Santa Clara...  fueron escenarios de sus hazañas. Ante los ojos de las generaciones de cubanos que no tuvimos la oportunidad de conocerlo, están las  imágenes del Che levantando un muro, con un niño en los brazos, como cortador de caña.

Otras imágenes lo encuadran de manejando una combinada, sin camisa en un trabajo voluntario, jugando ajedrez, modelo del líder que no se separa jamás de la muchedumbre que representa y guía. Conmovía de Ernesto Che Guevara su intachable ejemplo personal, su autoridad moral y su fe inquebrantable en la victoria.

Sin embargo, los hitos de la historia lo marcan como un hombre que se marcha por los senderos de la vida a tejer con los hilos del amor y la amistad, la Patria grande que es la humanidad toda. Lo vemos como el periodista valiente comprometido con la verdad, no importa si es desde las páginas de los diarios, o desde los micrófonos de un importante medio o simplemente desde alguna corresponsalía en las montañas cubanas.

En la vida y el pensamiento de Antonio Maceo y de Ernesto Guevara, encontramos los más sagrados valores por los que luchamos hoy. También encontramos  en ellos, las más admirables virtudes que son la razón de nuestra Revolución, porque poseen arrojo a toda prueba, y un hondo sentido del decoro. Ambos, maceo y Che,  cabalgan en un Rocinante del futuro.

Los dos fueron fieles y leales a los principios en el momento histórico que le tocó vivir: Maceo durante la contienda emancipadora frente al ejército español, Che,  en la lucha insurreccional en la Sierra Maestra y en otras circunstancias donde comprendió que su compromiso estaba más allá de Cuba.

Maceo y Che, aunque separados por el tiempo, son ejemplos de valentía,  honestidad y solidaridad, por ello, llevan consigo un Sol de voluntades en la frente. Así van los dos que, entretejiendo proezas y uniendo  voluntades, parecen uno solo porque comparten su propia imagen y la  hermosa bandera de la estrella solitaria, símbolo de las luchas y de esperanza de los pueblos latinoamericanos.
 
Y en este peregrinar, marchan veloces porque no precisan del empuje revolucionario para continuar la lucha. Saldaron la deuda con la humanidad y  por eso, la historia los unió y los reconoce como verdaderos ejemplos. Antonio Maceo Grajales y Ernesto Guevara de la Serna, derrotaron la muerte con su ejemplo y dejaron, como héroes de todos los tiempos,  su impronta para la eternidad.

Che: amigo, hombre, compañero...




Es difícil hablar de un hombre de su estatura moral, de alguien cuya muerte lo convirtiera en símbolo. La fecha dejó al mundo marcado para siempre: El 9 de octubre de 1967, el guerrillero heroico Ernesto Che Guevara, era asesinado en la Quebrada del Yuro, Bolivia.

Argentino de nacimiento y cubano por adopción, este hombre excepcional, abrazaba la muerte en cada combate con una sonrisa en sus labios, la desafiaba como un juego en selvas pampas y montañas. Su desaparición fue un duro golpe para el pueblo cubano y para el mundo.

A quienes lo conocieron y compartieron en tiempos de paz y guerra con él, les enseñó a ser transparentes como el agua, revolucionarios de ideas, a ser un león ante los cobardes, abusadores y traidores de la tierra. Enseñó a los guerrilleros a no temerle a la muerte.

Dotado de una de voluntad de acero, el Che fue amigo, médico, un hombre inteligente que la muerte privó de tener por muchos años y que reunía en su íntegra personalidad, las virtudes de un verdadero revolucionario, a quien en su conducta, no se le puede encontrar ni una sola mancha.

Ernesto Guevara de la Serna fue un hombre extraordinariamente humano, sensible, un trabajador infatigable. Su legado a las nuevas generaciones fue su íntegro carácter, la tenacidad, el espíritu de trabajo, su ejemplo, sus grandes sueños y la disposición de seguir su camino con la adarga al brazo y sentir por siempre bajo sus talones el costillar de Rocinante.

Monumentos y obeliscos de Guantánamo ( Fotos )

Gracias al lente de Leonel Escalona Furones,  La Guantanamera regala a sus lectores esta fotogalería de algunos de los Monumentos y obeliscos guantanameros, sitios que perpetúan la memoria de los héroes y mártires de esta aguerrida tierra oriental....


Monumento erigido a José Martí, situado en el céntrico parque guantanamero que lleva su nombre

                            
Estatua del Mayor General Pedro Agustín Pérez... 



Mausoleo La Confianza, lugar que resguarda los restos de los mambises guantanameroscaídos en nuestras gestas libertarias


A la entrada de la ciudad de Guantánamo por la avenida que lleva su nombre un gran monumento representa la estatura y el pensamiento de Ernesto Che Guevara
 

Monumento a Camilo Cienfuegos, diseñado por el artista guantanamero Víctor Enrique Sánchez,  un monumento para el de la sonrisa amplia
 


 Obelisco a Iván Rodríguez, jefe del Movimiento 26 de Julio en Guantánamo


Obelisco de los mártires del 4 de Agosto...


A la memoria del destacado combatiente del movimiento 26 de Julio Emilio Baltazar ....


Monumento a Jesús Rodríguez Dopico, bombero muerto heroicamente en cumplimiento de su deber ...


Monumento en Playa Duaba en el municipio de Baracoa, lugar por donde desembarcaron Antonio y José Maceo y Flor Crombet  el día primero de Abril de 1895


Obelisco que rememora en Playita de Cajobabo el desembarco de José Martí, Máximo Gómez y otros patriotas para incorporarse  a la guerra necesaria


 Busto del doctor Joaquín Botey Casellas, primer médico llegado a Guantánamo


Maceo y Che: grandeza, valentía, virtud


Pronunciar sus nombres deviene símbolo de grandeza, valentía, virtud. A Maceo, cubano hijo de león y leona, aprendimos a verlo como una leyenda viva, como un dios de la guerra. Al Che, argentino de nacimiento, como el médico e intelectual convertido en soldado guerrillero.

Genio y leyenda hacen coincidir a esta dos personalidades en el coraje, el ímpetu, en el día de su nacimiento, los dos vieron la luz un 14 de junio, en 1845 y en 1928. Ochenta y tres años separaban el alumbramiento del uno y del otro... sin embargo, tienen como deniminador común, la vocación latino americanista.

El primero, Antonio Maceo, el cubano más conocido en América Latina en la segunda mitad del siglo XIX, en tanto, Ernesto Che Guevara, abrió los ojos al mundo para convertirse en una de las personalidades más imponentes de la segunda mitad del siglo XX y su rostro continúa atiborrando las plazas en brazos de personas de todas las generaciones de cubanos y latinoamericanos.

Hubo grandes retos en sus vidas, breves pero intensas, ambos descollarían por sus hazañas militares. Antonio, primogénito de los Maceo Grajales, era buen jinete y diestro en la esgrima del machete de defensa personal; inteligente, disciplinado y atacador. Tenía tanta fuerza en la mente como en el brazo, como dijera nuestro José Martí.

Poseedor de una pluma sagaz, fina cultura autodidacta y profundidad de pensamiento, de Antonio Maceo son estas frases que lo revelan y ordenan: "Cuando Cuba sea independiente, solicitaré del Gobierno que se constituya, permiso para hacer la libertad de Puerto Rico, pues no me gustaría entregar la espada dejando esclava esa porción de América". "¿Para qué queremos la vida sin el honor de saber morir por la Patria?”…

En tanto, el Che fue aquel joven, que padeciendo de asma, despertaba admiración por su energía indomable y ese espíritu emprendedor e impetuoso que lo acompañó siempre. A los 23 años realiza un largo recorrido por Latinoamérica, se gradúa de médico y, de paso por México, resulta seleccionado por el líder de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz para integrar la expedición del Granma.

Desde su incorporación a la causa cubana, se distinguió por su lealtad y un valor por momentos temerario. La Sierra, la Invasión, la Batalla de Santa Clara, fueron escenarios de sus hazañas. Ante los ojos de las generaciones de cubanos que no tuvimos la oportunidad de conocerlo, aparecen sus imágenes levantando un muro, la del cortador de caña, donde maneja una combinada, en un trabajo voluntario...

Conmovía su intachable ejemplo personal, su autoridad moral y su fe inquebrantable en la victoria. Ante los que pudieron considerarlo un aventurero, se les anticipó y dijo que lo era, pero de un tipo diferente, de los que ponen el pellejo para demostrar sus verdades.

Hoy Maceo y Che cabalgan en un Rocinante del futuro. Llevan consigo un sol de voluntades en la frente, entretejiendo proezas parecen uno solo. Comparten su propia imagen y nuestra hermosa bandera de la estrella solitaria, símbolos de las luchas y de la esperanza de los pueblos latinoamericanos.

Y en este peregrinar marchan veloces porque no precisan de empuje revolucionario para continuar la lucha. Como tampoco demostrar que el 14 de junio representa para todos los cubanos, el nacimiento de Dos vidas y un mismo Ideal en los nombres de Antonio Maceo Grajales y Ernesto Guevara de la Serna.

Cuba nunca regresará al capitalismo

De izquierda a derecha Comandante Víctor Dreke

Dicen que recordar es volver a vivir y eso fue la premisa del Comandante Víctor Dreke Cruz al rememorar a periodistas de Guantánamo, los antecedentes del triunfo de la Revolución Cubana el 1 de enero de 1959 y la impronta guevariana en la misión internacionalista cubana en el Congo.

Para el segundo al mando en la Columna Nro 1 de la guerrilla del Che en esta parte del continente africano, no se hace difícil rememorar el momento en que fue seleccionado para la noble tarea. “A finales de enero de 1965 - explica- dimos nuestra disposición para cumplir con esta misión internacionalista muy secreta cuando menos cinco años.

El también vicepresidente primero de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, rememoró cómo se realizó el proceso de preparación de los guerrilleros, la entrada clandestina a la nación africana y las peripecias de los cubanos al entrar en contacto con otra cultura.

“En el grupo, nos dice Víctor, habíamos varios combatientes del Ejército Rebelde, de la lucha contra bandidos en el Escambray, pero que existía una condición indispensable: Ser negro, muy negro. Así se formó la Columna Nro 1. Éramos alrededor de 100 negros los que nos enfrentaríamos a la tarea, en la que tuvimos un entrenamiento fuerte, muy fuerte”, rememora Victor.

“Sin embargo, aún no sabíamos quien estaría al frente de la Columna. Nadie preguntaba quién sería, sólo nos preparábamos, eso era lo indispensable. Un día llegó Osmany Cienfuegos, quien nos atendía durante el entrenamiento y me lleva una foto de un señor blanco que llevaba espejuelos. Este es el Comandante Ramón, ¿ no sabes quién es?, me dijo. Realmente no lo reconocía, de verdad que no. Entonces aquel hombre totalmente desconocido para mi, se acercó y me dijo: Dray, no jodas, yo soy el Che. Así se comprobó que no se reconocía al Guerrillero herorico tras otra personalidad”.

En el encuentro, Moya, nombre que adopta en la guerrilla, rememoró además, la salida clandestina del Che de Cuba y junto a ello, los momentos que se sucedieron tras su llegada al país africano: las relaciones con los compañeros, las enfermedades que enfrentaron, las costumbres y con gran nostalgia, el momento en que enterraban los cadáveres de sus compañeros de lucha.

“La misión en el Congo fue un fracaso y solo 32 años después Joseph Kabila, quien demostró ser amigo de Cuba y el Che, logró la liberación del país africano. Sin embargo, periodistas, esto fue una valiosa experiencia para futuras misiones internacionalistas cubanas, específicamente para la lucha que comandaría años más tarde el Che en Bolivia.

“Mis recuerdos del Che son muchos. Fue un hombre valiente, buen amigo, buen compañero y si les dijera lo que más recuerdo de él, fue el momento en que nos despedíamos y me dijo: “Ojalá nos veamos en otros países del mundo”, recuerda el combatiente Victor Drake en tanto alega: La permanencia del sistema socialista en Cuba "no es un asunto de Fidel y Raúl, no es un asunto de hombres, sino que tiene que ver con el Partido Comunista y el pueblo cubano.

“Hay una ideología socialista en Cuba y la Revolución depende de la organización y la ideología de la gente, si la Revolución dependiera de los hombres, no habría durado mucho tiempo. Fidel morirá, yo moriré, nosotros, los revolucionarios, todos eventualmente moriremos, pero Cuba nunca regresará al capitalismo", las nuevas generaciones van a seguir estudiando y preparándose para preservarla desde la primera línea de combate, afirmó Dreke”.

Revolucionario, internacionalista, íntegro: Che


Es difícil hablar de un hombre de su estatura moral, de alguien cuya muerte lo convirtiera en símbolo. La fecha dejó al mundo marcado para siempre: El 9 de octubre de 1967, el guerrillero heroico Ernesto Che Guevara, era asesinado en la Quebrada del Yuro, Bolivia.

Argentino de nacimiento y cubano por adopción, este hombre excepcional, abrazaba la muerte en cada combate con una sonrisa en sus labios, la desafiaba como un juego en selvas pampas y montañas. Su desaparición fue un duro golpe para el pueblo cubano y para el mundo.

A quienes lo conocieron y compartieron en tiempos de paz y guerra con él, les enseñó a ser transparentes como el agua, revolucionarios de ideas, a ser un león ante los cobardes, abusadores y traidores de la tierra. Enseñó a los guerrilleros a no temerle a la muerte.

Dotado de una de voluntad de acero, el Che fue amigo, médico, un hombre inteligente que la muerte privó de tener por muchos años y que reunía en su íntegra personalidad, las virtudes de un verdadero revolucionario, a quien en su conducta, no se le puede encontrar ni una sola mancha.

Ernesto Guevara de la Serna fue un hombre extraordinariamente humano, sensible, un trabajador infatigable. Su legado a las nuevas generaciones fue su íntegro carácter, la tenacidad, el espíritu de trabajo, su ejemplo, sus grandes sueños y la disposición de seguir su camino con la adarga al brazo y sentir por siempre bajo sus talones el costillar de Rocinante.

Antonio Maceo y Ernesto Che Guevara: Dos épocas...una misma causa


Hay coincidencias completamente inexplicables, sino ¿quién podrá descifrar las que aproximan a Antonio Maceo Grajales y Ernesto Guevara de la Serna? El primero, cubano hijo de león y leona, nace en el año 1845 y el segundo, argentino, vio la luz en 1928, ambos un 14 de Junio. Genio y leyenda unieron a estos dos hombres en varias aristas de la vida, pero la causa revolucionaria y latinoamericanista estuvo en primer orden.

Era Antonio Maceo el cubano más conocido en América Latina, en la segunda mitad del siglo XIX, en tanto, Ernesto Che Guevara conquistó a Cuba desde su incorporación como expedicionario del Granma en México a tal punto que hoy su rostro atiborra las plazas en brazos de personas de todas las generaciones de cubanos y latinoamericanos.

Antonio, primogénito de los Maceo Grajales, era buen jinete y diestro en la esgrima del machete de defensa personal; inteligente, disciplinado y atacador. Grandes retos en su vida, breves pero intensas, descollarían por sus hazañas militares. Tenía tanta fuerza en la mente como en el brazo, como dijera nuestro José Martí. Era de bronce el Titán.

En tanto, fue el Che aquel joven que, padeciendo un asma cruenta, despertaba admiración por su energía indomable y el espíritu Quijotesco que lo acompañó siempre. A los 23 años realiza un largo recorrido por Latinoamérica, se gradúa de médico y, de paso por México, resulta junto a Raúl Castro, uno de los primeros seleccionados por el líder de la Revolución Fidel para integrar la expedición del Granma.

Desde su incorporación a la causa cubana, el Che se distinguió por su lealtad y un valor por momentos temerario. La Sierra, la Invasión, la Batalla de Santa Clara, fueron escenarios de sus hazañas. Ante los ojos de las generaciones de cubanos que no tuvimos la oportunidad de conocer, están las imágenes del Che levantando un muro, del cortador de caña…

Otras imágenes lo enmarcan de manejando una combinada, sin camisa en un trabajo voluntario, jugando ajedrez, modelo del líder que no se separa jamás de la muchedumbre que representa y guía. Conmovía su intachable ejemplo personal, su autoridad moral y su fe inquebrantable en la victoria.

En la vida y el pensamiento de Antonio Maceo y de Ernesto Guevara, encontramos los más sagrados valores por los que luchamos hoy, las más admirables virtudes que son razón y anhelo de nuestra Revolución Socialista. Hoy ambos cabalgan en un Rocinante del futuro.

Maceo y Che, llevan consigo un Sol de voluntades en la frente. Así van los dos que, entretejiendo proezas, parecen uno solo. Comparten su propia imagen y nuestra hermosa bandera de la estrella solitaria, símbolos de las luchas y de la esperanza de los pueblos latinoamericanos.

Y en este peregrinar, ambos marchan veloces porque no precisan del empuje revolucionario para continuar la lucha. Como tampoco demostrar que el 14 de junio representa para todos los cubanos, el nacimiento de dos hombres de épocas diferentes pero amantes de una misma causa: Antonio Maceo Grajales y Ernesto Guevara de la Serna.

Antonio Maceo y Che Guevara: Dos vidas, un Ideal

Hay coincidencias completamente inexplicables, sino ¿quién podrá descifrar las que aproximan a Antonio Maceo Grajales y Ernesto Guevara de la Serna? El primero, cubano hijo de león y leona, nace en el año 1845, y el otro, Argentino que viera la luz en 1928, también un 14 de Junio. Genio y leyenda lo hicieron coincidir en muchas más cosas, en primer lugar la vocación latino americanista. ¿Entonces o no una importante fecha en la historia de la nación cubana?

Era Antonio Maceo el cubano más conocido en América Latina, en la segunda mitad del siglo XIX, en tanto Ernesto Che Guevara conquistó a las mayorías en la segunda mitad del siglo XX y su rostro continúa atiborrando las plazas en brazos de personas de todas las generaciones de cubanos y latinoamericanos.

Grandes retos en sus vidas, breves pero intensas, descollarían por sus hazañas militares. Antonio, primogénito de los Maceo Grajales, era buen jinete y diestro en la esgrima del machete de defensa personal; inteligente, disciplinado y atacador. Tenía tanta fuerza en la mente como en el brazo, como dijera nuestro José Martí.
Poseedor de una pluma sagaz, fina cultura autodidacta y profundidad de pensamiento.
De Antonio Maceo son estas frases que lo revelan y ordenan: "Cuando Cuba sea independiente, solicitaré del Gobierno que se constituya, permiso para hacer la libertad de Puerto Rico, pues no me gustaría entregar la espada dejando esclava esa porción de América". "¿Para qué queremos la vida sin el honor de saber morir por la Patria?”…

Fue el Che aquel joven, que padeciendo un asma cruenta, despertaba admiración por su energía indomable, y ese espíritu emprendedor e impetuoso que lo acompañó siempre. A los 23 años realiza un largo recorrido por Latinoamérica, se gradúa de médico y, de paso por México, resulta junto a Raúl, fue de los primeros seleccionados por el líder de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz para integrar la expedición del Granma.

Desde su incorporación a la causa cubana, el Che se distinguió por su lealtad y un valor por momentos temerario. La Sierra, la Invasión, la Batalla de Santa Clara, fueron escenarios de sus hazañas.

Ante los ojos de las generaciones de cubanos que no tuvimos la oportunidad de conocer, están las imágenes del Che levantando un muro, del cortador de caña, de él manejando una combinada, sin camisa en un trabajo voluntario, jugando ajedrez, modelo del líder que no se separa jamás de la muchedumbre que representa y guía.

Conmovía su intachable ejemplo personal, su autoridad moral y su fe inquebrantable en la victoria. Ante los que pudieron considerarlo un aventurero, se les anticipó y dijo que lo era, pero de un tipo diferente, de los que ponen el pellejo para demostrar sus verdades.

En la vida y el pensamiento de Maceo y del Che, encontramos los más sagrados valores por los que luchamos hoy, las más admirables virtudes que son razón y anhelo de nuestra Revolución Socialista.

Hoy ambos cabalgan en un Rocinante del futuro. Llevan consigo un sol de voluntades en la frente. Así van los dos que entretejiendo proezas parecen uno solo. Comparten su propia imagen y nuestra hermosa bandera de la estrella solitaria, símbolos de las luchas y de la esperanza de los pueblos latinoamericanos.

Y en este peregrinar marchan veloces porque no precisan de empuje revolucionario para continuar la lucha. Como tampoco demostrar que el 14 de junio representa para todos los cubanos, el nacimiento de Dos vidas y un mismo Ideal en los nombres de Antonio Maceo Grajales y Ernesto Guevara de la Serna.