Girón: nuestra primera Victoria



Hoy todos los cubanos y cubanas, celebramos el aniversario 53 de la Victoria de Girón sobre el Imperialismo yanqui, hecho histórico marca un punto importante en el inventario de hostilidad y embates que, desde el Triunfo de la Revolución promueve el gobierno de los Estados Unidos contra la Isla.



Era alrededor de las 5 y 30 de la tarde del 19 de abril de 1961, cuando fuerzas del Ejército Rebelde y de las Milicias Nacionales Revolucionarias toman Playa Girón, último punto del territorio nacional ocupado por los mercenarios invasores. Sin embargo, enmenos de 72 horas, el ejército que organizó durante meses el gobierno de los Estados Unidos, cayó ante los aguerridos combatientes de esta pequeña Isla.
 
La invasión por Bahía de Cochinos, organizada y financiada por la CIA desde Washington, fue vencida en breve tiempo. Entonces la victoria pasó a ser el triunfo de todos los cubanos, de los heroicos combatientes y del pueblo que los apoyó, como ha sido siempre en aras de preservar la Revolución.

El enemigo imperialista había sufrido una aplastante derrota, su primera derrota militar  en América Latina y el Caribe, resultado de la firmeza incesante y decidida acción de nuestros combatientes bajo el mando del Comandante en Jefe Fidel Castro. Fue una derrota que trascendió las fronteras nacionales y se convirtió en la Victoria de los pueblos americanos.

La victoria en playa Girón el 19 de abril de 1961, fue una gran demostración de la fuerza invencible de los cubanos y cubanas de esta tierra liderada por el máximo líder Fidel Castro. La heroicidad multiplicada hizo fracasar a los mercenarios organizados, dirigidos, financiados y apertrechados por los gobernantes norteamericanos de esa época.


Con la Victoria de Girón nació realmente nuestro Partido, sentenció Fidel Castro, guía del combate con las armas y las ideas. ( … ) A partir de aquella fecha, el socialismo quedó para siempre cimentado con la sangre de nuestros obreros, campesinos y estudiantes; y a partir de aquella fecha, el destino de los pueblos de América sería diferente.

García Márquez: gracias por descubrirnos a Macondo

La noticia fue impactante, estridente. Ha pasado casi 24 horas y aún nos parece mentira que el maestro del realismo mágico haya fallecido, pero la muerte no perdona. Tras luchar por la vida, Gabriel García Márquez cerró los ojos  a los 87 años de edad en México  donde vivía desde hace años. Y con su adios a la vida dejó tras de sí, una obra que recoge toda la historia de Latinaomérica entre las paginas de sus libros.

"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento , el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo"... Con esta frase comienza  'Cien años de Soledad' novela con la que nos recreamos de la increíble historia  de siete generaciones de la familia Buendía en ese terriblemente literario y universal Macondo, su nacimiento, desarrollo  y decadencia, además de ser una  radiografía de una sociedad, destinada a tener un final de soledad y destrucción. 

Con una forma de narrar intrínsecamente latinoamericana García Márquez nos regala con Cien años... historias como las mariposas amarillas, la lluvia de flores cuando muere José Arcadio Buendía, la lluvia incesante que persiste durante cuatro años o las pestes de insomnio y amnesia, conceptos que abanderan el realismo mágico del autor.


“Cien años de soledad” es una síntesis de todos los planos que se han dado en la narrativa americana y de una parábola fantástica pero fiel, de los estados  que han atravesado Colombia y el Continente Americano. De hecho esta obra lo sitúa como referente de la literatura latinoamericana por la capacidad literaria de este gran escritor, quien en un solo pueblo y en solo cien años reflejó, aunque de manera exajerada, los problemas de la humanidad a lo largo de su historia.

Decimos adiós al creador de Macondo, al escritor de casi cincuenta títulos  donde habló de la soledad, de su Macondo querido y de la complejidad de las relaciones entre las personas. Nos deja García Márquez, ese escritor que sobresalió y se hizo grande no solo por la hazaña artística de su obra y la brillantez irrepetible de su genio, sino por descubrirnos a Macondo y con ello, legarnos una historia mágica e irrepetible de Latinaomérica toda.

El día que Cuba se vistió de verde olivo para siempre



El 16 de abril es el día en quetodos los cubanos se visten de verde olivo o llevan los colores de la Patria en el corazón. Era justo el mediodía de aquel 16 de abril, cuando en el sepelio a los caídos en los bombardeos de los aeropuertos militares de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y el Antonio Maceo de Santiago de Cuba, a lo largo de la calle 23 del Vedado, La Habana, Fidel Castro hizo pública la declaración del Carácter Socialista de la Revolución en las propias narices del Imperio.

Hombres y mujeres siguieron el cortejo. Desde los balcones, las banderas cubanas, los rostros serios y las flores lanzadas al paso de los siete coches fúnebres impregnaban un aire solemne a la silenciosa marcha. Y allí, ante la masa enardecida, el Comandante en jefe afirmó: "Porque lo que no pueden perdonarnos los imperialistas, es que estemos aquí, lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba”. "Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices, ¡y que hayamos hecho una Revolución Socialista, en las propias narices de los Estados Unidos!" .

El genio previsor y político de Fidel Castro proclamaba el carácter socialista de la Revolución Cubana y emplazaba a la unidad de todo el pueblo para protegerla hasta la última gota de sangre. En ese momento estaba claro que la autonomía, la soberanía y el derecho a conquistar su propio destino, era inseparables. 

Reconocía Fidel Castro que únicamente la liberación social sería capaz, en el contexto de Cuba, de garantizar la emancipación nacional y eso lo podía ser la obra de una Revolución "de los humildes, con los humildes y para los humildes”.

Aquel anuncio se convirtió en una fuerza política sorprendente que conmovió de pasión combativa a todo el pueblo. Las armas levantadas en las manos milicianas, fue una escena inolvidable. Allí nace la convicción ineludible de soberanía que hoy nos salva, acrecienta y une frente a cada nueva agresión enemiga.

Fernando González: El castigo no fue contra mí, contra nosotros; fue una venganza contra un proceso revolucionario


(Tomado del blog de Hernando Calvo Ospina)

Los vi venir. La cita era en la Plaza de Armas, del lado de El Templete, en La Habana Vieja. Creí que nunca llegarían. Su paso era lento, despreocupado. Querían mirar y reparar en todo. Era como si quisieran descubrir la ciudad. Como si fueran los más dedicados turistas.
 
Quise ir a su encuentro pero desistí cuando miré a su alrededor. Muchos ojos se abrían desmesurados, como no creyendo que eran ellos. Entonces una mujer se acercó a ellos, y los tocó para constatar que sí eran. Se lanzó en abrazos. Avanzaron unos pasos y llegaron otros tres jóvenes para saludarlos. Pero la mayoría se contentaba con admirarlos. Ellos, con la mayor ternura recibían y observaban esas demostraciones de cariño.
 
Después de haber escuchado una versión de la Guantanamera, adaptada a los “Cinco Héroes” por tres músicos callejeros, al fin llegaron al lugar de la cita.  
Ahí sí me acerqué. Mejor, me fui directo para abrazar a Fernando. Nos fundimos en un abrazo como poquísimos he dado y he recibido de un hombre. 

Mi admiración por su noble labor y sus años pasados en prisión se fueron en el mío. Luego saludé a su esposa, Rosa Aurora Freijanes. No supe a quién debía saludar en primero: René, el otro antiterrorista libre, o a su esposa Olga, con los cuales ya había tenido la oportunidad de compartir unos momentos meses atrás. Creo que primero la abracé a ella. En ese momento noté que una dama trataba de pasar desapercibida: Elizabeth Palmeiro, la esposa de Ramón Labañino, otro de los antiterroristas cubanos que aún sigue pagando injusta condena en Estados Unidos.
 
Dominique Leduc, secretaria general de la Asociación de solidaridad France-Cuba, estaba más que sorprendida. Yo la había invitado sin precisarle de qué se trataba.
 
Había mucho viento, lo que dificultaba filmar en la calle. Por eso pedí a la dirección de un hotel que me permitiera hacerles la entrevista en el pequeño patio. Apenas dije de quienes se trataban aceptaron de inmediato: “Es un gran honor para nosotros acoger a nuestros Héroes”. No había dado la espalda para ir en su búsqueda, cuando sentí que la noticia comenzaba a propagarse entre los trabajadores. “Este pueblo les debe mucho”, le escuché decir a un hombre de piel bien negra, muy emocionado.
 
Ahí tenía sentado a Fernando para hacerle unas preguntas. Antes de que Roberto Chile, el reconocido camarógrafo cubano, diera luz verde a la filmación lo observaba y me preguntaba: ¿¡cómo pueden ser tan humildes, tan humanos, cuando en cada esquina y hogar de Cuba están presentes!?
 
“Los guardias me despertaron a la una de la madrugada del jueves 27 de febrero. Después me encadenaron de manos, cintura y pies, y a las 3h30 me sacaron de la prisión de Safford (Arizona). Presuntamente estaba en libertad, pero ahí mismo, en la puerta, fui detenido por las autoridades de migración. Y me llevaron en una caravana de vehículos muy custodiado hasta la ciudad de Phoenix. Luego a Miami… El operativo duró unas 36 horas. Siempre estuve esposado, y en medio de un gran operativo de seguridad que me sorprendió.
 
“Hasta en el avión que me trajeron a Cuba traía esposas, aunque eran de plástico, las que cortaron cuando el avión abrió la portezuela en el aeropuerto José Martí de La Habana. Sólo en este momento me sentí libre.”
 
¿Cómo se comportaron los presos contigo? ¿Sabían quién eras?
Al comienzo era un preso más. Pero poco a poco se fue haciendo conocido el caso debido a la solidaridad internacional. La solidaridad de las organizaciones en Estados Unidos logró que en algunos canales de televisión alternativos se informara de nosotros. Además, los materiales de lectura que recibíamos los compartíamos con los otros presos. Esto fue llamando la atención, y así se fueron dando cuenta que éramos personas con un pensamiento diferente. Entonces venían para charlar de Cuba, de la Revolución.
 
Estuviste preso quince años, cinco meses y quince días. ¿Fue un castigo que se le dio a Fernando González?
 
Desde el inicio de este proceso fuimos conscientes de que estábamos pagando por ser cubanos revolucionarios. Por estar realizando una labor para el pueblo de Cuba, para la Revolución, y hasta para el pueblo de Estados Unidos, pues evitamos acciones terroristas que le hubieran podido afectar.
El castigo no fue contra mí, contra nosotros: fue una necesidad de venganza por el odio que tienen contra un proceso revolucionario, contra una historia. Y así lo asumimos.
 
¿Cómo te sientes en Cuba?
Me siento bien libre, y no solo por haber salido de un régimen de cárcel. Tengo esa libertad que me negaron en Estados Unidos. Aquí tengo la libertad de hacer lo que quiero, incluyendo la libertad política. Es que en Estados Unidos no se es libre de pensamiento, porque ellos tienen muchos mecanismos para controlar y manipular a las conciencias de las personas.
 
Quedan tres antiterroristas cubanos en prisión…
Tenemos una deuda de gratitud con todos los amigos del mundo por lo que han hecho por nuestra libertad. Pero tenemos aún muchísimo por hacer, porque no nos conformamos que Ramón y Antonio cumplan su sentencia, como la cumplimos René y yo. Hacerlo significaría que Gerardo nunca regresara. Por eso los amigos de la solidaridad en el mundo deben seguir presionando para que los tres salgan y regresen lo más pronto posible.

¿Sientes que la Revolución y el pueblo cubano te cumplieron?
Me cumplieron. Nos cumplen. Pero es que nunca tuve dudas. Nosotros estábamos claros de cuál era nuestra responsabilidad, y que debíamos resistir. Estábamos conscientes de que públicamente, o no, íbamos a tener el apoyo de la Revolución, del pueblo de cuba. Y esto incluye a muchos cubanos residentes en Estados Unidos y el mundo. Un día se decidió que la defensa y apoyo a los Cinco se hiciera pública. Eso fue una decisión política. Pero aunque no hubiera sido así, nosotros sabíamos que no íbamos a estar solos.

15 de abril de 1961: Preludio de una invasión mercenaria a Cuba

El 15 de abril de 1961 se iniciaba una epopeya gloriosa para Cuba. El enemigo imperialista forjaba desde los Estados Unidos, una agresión armada y preparaban acciones agresivas con el objetivo de hacer desaparecer la Revolución. Ese día, miles de cubanos estaban congregados en sus respectivos puestos de combate.

La primera acción perpetrada para destruir la defensa aérea del Ejército Rebelde, fueron aviones camuflados con la insignia de lasa Fuerzas Armadas revolucionarias que bombardearon
el aeropuerto de Ciudad Libertad, la base aérea de San Antonio de los Baños, y el aeropuerto de Santiago de Cuba.  Todo un teatro armado para hacer creer a la opinión pública internacional que en nuestro país tenía lugar una rebelión interna.
 

Siete fallecidos, entre ellos mujeres y niños que vivían en lugares cercanos a los puntos de bombardeo, decenas de heridos y viviendas destruidas como saldo de la cobarde acción organizada y financiada por Estados Unidos, fue el saldo de la agresión militar.

Se equivocaba el Imperio y de qué manera.  La rápida respuesta del pueblo cercaron el intento del gobierno de los Estados Unidos y de inmediato, toda Cuba se puso en pie de lucha junto a su Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. ¿Por qué el resentimiento del gobierno de los Estados Unidos hacia la Revolución Cubana?, esa era justamente la pregunta que muchos se hacían.
 
En 1961 y con sus objetivos bien definidos, se habían promulgado  leyes que laceraban los intereses estadounidenses en la Isla y con ello, se destruía la estructura económica que dejaron atrás los gobiernos de la seudorrepública. Los lacayos de la tiranía batistiana que habían huido hacia el vecino del Norte, demandaban el fracaso del Gobierno Revolucionario Cubano.  
"Nuestro país ha sido víctima de una criminal agresión imperialista.... Cada cubano debe ocupar el puesto que le corresponde en las unidades militares y en los centros de trabajo sin interrumpir la producción, ni la campaña de alfabetización, ni una sola obra revolucionaria. La Patria resistirá a pie firme y serenamente cualquier ataque enemigo, segura de la victoria."  Era el parte oficial firmado por el Comandante en Jefe Fidel Castro que dictaba a media mañana del 15 de abril.

Una vez realizado el pase de revista a los resultados de los ataques, se patentizó que la destrucción de los aviones cubanos en tierra había fracasado. En los bombardeos, el enemigo sufrió severas pérdidas. Algunos aviones no regresaron a las bases, otros regresaron averiados producto al fuego antiaéreo cubano, que demostró que no se podía violar ilegalmente el cielo patrio. Ese día, fue el preludio de aquella invasión mercenaria.

Replantan en Guantánamo Ceiba en el céntrico parque José Martí ( FOTOS)




La siembra de una Ceiba en el céntrico parque José Martí de Guantánamo, estuvo entre las actividades realizadas este 13 de abril, para conmemorar el centenario de la muerte del Mayor General Pedro Agustín Pérez, "Periquito", jefe militar de esta región durante la guerra independentista de 1895.

Para todos los guantanameros este es motivo de conmemoracion y homenaje  hacia figura excelsa del mambisado guantanamero, porque hombres como él, se consegraron a la causa libertaria postergaron motivos personales en aras del bien mayor de la Patria.

Fue en el año 1902 y justo en el parque José Martí de esta oriental ciudad, que un grupo de patriotas encabezados por el Mayor General de la ciudad Pedro Agustín Pérez, sembraron una Ceiba con el  propósito de asegurar un destino grandioso y próspero para Cuba, y conjuntamente a ella,  ocho palmas reales.


La Ceiba original duró en el mentado sitio más de 50 años y devino por siempre símbolo de religiosidad y cubanía para los guantanameros, posteriormente otros patriotas sembraron otra que duró hasta hace unos meses.

Replantar la Ceiba representa nuestro respeto y admiración al Mayor General  Pedro Agustín Pérez en el año de su centenario, pues  simboliza la continuidad de los ideales independentistas y el compromiso con la patria grande, próspera y martiana que  necesitamos.












En Guantánamo, homenaje a Periquito Pérez 

La siembra de una Ceiba en el céntrico parque José Martí de Guantánamo, estuvo entre las actividades realizadas este 13 de abril, para conmemorar el centenario de la muerte del Mayor General Pedro Agustín Pérez, "Periquito", jefe militar de esta región durante la guerra independentista de 1895.

Para todos los guantanameros este es motivo de conmemoracion y homenaje  hacia figura excelsa del mambisado guantanamero, porque hombres como él, se consegraron a la causa libertaria postergaron motivos personales en aras del bien mayor de la Patria.


Fue en el año 1902 y justo en el parque José Martí de esta oriental ciudad, que un grupo de patriotas encabezados por el Mayor General de la ciudad Pedro Agustín Pérez, sembraron una Ceiba con el  propósito de asegurar un destino grandioso y próspero para Cuba, y conjuntamente a ella,  ocho palmas reales.


La Ceiba original duró en el mentado sitio más de 50 años y devino por siempre símbolo de religiosidad y cubanía para los guantanameros, posteriormente otros patriotas sembraron otra que duró hasta hace unos meses.



Replantar la Ceiba representa nuestro respeto y admiración al Mayor General  Pedro Agustín Pérez en el año de su centenario, pues  simboliza la continuidad de los ideales independentistas y el compromiso con la patria grande, próspera y martiana que  necesitamos.




En Guantánamo, homenaje a Periquito Pérez

Este 13 de abril, los guantanameros conmemoramos el centenario de la muerte del Mayor General Pedro Agustín Pérez, a quien se le conoce además por el sobrenombre de "Periquito",  jefe militar de esta región durante la guerra independentista de 1895 y quien desarrolla una serie de acciones encaminadas a proteger a los principales jefes de la Revolución a su llegada a Cuba.

Los homenajes a  la figura más excelsa del mambisado en el Alto Oriente cubano, iniciaron esta mañana con un acto político cultural en el mausoleo La Confianza, sitio donde existió la finca que lleva el mismo nombre y donde el 24 febrero de 1895 se alzara en armas Pedro Agustín Pérez, tras la orden que recibiera del delegado del Partido Revolucionario Cubano nuestro José Martí.

Entre otras de las actividades que se realizarán durante esta jornada, está la siembra en el céntrico parque José Martí de una Ceiba en el mismo sitio donde hasta hace poco tiempo, estuviera la que plantarían los veteranos de las Guerras de Independencia.

Cierra la jornada de homanaje a “Periquito” Pérez, una velada artística en el parque José Martí, frente a la estatua del General guantanamero,  protagonizada por el pueblo guantanamero, las organizaciones políticas y de masas, además de las instituciones religiosas. 

Pedro Agustín Pérez, promulgó la unidad entre los veteranos del Ejército Libertador y los nuevos patriotas, con el concepto de que solamente la lucha armada les permitiría conquistar la verdadera independencia de Cuba, esta vez encadenada al imperio norteamericano que la había convertido en una neo colonia. 




Salto. “¡Dicha grande!”

Conmueve, estremece, complace. Recorrer la  Playita de Cajobabo, es sentir que el tiempo se detiene, es  remontarse a una historia que nos toca el alma. Presenciar las enormes rocas y farallones que le perdonaron la vida a nuestro José Martí aquel 11 de abril de 1895, es muestra de ello.

Para cualquier cubano es un privilegio caminar por la playa, subir lomas... conocer la noche aquella en que pasadas las diez,  el delegado del Partido Revolucionario Cubano acompañado del Mayor General Máximo Gómez y los generales Francisco Borrego y Angel Guerra, el coronel Marcos del Rosario y el capitán César Salas, desembarcara  por la costa sur de la más oriental de las tierras cubanas, tras presenciar vieron partirse el timón del bote. 

Salto. “¡Dicha grande!”. Así anota José Martí cuando  llegada a Cuba por la entonces desolada Playita de Cajobabo. Mucho tiempo después, en aquel mismo sitio histórico nuestro Fidel Castro expresó: “Nunca se ve en el Diario una queja, sino todo era optimismo, todo era entusiasmo, todo era orgullo. Él decía que había dejado las cadenas que lo habían acompañado toda su vida en la lucha por la independencia de Cuba”.



El día se tornaba pesado, el mar estaba tan negro como la noche. Las altísimas y furiosas olas se elevaban furiosas y chocaban contra los farallones, esos farallones que hoy son testigos del paso del Maestro por tierra guantanamera. Y junto a la costa, las luces…. “ Hay que ceñirse los revólveres”, dijo  José Martí. En ese momento no imaginaba el Delegado del Partido Revolucionario Cubano que este sitio, se convertiría años después  en un lugar sagrado de la Patria.

Al desembarcar Gómez besa la arena y Marcos del Rosario, uno de los tripulantes de aquel bote junto a Martí y Gómez, recorrió el lugar años más tarde e identificó el sitio específico donde se levantaría el  monumento en 1947..

Contrario de lo que le había sucedido a la expedición de Flor Crombet y los hermanos Antonio y José Maceo, quienes combatieron tras el desembarco días antes por Baracoa, José Martí y Máximo Gómez, no afrontaron mayores dificultades para entrar en Cuba sin ser descubiertos. Y fue justo  después de su regreso a Cuba, en tierra guantanamera donde José Martí  permaneció más tiempo antes de caer en combate el 19 de mayo de 1895.

Mucho tiempo después, en 1995,  Playita de Cajobabo volvió a vestirse de gloria, pues a la misma hora de aquel arribo el Comandante en Jefe Fidel Castro visitó el lugar para rendir tributo a los próceres y expresó:  “He venido a recibir en el año del centenario, de manos de Martí, la bandera de la estrella solitaria, y solo pido que las futuras generaciones la mantengan ondeando para siempre en una patria libre”.
Ha pasado 119 años del arribo de José Martí y Máximo Gómez por Playita de Cajobabo. Sin embargo, hasta el Monumento erigido en aquel sagrado lugar de la historia,  como lo calificara el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, llegan hoy las nuevas generaciones para beber de la fuente de la historia. Y resulta curioso que todavía en aquel silencio, solo roto por el sonido de las olas del mar, sentimos todavía, la presencia del incansable luchador por la independencia nacional de Cuba.