Cuando el próximo 13 de noviembre, por vigésima primera ocasión Cuba presente ante la Organización de Naciones Unidas el informe “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, se mostrará una vez más a la comunidad internacional, la invalidez del gobierno norteamericano, que sustenta leyes tan absurdas como las que esta potencia dispone en contra de la voluntad de los pueblos.
Como resultado de esta atroz política, Cuba continúa sin poder exportar e importar productos y servicios hacia o desde los EE.UU. Tampoco permite realizar transacciones financieras con el dólar estadounidense, ni acceder a créditos de organismos financieros internacionales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Estos hechos, sin dudas, atacan directamente sobre nuestra economía.
Ejemplos sobran. El bloqueo económico, comercial y financiero viola no solo los derechos de nuestro país, sino de terceros países, de sus empresas y sus ciudadanos. Es una política absurda, ilegal y moralmente insostenible, un acto de guerra económica que transgrede el derecho a la Paz, el desarrollo y la seguridad de un Estado que preserva por sobre todas las cosas, su soberanía, su independencia y el derecho a la libre determinación.
Los daños que esta cruel política nos ha dejadoen casi medio siglo de aplicación, asciende a más de mil millones de dólares, a precios corrientes. Por tal razón, constituye un acto de genocidio, un acto de guerra económica, es una piedra en el zapato de la política estadounidense que debe sacar inmediatamente.
Medio siglo de irracional bloqueo contra esta Isla, no bastan para que el Imperio haya logrado bajo circunstancia alguna quebrantar el rumbo de nuestra Revolución. Todo lo contrario, ha tropezado con un país de pequeño tamaño, pero con una estatura moral tan alta que lucha a toda costa por mantener su soberanía y el derecho a la libre determinación.
Tenemos que seguir denunciando esta práctica de guerra. El bloqueo tiene que ser levantado de inmediato y con ello alzar nuestras voces al mundo para exigir el regreso de inmediato de los Cinco a Cuba. Cuando esto suceda, el fin de esta irracional política llegará en un abrir y cerrar de ojos. De eso, estoy completamente segura.
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