"Vamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva,
apuntó Fidel y añadió: ...Están jugando con el pueblo y no saben todavía
quién es el pueblo; están jugando con el pueblo y no saben la tremenda
fuerza revolucionaria que hay en el pueblo". Así, con esta esfervescencia revolucionari, nacen los primeros Comités de Defensa de la Revolución (CDR), el 28 de septiembre de 1960.
Fue en un acto público frente al antiguo Palacio
Presidencial, hoy Museo de la Revolución, como
respuesta a varios petardos que la contrarrevolución hiciera estallar
mientras miles de habaneros escuchaban al máximo líder revolucionario, recién
llegado de hacer una trascendental intervención durante el XV Periodo de Sesiones en la sede de la Organización
de Naciones Unidas, en Nueva York.
Hoy los CDR llegan a sus 52 años y su activo papel frente a
los planes de quienes desean truncar el proceso revolucionario cubano, lo ha caracterizado. Lo acompaña además, la iniciativa, la voluntad, el desinterés, la
solidaridad, el humanismo y la combatividad, pues están diseminados en
cada cuadra, barrio, en cualquier punto de la geografía cubana, pues constituye la mayor organización de masas del país.
La activa participación en la Campaña Nacional de
Alfabetización y de vacunación, además de la defensa de las conquistas de la
Revolución, son de las tareas que empuja los CDR. A esto se suma la recogida
de materias primas, el embellecimiento de los barrios, la activa ayuda
en la campaña antivectorial y en la noble misión de las donaciones
voluntarias de sangre.
El entusiasmo y la increíble rapidez ante cada obra planteada por la
Revolución, caracteriza a cada cederista cubano, ciudadanos que se han entregado en cuerpo y alma junto al pueblo,
su principal garante y protector.
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