José Martí: Una muerte de grandes
A 115 años de la caída en combate del héroe nacional cubano José Martí, su vida se ha convertido en un magisterio vivo y su muerte, en una leyenda que voló para convertirse en la quimera de un caballo asustado, de un blanco eficaz entre las filas enemigas y de un hombre que fundió las voluntades de los suyos en un mismo sentimiento de amor.
Quienes le conocieron, admiraron al patriota, al poeta, al dueño de la capacidad patriótica de resistencia y el ejemplo de militancia política de los cubanos. Su firmeza revolucionaria, le vino de su propia raíz popular, de la fe en la victoria y del trabajo creador.
¿Su mérito más valioso?: Lograr la unidad de los cubanos. Y si bien es cierto que al final de su existencia, no pudo terminar aquella batalla machete en mano, la práctica militar no ocupó un lugar sobresaliente en su vida, sino la fortaleza de sus pensamientos.
El 19 de mayo de 1895, próximo del mediodía, sabía que marchaba hacia la muerte y se arrojó sobre ella con osadía admirable. Gloriosa fue su primera y última cabalgadura, ese día, su caballo Baconao, obsequio del General José Maceo, regresó solo a los predios mambises y en las horas de la noche, sus compañeros de lucha, reconocieron su cuerpo ya sin vida.
Se derrumbó en el campo de batalla, como siempre había pedido en sus Versos Sencillos, “de cara al sol “ y entre las palmas de su Cuba querida. José Martí murió justo aún no había culminado su obra, cuando la Patria más lo necesitaba: Así mueren los grandes.
El Maestro sólo vivió 42 años tiempo suficiente para legar al futuro una huella inquebrantable en la Historia de Cuba. Las balas enemigas cegaron su vida, nos robaron a una de las personalidades más destacadas del pensamiento progresista de América y del Mundo.
Rafael Trejo: valentía, honradez y decoro
El 30 de septiembre de 1930, el Directorio Estudiantil Universitario efectuó una manifestación demostrativa donde se corroboró el sentir de los estudiantes cubanos. Esta revelación, sirvió como punto de partida de la incorporación del estudiantado revolucionario cubano a la lucha contra la tiranía.
La desaparición de la tarja de
Raúl Roa, quien estaba entre los participantes en la acción, relató a la postre as circunstancias en las que se produciría este día, la caída de Trejo: "(...)
"No obstante las dramáticas perspectivas, los conjurados fueron concentrándose a la hora convenida. Policías, a pie y a caballo, patrullaban
"(...) La manifestación se organizó y puso en marcha. (...)" "La policía acuchilló la manifestación y cargó violentamente contra ella. Confusión indescriptible se produjo en la esquina de Infanta y San Lázaro. Fogonazos repetidos mancharon de blanco la mañana gris (...)" "Rafael Trejo, en corajudo arranque, se enredó en un cuerpo a cuerpo con un policía. Antonio Baldoquín acudió en su ayuda.
Trató de arrebatarle el revólver al esbirro. Sonó una descarga. Trejo se derrumba, chorreando sangre, sobre el pavimento regado de casquillos y manifiestos (...)" Caía en combate Rafael Trejo.
Rafael Trejo había nacido el 9 de septiembre de 1910, proveniente de una familia de trabajadores que se ocupaban muy de cerca de la educación de su hijo. Cursó sus estudios de primaria en escuelas públicas y con 17 años matriculó en la carrera de derecho. Eran años en que
Cuando cae mortalmente herido el 30 de septiembre de 1930 este honesto y combativo luchador revolucionario, el tirano Gerardo Machado no pudo imaginar que con aquel crimen se encendía la chispa que lo desalojaría del poder, pues lejos de amilanar a los jóvenes revolucionarios, devino símbolo impulsor de las acciones estudiantiles a partir de entonces.