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El VI Congreso del Partido: Un Congreso que ya hace historia


Estoy completamente segura que desde el día 16 de abril no hay un cubano que se separe del televisor. La apertura del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), creó disímiles atenciones no sólo en Cuba sino a nivel mundial, aún cuando no habían iniciado las sesiones de trabajo en comisiones.

Las expectativas de los cubanos con este evento político son inmensas. ¿La razón? Se define el futuro de Cuba, se define el futuro que va inevitablemente hacia un Socialismo más justo y tiene como condición primordial, actualizar el modelo económico cubano.

El Congreso está en la calle. No hay un sitio donde el tema a debatir no sea el relacionado con el magno evento. La parada del ómnibus, los centros de trabajo, los hogares…, son escenarios de argumentos que, de manera directa definen el presente y futuro de nuestro país y sus proyectos sociales. Nada, que al decir del buen cubano: “Esto es lo que se cocina ahora donde quiera”.

Durante la lectura del documento Raúl Castro Ruz, expresó la importancia de llegar a las esencias de las cosas, lo que significa “cambiar la mentalidad, dejar de lado el formalismo y la fanfarria en las ideas y las acciones, en otra palabras, desterrar el inmovilismo basado en dogmas y consignas vacías.”

El también General de Ejército nos convocó además a crear una revolución con rapidez, talento y honestidad,llamó además a (…) desterrar la inercia, los esquematismos y las complacencias que tanto daño hacen (…) Hay que rectificar si surge el error, expresó, pero sobre todas las cosas, hay que seguir siendo cabales al pueblo, que sigue los ideales que los forjó.

El VI Congreso del Partido es oportunidad precisa para brindar, no solo a la militancia, sino a todos los cubanos que están y estarán junto a la Revolución, el legado político de la dirección histórica de la Revolución. Aún quedan temas por abordar. Nosotros seguiremos atentos a las propuestas que emanen de este cónclave.

Estamos seguros de que sólo un proceso revolucionario como el nuestro, puede perfeccionar nuestra obra en una sociedad “Con todos y para el bien de todos”, al decir de nuestro José Martí. El VI Congreso del Partido, inevitablemente, es un Congreso que ya hace Historia.

16 de abril: Día de verde olivo para todos los cubanos


El 16 de abril es el día en que los cubanos se visten de verde olivo o llevan los colores de la Patria en el corazón. La fecha marca un hito en nuestra historia: Se conmemora el aniversario 50 de la proclamación pública del Carácter Socialista de la Revolución por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en las propias narices del Imperio.

Al mediodía del 16 en el sepelio a lo largo de la calle 23 del Vedado, La Habana, Fidel Castro hizo pública una declaración histórica: la del carácter socialista de la Revolución Cubana. Una ola humana siguió el cortejo. Desde los balcones, las banderas cubanas, los rostros serios y las flores lanzadas al paso de los siete coches fúnebres impregnaban un aire solemne y dramático a la silenciosa marcha.

Y ante la masa enardecida, el Comandante en jefe afirmó: "Porque lo que no pueden perdonarnos los imperialistas, es que estemos aquí, lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba”.

"Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices, ¡y que hayamos hecho una Revolución Socialista, en las propias narices de los Estados Unidos!" El genio previsor y político de Fidel Castro proclamaba el carácter socialista de la Revolución Cubana y emplazaba a la unidad de todo el pueblo para protegerla hasta la última gota de sangre.

En ese momento estaba claro que la autonomía, la soberanía y el derecho a conquistar su propio destino, era inseparables. Reconocía Fidel Castro que únicamente la liberación social sería capaz, en el contexto de Cuba, de garantizar la emancipación nacional y eso lo podía ser la obra de una Revolución "de los humildes, con los humildes y para los humildes”

Aquel anuncio se convirtió en una fuerza política sorprendente que conmovió de pasión combativa a todo el pueblo. Las armas levantadas en las manos milicianas, fue una escena inolvidable. Allí nace la convicción ineludible de soberanía que hoy nos salva, acrecienta y une frente a cada nueva agresión enemiga.