Cuando los españoles colonizaron América, trajeron consigo el látigo y su idioma, tesoro inapreciable que tiene como particularidad crear un puente comunicativo entre los individuos de un pueblo a otro, nacionalidad o país que hablen español.
Elemento importante y herramienta esencial para el logro de una correcta comunicación entre los seres humanos, al Idioma, se le otorga ese rango distintivo a pesar de que en ocasiones, se le agrede y maltrata. Me pregunto, ¿hacia dónde van las palabras de ricos significados que desaparecen a diario por que cada vez más los hablantes las empobrecen o las mal utilizan en la comunicación?
Desafortunadamente, son muchas las personas que deterioran el idioma utilizando frases chabacanas y sin sentido que forman elementos claros de falta de cultura, esto ocurre por que al parecer no se percatan que un idioma malmirado y en franca retirada, dará lugar a una incuestionable pérdida de la identidad.
El idioma, además de un medio de comunicación, es identidad, cultura y refleja una estructura de pensamiento. Por tanto, debe de ofrecérsele los más exquisitos cuidados con la finalidad de mantenerla hermoso y digno. Su uso, cada vez más acertado, hace que nos comprendernos mejor, debido a la enorme riqueza cultural que supone una lengua en la cual nos expresamos a diario 500 millones de personas en más de una veintena de países.
Nuestro país está enfrascado en la colosal contienda por lograr la elevación cultural de sus habitantes en aras de llegar a ser uno de los más cultos del mundo, por lo que considero una nota discordante que los individuos mal hablados irrumpan nuestros oídos con expresiones carentes de respeto y distantes de las normas del buen comportamiento social.
El respeto por los valores que identifican al ser humano más instruido, es premisa para nuestro país y ahí se alza como una de las muestras más evidentes, la labor de las bibliotecas de las escuelas como fuentes de conocimientos, por tanto, precisamos que todos nos empeñemos por sembrar correctos hábitos en nuestra manera de expresarnos.
El reto está planteado. La tarea es de todos en conjunto. La celebración de este día este debe ser incentivo para motivar, estimular un mejor empleo de nuestra lengua por cada hablante y enriquecer su vocabulario a partir de consolidar hábitos de lectura. Así nadie queda exento de esta responsabilidad, pues resulta un imperativo defender nuestra lengua materna y contribuir al cuidado de que cada palabra se pronuncie perfecta y necesaria.