El 26 de julio de 1953 un grupo de jóvenes revolucionarios cubanos liderados por Fidel Castro Ruz, asaltaron los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, iluminados por las ideas de nuestro José Martí.
Procesado por aquellos sucesos, el hoy Comandante en Jefe expresó:
“Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que su memoria se extinguiría para siempre, ¡tanta era la afrenta! Pero vive, no ha muerto, su pueblo es rebelde, su pueblo es digno, su pueblo su fiel a su recuerdo...¡Cuba, qué sería de ti si hubieras dejado morir a tu Apóstol!
El pensamiento martiano ha trascendido los límites del tiempo y hoy constituyen fuente inagotable de valores patrióticos, de justicia y de dignidad humana, la base fundamental que sustenta la actual Batalla de Ideas que libra el pueblo cubano en su afán por defender las conquistas de la Revolución.
Para los jóvenes de la Generación del Centenario existía una razón muy poderosa, eran sencillamente, cubanos. Y ese día, se lanzaron al ataque de la segunda fortaleza del país, independientemente de que muchos tildaron a Fidel de loco porque decía que el autor intelectual de esa acción era José Martí, caído en combate por la independencia de Cuba el 19 de mayo de 1895.
Sin embargo, la presencia decisiva de nuestro Héroe Nacional en los combatientes moncadistas era una realidad tangible, como lo había sido antes en Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena y otros líderes de las luchas revolucionarias. Y Fidel, tomó en sus manos la antorcha libertaria y trazó la estrategia correcta que nos llevó a la victoria definitiva.
En su alegato de defensa La Historia me absolverá, como en todo el pensamiento y la acción de Fidel, hay una identidad sorprendente con el pensamiento político de nuestro Héroe Nacional: la posición inclaudicable contra toda forma de tiranía, el patriotismo revolucionario, el latinoamericanismo y el internacionalismo, el optimismo ante los reveses y sobre todo la defensa de las clases humildes.
Tan grande fue el sentido ético de José Martí que bajo esa hermosa frase de Patria es Humanidad, nos legó una divisa realmente solidaria y justiciera. Sin dudas él, dotado de una inteligencia soberana, siempre usó ese don para hacer de los pueblos de América independientes y libres.
El Moncada fue obra martiana llevada a cabo por la Generación del Centenario aquel 26 de julio de 1953. Y no ha pasado a la historia como un hecho aislado, sino como un enlace histórico, un vínculo de nuestro pasado con el presente de dura lucha y con el futuro promisorio de victoria. En el Moncada vivió el Apóstol, en el Moncada se eternizó su memoria y se rescató para siempre la dignidad nacional.
Melba y Haydee: Mujeres del Moncada
Durante los más de cien años de luchas por la libertad de nuestra Patria las mujeres ha tenido un papel importante, pero la heroica acción del 26 de Julio de 1953, la cual marcó la última etapa de liberación nacional, participaron las valientes heroínas Haydeé Santamaría y Melba Hernández, presentes en las victorias alcanzadas por nuestro pueblo en la lucha insurreccional y a lo largo del proceso revolucionario.
Dotadas de una gran ternura, eran revolucionarias hasta la médula y estaban convencidas de las ideas del abogado Fidel Castro de transformar la situación económica, política y social de Cuba. Y juntas, vivieron los sucesos de las acciones previas al ataque del cuartel Moncada, segundo bastión militar del dictador Fulgencio Batista, en Santiago de Cuba.
Tenían la misión de imprimir, distribuir propaganda y de garantizar otras tareas necesarias de la organización revolucionaria, de ocupar el hospital Saturnino Lora, junto a otros compañeros, tranquilizar a los ingresados y curar a los heridos. Desde aquella trinchera estas mujeres lucharon por la libertad.
Detenidas en Santiago y condenadas a siete meses de cárcel, fueron posteriormente trasladadas a la Cárcel de Mujeres de Guanajay, en la actual provincia de La Habana y desde allí, continúan manifestándose por medio de desacato y protestas contra la tiranía al conocer de asesinatos y represión a jóvenes revolucionarios.
Al salir de la cárcel el 20 de febrero de 1954, hacen contacto con Fidel y por medio de cartas que secretamente él les hacía llegar, donde les daba instrucciones de las actividades que debían realizar. Su primera misión fue divulgar clandestinamente el mensaje “A Cuba que sufre”, y cómo editar y distribuir la Historia me Absolverá.
Esta etapa de nuestra historia quedaría salvada gracias a la ayuda de sus valientes protagonistas, devenidas ahora en insuperables combatientes clandestinas por el ferviente quehacer revolucionario que despliegan al cumplir su condena.
Haydee y Melba indicaron al resto de sus coterráneas el camino a seguir junto a todo nuestro pueblo y demostraron el infinito amor con que enfrentaron las diversas tareas orientadas por Fidel Castro, tras el triunfo revolucionario de enero de 1959.
Justamente así, eran Melba Hernández y Haydee Santamaría: mujeres sencillas. Delicadas como palomas, pero a la vez, fieras cuales leonas con sus cachorros. Eran las mujeres del Moncada
Dotadas de una gran ternura, eran revolucionarias hasta la médula y estaban convencidas de las ideas del abogado Fidel Castro de transformar la situación económica, política y social de Cuba. Y juntas, vivieron los sucesos de las acciones previas al ataque del cuartel Moncada, segundo bastión militar del dictador Fulgencio Batista, en Santiago de Cuba.
Tenían la misión de imprimir, distribuir propaganda y de garantizar otras tareas necesarias de la organización revolucionaria, de ocupar el hospital Saturnino Lora, junto a otros compañeros, tranquilizar a los ingresados y curar a los heridos. Desde aquella trinchera estas mujeres lucharon por la libertad.
Detenidas en Santiago y condenadas a siete meses de cárcel, fueron posteriormente trasladadas a la Cárcel de Mujeres de Guanajay, en la actual provincia de La Habana y desde allí, continúan manifestándose por medio de desacato y protestas contra la tiranía al conocer de asesinatos y represión a jóvenes revolucionarios.
Al salir de la cárcel el 20 de febrero de 1954, hacen contacto con Fidel y por medio de cartas que secretamente él les hacía llegar, donde les daba instrucciones de las actividades que debían realizar. Su primera misión fue divulgar clandestinamente el mensaje “A Cuba que sufre”, y cómo editar y distribuir la Historia me Absolverá.
Esta etapa de nuestra historia quedaría salvada gracias a la ayuda de sus valientes protagonistas, devenidas ahora en insuperables combatientes clandestinas por el ferviente quehacer revolucionario que despliegan al cumplir su condena.
Haydee y Melba indicaron al resto de sus coterráneas el camino a seguir junto a todo nuestro pueblo y demostraron el infinito amor con que enfrentaron las diversas tareas orientadas por Fidel Castro, tras el triunfo revolucionario de enero de 1959.
Justamente así, eran Melba Hernández y Haydee Santamaría: mujeres sencillas. Delicadas como palomas, pero a la vez, fieras cuales leonas con sus cachorros. Eran las mujeres del Moncada
Granjita Siboney: Historia viva
Ha pasado 57 años y aún estás detenida en el tiempo, como si no te hubiesen tocado jamás. Aún conservas ese aire idílico y te has convertido, Granjita Siboney, en testimonio vivo de la acción más heroica erigida en nuestro país: la preparación del asalto al cuartel Moncada, en Santiago de Cuba.
El histórico inmueble se registró en la historia de la Revolución Cubana, cuando fue alquilado por los jóvenes de la Generación del Centenario para una aparente cría de aves, y devino cuartel general para los preparativos finales, concentrar a los hombres, autos y pertrechos bélicos que utilizarían en la acción, que, con Fidel Castro Ruz al frente, derrocaría a la tiranía de Fulgencio Batista.
Llegar a ella, impone un recorrido de trece kilómetros y medio por la carretera, que conduce a la playa de Siboney y separan a la Granjita de la ciudad. El camino está amparado a ambos lados de la vía, por 26 obeliscos que muestran la ruta que hace más de 50 años siguieran el joven abogado Fidel Castro y sus compañeros, y en los que aparecen los nombres y labores que realizaban los mártires de la hazaña del 26 de julio de 1953.
La Granjita, que aún conserva sus colores blanco y rojo, guarda el tesoro más preciado del acontecer nacional y constituyó la cobertura especial para reunir a los futuros combatientes, recibir las armas, los uniformes y el punto de partida para la audaz acción.
La entrada al inmueble, está custodiada por las banderas cubana y la del Movimiento 26 de Julio y en las paredes delanteras de la casa, aún se observan los orificios del impacto de la metralla de los guardias de la tiranía batistiana, que intentaron justificar así el asesinato de seis de los asaltantes.
Declarada Monumento Nacional el 26 de julio de 1979, el Museo, posee ocho salas que exhiben a través de imágenes y periódicos de la época, la bestial represión de la que fueron objeto muchos de los asaltantes luego de los sucesos del Moncada. Y en tres de ellas, se muestran el entorno económico, político y social de Cuba antes y después del golpe de Estado de Batista el 10 de marzo de 1952.
Una cuarta sala expone los preparativos de la acción armada del 26 de julio y en la quinta y sexta, se aprecian las secuelas del ataque y la entrada de Fidel en el Vivac de Santiago de Cuba, los sitios donde guardaron prisión los asaltantes y el periódico que da a conocer la primera acción revolucionaria de Frank País, entre otros documentos históricos.
Fragmentos de las últimas palabras emitidas por Fidel Castro y Abel Santamaría antes de partir al combate y muestras fotográficas de algunos de los combatientes encarcelados en las prisiones de Guanajay e Isla de Pinos, aparecen en las salas siete y ocho.
El pozo seco ubicado a un costado de la vivienda y la tina original donde fueron escondidas la mayor parte de las armas utilizadas en la acción armada, uniformes y muebles originales de una de las más notables páginas de historia de Cuba, y en la parte exterior del Museo, aún se conservan las asomos de las polleras, garajes donde se escondieron los automóviles donde transportaron a los asaltantes hasta el cuartel.
Fuente para el florecimiento cultural revolucionario de las presentes y futuras generaciones de cubanos, el Museo Granjita Siboney, contiene valiosos documentos, testimonios y objetos personales de los revolucionarios asaltantes del Cuartel Moncada, intrépidos jóvenes que intentaron tocar el cielo con sus manos para entregarnos en enero del 59, un futuro luminoso.
El histórico inmueble se registró en la historia de la Revolución Cubana, cuando fue alquilado por los jóvenes de la Generación del Centenario para una aparente cría de aves, y devino cuartel general para los preparativos finales, concentrar a los hombres, autos y pertrechos bélicos que utilizarían en la acción, que, con Fidel Castro Ruz al frente, derrocaría a la tiranía de Fulgencio Batista.
Llegar a ella, impone un recorrido de trece kilómetros y medio por la carretera, que conduce a la playa de Siboney y separan a la Granjita de la ciudad. El camino está amparado a ambos lados de la vía, por 26 obeliscos que muestran la ruta que hace más de 50 años siguieran el joven abogado Fidel Castro y sus compañeros, y en los que aparecen los nombres y labores que realizaban los mártires de la hazaña del 26 de julio de 1953.
La Granjita, que aún conserva sus colores blanco y rojo, guarda el tesoro más preciado del acontecer nacional y constituyó la cobertura especial para reunir a los futuros combatientes, recibir las armas, los uniformes y el punto de partida para la audaz acción.
La entrada al inmueble, está custodiada por las banderas cubana y la del Movimiento 26 de Julio y en las paredes delanteras de la casa, aún se observan los orificios del impacto de la metralla de los guardias de la tiranía batistiana, que intentaron justificar así el asesinato de seis de los asaltantes.
Declarada Monumento Nacional el 26 de julio de 1979, el Museo, posee ocho salas que exhiben a través de imágenes y periódicos de la época, la bestial represión de la que fueron objeto muchos de los asaltantes luego de los sucesos del Moncada. Y en tres de ellas, se muestran el entorno económico, político y social de Cuba antes y después del golpe de Estado de Batista el 10 de marzo de 1952.
Una cuarta sala expone los preparativos de la acción armada del 26 de julio y en la quinta y sexta, se aprecian las secuelas del ataque y la entrada de Fidel en el Vivac de Santiago de Cuba, los sitios donde guardaron prisión los asaltantes y el periódico que da a conocer la primera acción revolucionaria de Frank País, entre otros documentos históricos.
Fragmentos de las últimas palabras emitidas por Fidel Castro y Abel Santamaría antes de partir al combate y muestras fotográficas de algunos de los combatientes encarcelados en las prisiones de Guanajay e Isla de Pinos, aparecen en las salas siete y ocho.
El pozo seco ubicado a un costado de la vivienda y la tina original donde fueron escondidas la mayor parte de las armas utilizadas en la acción armada, uniformes y muebles originales de una de las más notables páginas de historia de Cuba, y en la parte exterior del Museo, aún se conservan las asomos de las polleras, garajes donde se escondieron los automóviles donde transportaron a los asaltantes hasta el cuartel.
Fuente para el florecimiento cultural revolucionario de las presentes y futuras generaciones de cubanos, el Museo Granjita Siboney, contiene valiosos documentos, testimonios y objetos personales de los revolucionarios asaltantes del Cuartel Moncada, intrépidos jóvenes que intentaron tocar el cielo con sus manos para entregarnos en enero del 59, un futuro luminoso.
Haydeé Santamaría: Magia y amor
Haydeé Santamaría, fue la mujer cubana que, junto a Melba Hernández, participó en las acciones del asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 y una de las encargadas de sacar de la cárcel en forma clandestina y de recomponer, por distintas vías, La historia me absolverá, alegato de autodefensa del joven abogado Fidel Castro Ruz.
En una entrevista Haydee Santamaría a cerca del las acciones de 26 de julio de 1953, expresó: “A mí el Moncada se me reveló muy claramente cuando nació mi hijo Abel. Fueron momentos muy difíciles. Eran dolores profundísimos, eran dolores que nos desgarraban las entrañas y, en cambio había fuerzas para no llorar, no gritar o no maldecir... Porque va a llegar un hijo”.
En esta comparación, la heroína establece un paralelo entre los dos momentos difíciles para ella y acota: “ Ese fue el hijo que despertó las conciencias y puso en pie de lucha a todo el pueblo de Cuba, que señaló el camino y trazó un programa de liberación nacional que abrió a nuestra patria las puertas del socialismo”.
Intachable mujer, amó entrañablemente a sus hijos Celia y Abel y sobre todo a Ernesto Che Guevara y a Fidel Castro, con quienes participó en la trinchera de combate. Su vasta cultura la hizo ganar prestigio internacional dentro de la intelectualidad cubana que respetó por sus dotes de dirigente cabal.
Fundadora del Movimiento 26 de Julio, participó tanto en las acciones del Movimiento 26 de Julio en las ciudades como en la Sierra Maestra, fue además una de las organizadoras del levantamiento del 30 de noviembre en Santiago de Cuba y creó el pelotón María Grajales del Ejército Rebelde en 1958 y el cual estaba compuesto íntegramente por mujeres.
Yeyé, como le decían cariñosamente, creó la Casa de las Américas, institución emblemática de la cultura cubana que la vio recorrer sus predios con la extraordinaria sencillez que caracterizara a esta revolucionaria de talla universal. Fue Haydee, sin dudas: una mujer de magia y amor.
En una entrevista Haydee Santamaría a cerca del las acciones de 26 de julio de 1953, expresó: “A mí el Moncada se me reveló muy claramente cuando nació mi hijo Abel. Fueron momentos muy difíciles. Eran dolores profundísimos, eran dolores que nos desgarraban las entrañas y, en cambio había fuerzas para no llorar, no gritar o no maldecir... Porque va a llegar un hijo”.
En esta comparación, la heroína establece un paralelo entre los dos momentos difíciles para ella y acota: “ Ese fue el hijo que despertó las conciencias y puso en pie de lucha a todo el pueblo de Cuba, que señaló el camino y trazó un programa de liberación nacional que abrió a nuestra patria las puertas del socialismo”.
Intachable mujer, amó entrañablemente a sus hijos Celia y Abel y sobre todo a Ernesto Che Guevara y a Fidel Castro, con quienes participó en la trinchera de combate. Su vasta cultura la hizo ganar prestigio internacional dentro de la intelectualidad cubana que respetó por sus dotes de dirigente cabal.
Fundadora del Movimiento 26 de Julio, participó tanto en las acciones del Movimiento 26 de Julio en las ciudades como en la Sierra Maestra, fue además una de las organizadoras del levantamiento del 30 de noviembre en Santiago de Cuba y creó el pelotón María Grajales del Ejército Rebelde en 1958 y el cual estaba compuesto íntegramente por mujeres.
Yeyé, como le decían cariñosamente, creó la Casa de las Américas, institución emblemática de la cultura cubana que la vio recorrer sus predios con la extraordinaria sencillez que caracterizara a esta revolucionaria de talla universal. Fue Haydee, sin dudas: una mujer de magia y amor.
Un poema para mis amigos
Leí el poema Por esta Libertad, de Fayad Jamís y consideré oportuno compartirlo con mis amigos. En el mismo, el autor da cualquier cosa por la libertad, que para él la vida.
POR ESTA LIBERTAD
Por esta libertad de canción bajo la lluvia
habrá que darlo todo
Por esta libertad de estar estrechamente atados
a la firme y dulce entraña del pueblo
habrá que darlo todo
Por esta libertad de girasol abierto en el alba de fábricas
encendidas y escuelas iluminadas
y de esta tierra que cruje y niño que despierta
habrá que darlo todo
No hay alternativa sino la libertad
No hay más camino que la libertad
No hay otra patria que la libertad
No habrá más poema sin la violenta música de la libertad
Por esta libertad que es el terror
de los que siempre la violaron
en nombre de fastuosas miserias
Por esta libertad que es la noche de los opresores
y el alba definitiva de todo el pueblo ya invencible.
Por esta libertad que alumbra las pupilas hundidas
los pies descalzos
los techos agujereados
y los ojos de los niños que deambulan en el polvo
Por esta libertad que es el imperio de la juventud
Por esta libertad
bella como la vida
habrá que darlo todo
si fuere necesario
hasta la sombra
y nunca será suficiente.
Ramón López Peña: Primer mártir de la Brigada de la Fontera
Las amenazas de los marines yanquis hacia los cubanos que custodiaban las costas cubanas, los guardafronteras, se hacían más latentes. Y aquella tarde, como en otras ocasiones, los soldados estaban molestos por la actitud adoptada por nuestros combatientes del otro lado de la cerca, muy cerca del sitio donde se encuentra la Ilegal base naval Yanqui en territorio guantanamero…
Los ofendían verbalmente en tono amenazador, rastrillaban sus armas y apuntaban hacia las postas cubanas. Eran las 7:07 PM cuando la soldadesca imperial dispara una ráfaga contra los miembros de la Brigada de la Frontera.
Ante los sorpresivos disparos y el intento de refugiarse en la trinchera, el soldado Ramón López Peña es herido de gravedad, su cuerpo había sido baleado, caminaba tambaleándose y luego se derrumba. “Marines, hijos de puta, me han matado”. Fueron sus últimas palabras aquel 19 de julio de 1964. El odio de los violentos soldados norteamericanos contra la Revolución Cubana cobraba una nueva víctima.
Al caer abatido por la metralla yanqui, mientras se encontraba de guardia en el perímetro fronterizo entre el territorio de Guantánamo y la ilegal base naval, Ramón se convirtió en el primer mártir de esa unidad de las FAR, punta de vanguardia del sistema de defensa en Cuba: la Brigada de la Frontera, Orden Antonio Maceo.
Su sepelio, encabezado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, fue una magna expresión de duelo popular en Guantánamo, donde más de 50 mil pobladores enunciaron su rechazo ante el brutal crimen del imperio norteamericano.
En la ceremonia fúnebre, el General de Ejército entregó a Andrés, padre de Ramón, el carnet que lo reconocía como el primer militante de la Unión de Jóvenes Comunistas en las FAR, y disponía en su acalorado discurso: “!Que viva la paz, pero con los fusiles, cañones y tanques bien engrasados”!
Ramón López Peña había nacido en Puerto Padre, provincia de Las Tunas, en el año 1946. Era el mayor de sus hermanos y desde temprana edad se incorporó a las labores agrícolas para ayudar a la familia. Con solo 15 años se alista a las Milicias Nacionales Revolucionarias y luego a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), donde por su buena conducta en la División 50, en Mangos de Baraguá, gana el acceso a pertenecer al Batallón Fronterizo de Guantánamo donde se convirtió en su primera víctima.
Los ofendían verbalmente en tono amenazador, rastrillaban sus armas y apuntaban hacia las postas cubanas. Eran las 7:07 PM cuando la soldadesca imperial dispara una ráfaga contra los miembros de la Brigada de la Frontera.
Ante los sorpresivos disparos y el intento de refugiarse en la trinchera, el soldado Ramón López Peña es herido de gravedad, su cuerpo había sido baleado, caminaba tambaleándose y luego se derrumba. “Marines, hijos de puta, me han matado”. Fueron sus últimas palabras aquel 19 de julio de 1964. El odio de los violentos soldados norteamericanos contra la Revolución Cubana cobraba una nueva víctima.
Al caer abatido por la metralla yanqui, mientras se encontraba de guardia en el perímetro fronterizo entre el territorio de Guantánamo y la ilegal base naval, Ramón se convirtió en el primer mártir de esa unidad de las FAR, punta de vanguardia del sistema de defensa en Cuba: la Brigada de la Frontera, Orden Antonio Maceo.
Su sepelio, encabezado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, fue una magna expresión de duelo popular en Guantánamo, donde más de 50 mil pobladores enunciaron su rechazo ante el brutal crimen del imperio norteamericano.
En la ceremonia fúnebre, el General de Ejército entregó a Andrés, padre de Ramón, el carnet que lo reconocía como el primer militante de la Unión de Jóvenes Comunistas en las FAR, y disponía en su acalorado discurso: “!Que viva la paz, pero con los fusiles, cañones y tanques bien engrasados”!
Ramón López Peña había nacido en Puerto Padre, provincia de Las Tunas, en el año 1946. Era el mayor de sus hermanos y desde temprana edad se incorporó a las labores agrícolas para ayudar a la familia. Con solo 15 años se alista a las Milicias Nacionales Revolucionarias y luego a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), donde por su buena conducta en la División 50, en Mangos de Baraguá, gana el acceso a pertenecer al Batallón Fronterizo de Guantánamo donde se convirtió en su primera víctima.
Los niños en Cuba: El tesoro más valioso
Cada tercer domingo de julio se celebra en Cuba el Día de los niños, momento oportuno para reflexionar, en lo que significa la fecha para quienes tienen la alegría de saberse el tesoro más valioso y vivir en un país que garantiza a los pequeños los derechos más elementales desde su nacimiento.
Constante ha sido el pensamiento y la voluntad de Cuba y de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro respecto los niños y niñas desde la etapa perinatal. Y es que a allos no sólo se les garantiza la salud y la alimentación, sino además educación, seguridad, felicidad y sobre todo, a ocupar el lugar que les corresponde como infantes en una sociedad equitativa y equilibrada.
Los niños cubanos viven un mundo donde existe la belleza y la ternura, donde navegan en el descanso de los sueños y donde se procrean con el privilegio de tejer fantasías, para jugar, estudiar y crecer alejados de las penas y el dolor sufridos por otros niños en otras latitudes.
Participar libremente en la vida cultural, recibir antes y después del nacimiento todos los cuidados, estar protegidos desde edades tempranas de más de diez enfermedades peligrosas, expresar sus opiniones en foros, congresos y en sus organizaciones, son otros de los privilegios que gozan los niños cubanos, a comparación con los niños de los de otros países del mundo.
Informes del sitio digital de la UNICEF confirman que: “En todo el mundo existen alrededor de 158 millones de niños y niñas de entre cinco y 14 años que trabajan, lo que equivale a uno de cada seis niños y niñas… Y agrega que en África subsahariana, por ejemplo, aproximadamente uno de cada tres niños y niñas trabajan, lo que representa una cifra de 69 millones de menores de edad”.
En los países más pobres, más de 300 millones de niños son explotados laboralmente, situación que exige garantizar que los productos procedentes del Tercer Mundo sean elaborados en unas condiciones dignas de trabajo, salario y edad.
Para Cuba, nada es más importante que un niño. Por tal razón, el gobierno en nuestro país, posee la libertad de otorgar a los niños la alegría y la satisfacción en cuerpos sanos y almas puras; de abrazar su inocencia y lograr que muestren en sus rostros la sonrisa que produce ser como decía José Martí: “ El tesoro más valioso”.
Se reúne Fidel Castro con embajadores cubanos
“Lo que están haciendo a Irán es una copia al carbón de lo que le hicieron a Mossadegh”. La Mesa Redonda transmitió la reunión en la tarde de este viernes.
Durante poco más de una hora y media, Fidel dialogó con los embajadores cubanos reunidos en el MINREX, sobre los graves peligros que se ciernen sobre la humanidad si desata una agresión contra Irán o Corea de Norte y les entregó una carta personalmente dirigida a cada uno de ellos, a su ministro Bruno Rodríguez Parrilla y a su Consejo de Dirección.
Respondiendo preguntas o comentarios de los diplomáticos nacionales, el líder de la Revolución cubana repasó cables de prensa y análisis políticos de las más diversas fuentes para concluir que las presiones que enfrenta Irán en este momento son “una copia al carbón de lo que le hicieron a Mohamed Mossadegh”, el Primer Ministro de esa nación que fue derrocado por un golpe de estado alentado por Estados Unidos y otras potencias occidentales cuando emprendió una política de nacionalización de sus recursos en la década del 50 del pasado siglo.
El Comandante en Jefe comentó en su reunión con los embajadores algunas de las preguntas que dejó planteadas a los economistas del CIEM durante su reciente visita a ese centro, entre ellas una que hace 20 ó 15 años apenas se habría planteado nadie: ¿Puede mantenerse el imperio si desaparece el mercado y tendría algún valor el dólar si no existiera el mercado mundial?
Nuevamente insistió en el arsenal de más de 20 000 armas estratégicas y no estratégicas en poder de las grandes potencias y se preguntó cuál es la diferencia con las llamadas armas convencionales de hoy que Estados Unidos pretende promover como alternativa, si el desarrollo tecnológico armamentista de los últimos años le otorga a todas similar poder destructivo.
Advirtió que ya es ridículo pensar en el maletín nuclear con un botón, que fue el pánico de los comienzos de la Guerra Fría. “Todas las respuestas ya están programadas. Es solo cuestión de segundos”, afirmó y no olvidó puntualizar que aunque varias fuentes excluyen el dato, se sabe que Israel es la sexta potencia nuclear del planeta.
Trabajadores del MINREX y vecinos del Vedado que se concentraron espontáneamente al conocer de su presencia allí, despidieron a Fidel con una prolongada ovación y vivas emocionados. Desde la multitud congregada en la acera, una joven levantaba su diploma de graduada universitaria dedicándoselo con gratitud.
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