Baracoa y su real maravilloso 500 cumpleaños
La Primera Villa imprimió anoche el ritmo de su irreverente clima tropical a la gala “Baracoa, donde Cuba comienza” e hizo transcurrir bajo fuerte aguacero los últimos 45 minutos del tan esperado 500 cumpleaños.
Cuentan que cuando Colón llegó a Cuba, hace 519 años, lo hizo bajo la impetuosidad de las precipitaciones y la Primada quiso aderezar, con su realismo mágico, un espectáculo a todas luces enriquecido por el furioso aguacero.
El imaginario recorrido por la historia y cultura de estos paradisíacos parajes, transmitido en vivo por Cubavisión, marcó un retorno a las raíces, cuando la espada y la cruz rompieron el sosiego nativo durante el encuentro de dos culturas.
Los 15 primeros minutos de la espectacular hora, transcurrieron al habitual ritmo escenográfico, con su primer capitulo abierto a la conquista y colonización y en consecuencia a la lucha y resistencia desde Guamá, el primer indoguerrillero cubano.
A partir de entonces el clima, al mejor estilo de la región donde más llueve en Cuba, repentinamente cambió y el elenco artístico, conformado por el talento local, incorporó “su mundo a su mundo” para regalar a Cuba un espectáculo que, pese a fallas técnicas de audio, superó las expectativas de sus productores.
Bararrumba, grupo folclórico; el cuerpo de baile del cabaret La Terraza, solistas y los grupos cultores de ritmos raigales como nengón y kiribá, esencias del son, desfilaron por el húmedo escenario y regalaron la cubanía de autóctonos bailes como el Aeroplano, fusionados con guaguancó, chancletas y conga.
Luis Torres Iríbar, primer secretario del Partido Comunista de Cuba en esta provincia, junto al General de División Enrique Lussón y el Comandante Julio Camacho Aguilera, todos miembros del Comité Central, se contaron entre el pueblo espectador desafiante del temporal.
Baracoa: Acogedora, alegre, natural, única…
Si atraviesas el serpenteante viaducto La Farola, llegas a la mágica ciudad de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa. Su historia comienza con la llegada de Cristóbal Colón, el 27 de noviembre de 1492, quien, admirado por su natural belleza, escribe en su Diario: la más hermosa cosa del mundo [...]
Veinte después, el conquistador español Diego Velázquez la funda como Primera Villa de Cuba, el 15 de agosto de 1511 y así se convierte en la capital política y eclesiástica de Cuba muy demandada por los visitantes de la Isla.
"El Adelantado", como también se le conoció a este hombre, instala en el territorio su residencia y la declara como capital política, establece el Ayuntamiento, le da el título de Ciudad de Baracoa y la hace capital del gobierno eclesiástico, erigiendo el primer Obispado cubano.
De aquel suceso histórico, existe la Cruz de la Parra colocada por el Almirante, única que existe de las 29 colocadas por Cristóbal Colón durante su viaje por América y que se encuentra en la iglesia parroquial de Baracoa, situada al noroeste de la provincia de Guantánamo, entre las bahías de Baracoa y Miel.
El vocablo Baracoa es de origen arauco y significa presencia de mar. Es una ciudad estrecha y alargada bañada por el Atlántico y varios de los ríos más caudalosos de Cuba, calles comprimidas, exuberante vegetación y viviendas en su mayoría cubiertas con rojas tejas francesas.
El acceso a la Primada de Cuba por tierra es a través de La Farola, una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana. Y entre sus atractivos está El Yunque, Monumento Nacional de la Naturaleza y Símbolo de esta Ciudad.
Como región integra el macizo Nipe-Sagua-Baracoa, asiento de la mayor y más importante de las Reservas de la Biosfera declaradas por la UNESCO en el Caribe insular, muy rica en biodiversidad y endemismo de especies de la flora y la fauna, y donde viven siete de cada diez aves que anidan en Cuba.
Macizos montañosos dotados de una vigorosa vegetación, bosques vírgenes, pletóricos de flora y fauna endémicas, ríos cristalinos y playas rodeadas de uva caleta, almendros y cocoteros; hacen de Baracoa, una ciudad paisaje de peculiar con relación a otros destinos naturalistas del país.
El centro histórico es Monumento Nacional. Allí, aún se atesoran las evidencias del sólido sistema de fortalezas coloniales que la defendían del asedio de piratas y corsarios; entre ellas, los fuertes Matachín, sede del Museo Municipal; La Punta y Seboruco, los torreones de Joa y Caguase, y el Castillo de la villa, devenido en confortable hotel.
Resulta sorprendente el exotismo paisajístico de Baracoa, complementado con 82 kilómetros de costas con 14 de playas, los tibaracones, barras acumulativas de arena en la desembocadura de los ríos, entre ellos el Toa - más caudaloso de la Isla - , el Yumurí, que dio origen a uno de los cañones fluviales más hermosos del planeta y el Miel, en cuyas corrientes se entreteje la leyenda de que: " Quien se baña en sus aguas se queda por siempre en esa mágica ciudad".
Has llegado a los 500 años y sigues acogedora, alegre, natural, única, natural en tu belleza incomparable y acogedora, ante los ojos de personas de todas partes del mundo que la visitan. Tienes el privilegio, Baracoa, de llevar consigo la belleza inigualable que descubriera Colón, acompañada de la sencillez de sus pobladores y la rara hermosura de una ciudad que, entre el verdor de las montañas y su naturaleza exhuberante, exhibe su encantadora belleza.
El Yunque: Paradisíaco sitio bendecido por la naturaleza natural de Baracoa
La historia del Yunque de Baracoa comienza cuando el Almirante Cristóbal Colón llega a Baracoa el 27 de noviembre de 1492, y lo describe en su Diario de Navegación: "y al cabo de ella de la parte del Sudeste un cabo en el cual hay una montaña alta y cuadrada que parecía isla".
De 560 metros de alto, el Yunque tiene una exuberante vegetación y un nombre bien apropiado. Al decir del científico Antonio Núñez Jiménez, semeja un enorme yunque de paredones verticales y cima aplanada, es una mesa o pequeña meseta, elocuente testigo de una antigua y alta superficie caliza que dejó aquel resto orográfico.
Este macizo de tierra se convertía entonces en un faro natural para todos los navegantes que surcan el litoral de Baracoa. Así, las embarcaciones que cruzan por el Canal Viejo de Bahamas al notar su majestuosa figura, se percatan que están frente a la ciudad más antigua de Cuba. Por ello, para nosotros, deviene como símbolo de la ciudad.
La geografía Yunque de Baracoa tiene elevaciones, pendientes, grutas, cuevas, valles y arroyos. Posee una flora variada, tocororos, carpinteros jabao y verde, negrito, totí, zorzales y zunzunes. Por sus elevados senderos hallamos los cafetales y árboles como el yagruma macho, helechos arborescentes, cedro, ocuje, palmas reales, pajuá, tibisí y una palma única que simboliza su vegetación: la Coccothrinax yunquensis, de casi 8 metros de altura.
Declarado desde el 25 de diciembre de 1979 por La Comisión Nacional de Monumentos de Cuba, Monumento Nacional por sus valores históricos-naturales y el alto grado de conservación y endemismo, el Yunque, paradisíaco sitio bendecido por la naturaleza natural de su entoEl Yunque: Paradisíaco sitio bendecido por la naturaleza natural de Baracoa
La historia del Yunque de Baracoa comienza cuando el Almirante Cristóbal Colón llega a Baracoa el 27 de noviembre de 1492, y lo describe en su Diario de Navegación: "y al cabo de ella de la parte del Sudeste un cabo en el cual hay una montaña alta y cuadrada que parecía isla".
De 560 metros de alto, el Yunque tiene una exuberante vegetación y un nombre bien apropiado. Al decir del científico Antonio Núñez Jiménez, semeja un enorme yunque de paredones verticales y cima aplanada, es una mesa o pequeña meseta, elocuente testigo de una antigua y alta superficie caliza que dejó aquel resto orográfico.
Este macizo de tierra se convertía entonces en un faro natural para todos los navegantes que surcan el litoral de Baracoa. Así, las embarcaciones que cruzan por el Canal Viejo de Bahamas al notar su majestuosa figura, se percatan que están frente a la ciudad más antigua de Cuba. Por ello, para nosotros, deviene como símbolo de la ciudad.
La geografía Yunque de Baracoa tiene elevaciones, pendientes, grutas, cuevas, valles y arroyos. Posee una flora variada, tocororos, carpinteros jabao y verde, negrito, totí, zorzales y zunzunes. Por sus elevados senderos hallamos los cafetales y árboles como el yagruma macho, helechos arborescentes, cedro, ocuje, palmas reales, pajuá, tibisí y una palma única que simboliza su vegetación: la Coccothrinax yunquensis, de casi 8 metros de altura.
Declarado desde el 25 de diciembre de 1979 por La Comisión Nacional de Monumentos de Cuba, Monumento Nacional por sus valores históricos-naturales y el alto grado de conservación y endemismo, el Yunque, paradisíaco sitio bendecido por la naturaleza natural de su entorno, ha devenido fuente de inspiración para músicos, poetas y escritores.
En Baracoa: El kiribá y el negón son raíces de un árbol siempre reverdecido
Por: Sheyla valladares
Si llegas a Baracoa y tu estancia coincide con la celebración de las fiestas del Kiribá Nengón puedes considerarte afortunado. Esta es una festividad oriunda de esta zona del país, donde se canta, baila y se tocan estos géneros musicales que constituyen la base primaria del son cubano.
Los habitantes de la comunidad del Güirito constituyeron el grupo Kiribá Nengón como la forma más efectiva para rescatar esta tradición que se había perdido en la segunda década del siglo XX. A partir de esta iniciativa las raíces más auténticas baracoesas volvieron a cobrar fuerza entre sus habitantes y sobre todo entre las nuevas generaciones.
Esta agrupación que nació en 1982 está constituida por 21 integrantes entre bailadores y músicos, todos de las familias de este barrio, cercano a Baracoa. No todos son fundadores, pero sí les fue inculcado por sus mayores el amor por esta tradición, que forma parte inseparable de la identidad del baracoense.
Los sones que se interpretan están ligados esencialmente a la cultura y la historia de Baracoa, interpretados con la ayuda de la marímbula, el bongó, el güayo, las maracas, y ocasionalmente las claves.
El kiribá y el nengón son formas de decir y de bailar. La primera alterna el verso y el estribillo, mientras que la segunda alterna la cuarteta y la décima, también con el estribillo. Ambos ponen en jaque la destreza de los improvisadores, quienes deben esforzarse para hacerse respetar como cantores a partir de la extensión que puedan darle a su canto.
Los bailadores también tienen que hacer una buena faena. Todos ejecutan sus bailes en parejas sueltas, donde prevalecen el uso de las amplias faldas en las mujeres y las guayaberas en los hombres. Estos bailes tienen sus peculiaridades, el kiribá es más rápido y permite libertad coreográfica, no así el nengón, el cual tiene bien estipulado su paso arrastrado, con el que se simula apilar café o cacao; ya que según la leyenda nació entre los trabajadores en los secaderos de estos granos que tanto abundan en Baracoa.
Pero si algo impresiona al que recién llega al Güirito, es el grado de identificación de sus habitantes con esta festividad, para la cual engalanan el camino que lleva hasta el lugar elegido para celebrarse y preparan la comida típica de la zona; elaborada esencialmente por los integrantes del grupo Kiribá Nengón, sobre la base de leche de coco y mariscos.
Durante los días que se celebra esta fiesta, tanto los habitantes de este barrio que dista 20 kilómetros de Baracoa y se ubica en medio del macizo cacaotero del Jamal, como los visitantes, comparten en un ambiente fraterno, donde se dan la mano sin contradicciones la tradición y la modernidad.
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