Creo que la convocatoria y la algarabía de la contrarrevolución ha sido útil. Hay que agradecer el aporte. Nadie ha querido preguntarse por qué el incendio social se extiende por los países aliados a Estados Unidos: Túnez, Egipto, Libia, Marruecos. Por qué no contamina a los que, como Cuba y Venezuela, desarrollan procesos revolucionarios.
La prensa hispano-miamense trató alegremente de incendiar la pradera cubana. Hubo algunos esperanzados. Por si acaso, los corresponsales extranjeros acudieron a la cita. Nada. Ni un alma. Es decir, estaban los de siempre, en un hermoso parque habanero: niños, ancianos, transeúntes despreocupados.
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Parque a un costado de la Iglesia del Ángel.
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Dos blogueros aburridos. Pero sirvió el encuentro para conversar del trabajo y la familia.
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Todo por la Revolución, dice el letrero. Por la calle pasa un coche con turistas.
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Un vecino singular.
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Los periodistas extranjeros (en sus carros), en una infructuosa espera.
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Niños con papalote.
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Estos sí que se pusieron de acuerdo para manifestarse.
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Cae la noche y me retiro.
Raisa, perdóname el comentario, pero si mi abuela viviera todavía, le diría a esos corresponsales: "se cogieron las nalgas con la puerta...". No acaban de conocernos, no saben lo que es una revolución verdadera.
ResponderEliminarLes han creído el cuento a los mafiosos de Miami y de otros lugares como aquel, y también a los cuatro "gatos" que aquí, en el país, se visten de blanco y hacen "huelgas de Hambre" para luchar unos dólares MADE IN USA.
Tenemos dificultades y escaseses, eso lo sabemos y nos molesta, pero la mayoría de los cubanos sabemos de qué lado está la razón, de qué lado están quienes desean destruirnos y de qué lado está el deber.Y vamos por el camino de resolver nuestros problemas.
Raisú, los periodistas sabían bien que nada ocurriría, solo fueron a perder el tiempo o mejor dicho, a ver como pasa el tiempo. jajjaja
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