El 14 de diciembre celebramos
en Cuba el Día del Trabajador de la Cultura, como homenaje a
Raúl Gómez García, el austero joven revolucionario, el hombre de letras, el
maestro, el que fue por siempre el Poeta y el Periodista de la Generación del
Centenario, el autor del poema Ya estamos en Combate.
Sus versos le salieron del alma. Entonces no podíamos
imaginar que empapados de ideas martianas y escritos por el también poeta de la Generación del
Centenario, todavía retumbaran en nuestros oídos.
Lo pensó sin pensarlo, como le sucedía cada vez que algún gran sentimiento se le atravesaba entre el corazón y el cerebro. Era un dolor incontenible, excitado por una fuerza que le cortaba la respiración, y solo cedía cuando lograba verter el alma en el papel. Sentía que moría con cada nuevo verso, y al instante, comenzaba otra vez a vivir.
El poema épico que inmortalizó a este revolucionario nacido el 14 de diciembre de 1928, vio la luz el 26 de julio de 1953, poco antes del asalto al cuartel Moncada, en Santiago de Cuba. Y fue aquella noche, cuando las paredes de la granjita Siboney, archivaron por siempre el eco de sus palabras. En ese momento, emocionado el joven de 24 años leyó sus versos, entonces sin nombre, pero que sería posteriormente “Ya estamos en Combate”.
A través de sus versos, el joven poeta sangraba desde lo más profundo del alma, cual un dolor indomable que solo cedía cuando plasmaba en el papel el sufrimiento por Cuba. Y aunque el poema quedó inconcluso, lo cierto es que sus mejores acordes resonaron bien alto contra los muros del Moncada aquella mañana de la Santa Ana.
Enardecid os de patriotismo, los versos de Ya estamos en Combate, marcaron los pasos de la generación, que no dejó morir las ideas del Héroe Nacional José Martí en el año de su centenario, porque permanecen vivas en el corazón y el alma de todos los cubanos de hoy que, como en la de aquel grupo de jóvenes.
Lo pensó sin pensarlo, como le sucedía cada vez que algún gran sentimiento se le atravesaba entre el corazón y el cerebro. Era un dolor incontenible, excitado por una fuerza que le cortaba la respiración, y solo cedía cuando lograba verter el alma en el papel. Sentía que moría con cada nuevo verso, y al instante, comenzaba otra vez a vivir.
El poema épico que inmortalizó a este revolucionario nacido el 14 de diciembre de 1928, vio la luz el 26 de julio de 1953, poco antes del asalto al cuartel Moncada, en Santiago de Cuba. Y fue aquella noche, cuando las paredes de la granjita Siboney, archivaron por siempre el eco de sus palabras. En ese momento, emocionado el joven de 24 años leyó sus versos, entonces sin nombre, pero que sería posteriormente “Ya estamos en Combate”.
A través de sus versos, el joven poeta sangraba desde lo más profundo del alma, cual un dolor indomable que solo cedía cuando plasmaba en el papel el sufrimiento por Cuba. Y aunque el poema quedó inconcluso, lo cierto es que sus mejores acordes resonaron bien alto contra los muros del Moncada aquella mañana de la Santa Ana.
Enardecid os de patriotismo, los versos de Ya estamos en Combate, marcaron los pasos de la generación, que no dejó morir las ideas del Héroe Nacional José Martí en el año de su centenario, porque permanecen vivas en el corazón y el alma de todos los cubanos de hoy que, como en la de aquel grupo de jóvenes.
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