Hoy
es el segundo domingo de mayo, es un día muy especial, el Día de las madres. Por
eso sobran las razones para hacerte el homenaje que mereces. No importa el
nombre que lleves: Elena, Marta, Mercedes…, eres el único ser que,
con tan solo una mirada, haces sentir a quienes te rodean, protegidos y
gigantes.
Hoy pienso
en todas las madres y pienso en aquellos que no la tienen a su lado. Unos
porque en el camino de la vida tuvieron que cerrarle los ojos para siempre, y
pienso en otros, que la tienen fuera del hogar, ya sea cumpliendo misión en
algún país hermano o por otras razones, no importa, ellas son merecedoras del
homenaje y el cariño infinito de sus hijos.
Admiro
a la que lleva una vida en sus entrañas, en quien transforma la oscuridad en
luz y el llanto en risa. Admiro a la abuelita que aún con sus nueve décadas de
vida, teje sentadita en un balance y con su figurita menuda, ya cansada
de cargar años y peinar canas, se enfrenta como una fiera al mundo por sus
hijos.
Me
vienen la mente las madres que en el anonimato o fuera de nuestras fronteras,
cuidan de nuestra tranquilidad en sus puestos de trabajo, las que con solo con
la caricia tierna de su mano cansada, te calma el dolor, aquellas que tras el
regaño se molestan, se irritan, pelean…, pero saben resistir y sobre todo:
perdonar.
Y
pienso en ellas, porque una madre es capaz de dar todo sin recibir nada. De
querer con todo su corazón sin esperar nada a cambio. De
invertir todo en un proyecto sin medir la rentabilidad que le
aporte su inversión. Una madre sigue teniendo confianza en sus
hijos cuando todos los demás la han perdido.
Porque
eres el ser que con tus gestos fusionas caricias para hacer del regaño la
mejor de las lecciones, porque tus ojos tiernos se endurecían cuando me hacía falta
una lección, porque compartes tus alegrías, porque tu fuerza y amor me guiaron,
y me dieron alas para volar. Porque todo lo sufres, todo lo crees, todo lo
esperas, todo lo soportas y nada pides a cambio..., hoy en tu Día me inclino
ante tí y digo: Te quiero mucho, mamá.
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