A un año de los anuncios realizados el 17 de diciembre de 2014 por los Presidentes Raúl Castro y Barack Obama, y del regreso de tres de los Cinco Héroes cubanos que permanecían injustamente encarcelados en los Estados Unidos, se registran algunos avances en los vínculos bilaterales.
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la reapertura de embajadas en ambos países, el 20 de julio de 2015, estuvieron precedidos de la rectificación de la injusta designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo.
Además de los encuentros efectuados entre ambos presidentes, y entre el Canciller cubano y el Secretario de Estado estadounidense, han tenido lugar otras visitas de alto nivel entre los dos países. El diálogo que se ha sostenido confirma las posibilidades y la conveniencia, para los dos partes y para la región, de expandir la cooperación.
La seguridad aérea y de la aviación; la búsqueda y el salvamento marítimo y aeronáutico; y el enfrentamiento al narcotráfico, la emigración ilegal, el tráfico de emigrantes y el fraude migratorio, son áreas en las que se ha ampliado la cooperación. Otras nuevas se abren para el beneficio común, tales como la protección del medio ambiente, la aplicación y el cumplimiento de la ley, la seguridad marítimo-portuaria, el transporte aéreo directo y la salud.
En la esfera económico-comercial, sin embargo, apenas se han obtenido resultados tangibles. Las medidas adoptadas por el presidente Obama, aunque positivas, han demostrado tener un alcance limitado y han impedido avanzar más.
Para revertir esta tendencia, el Presidente de EE.UU. debería, en uso de sus prerrogativas ejecutivas, ampliar de manera decidida el alcance de las medidas que ya ha tomado y adoptar otras nuevas.
Más que el anuncio de una “nueva política”, se impone un cambio esencial en la política de los Estados Unidos hacia Cuba, que no desconozca los reclamos históricos y legítimos del pueblo cubano.
Para alcanzar relaciones normales entre ambos países, los Estados Unidos deben eliminar, sin condición alguna, el bloqueo económico, comercial y financiero que por varias décadas ha mantenido contra Cuba.
Tampoco podrá hablarse de normalización, mientras no se devuelva el territorio que ocupa ilegalmente la Base Naval de Guantánamo y se eliminen otras políticas del pasado que son lesivas a la soberanía de Cuba.
Cuba ha reiterado su voluntad de continuar avanzando hacia la mejoría de las relaciones y de incrementar la cooperación en temas de interés mutuo. Diferencias existen y existirán en muchos ámbitos, pero se impone una coexistencia responsable sobre la base del respeto y la igualdad, para poder construir una relación distinta, en beneficio de ambos países y pueblos. Esta será la mejor contribución para las presentes y futuras generaciones de cubanos y estadounidenses, y para toda nuestra región.
Cubaminrex, 17 de diciembre de 2015
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