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Baracoa: altiva, elegante y seductora a tus 505 años
Estás ahí, presumida y seductora. Parece estar detenida en el tiempo. Sin embargo, la natural belleza natural de sus ríos y montañas y el estar ubicada frente al mar Caribe, todavía deslumbra a sus pobladores y visitantes a pesar de que este 15 de agosto, Baracoa, la Ciudad Primada de Cuba, cumpla 505 años de fundada como Villa.
Diego Velázquez la instituyó en 1511 por con el nombre de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa y siete años después, recibió la categoría de Ciudad. Por ello, se convirtió en la primera capital de la Isla y su primer obispado hasta que, años después, esas funciones se trasladaron a Santiago de Cuba.
Sin embargo, esta pequeña Ciudad, quedó marcada para siempre con el título de Primada de Cuba y la gloria de haber comenzado a transitar por acá, la historia de la nación. Quedó sellada como uno de los parajes más hermosos de Cuba, con innumerables atractivos, que invita a los turistas a conocer personalmente los más misteriosos orígenes de esta seductora tierra.
Lo primero que se admiramos a la llegada a Baracoa, es la belleza de sus paisajes rodeados de montañas y a la entrada, como custodiándola, el tractivo es el Fuerte de Matachín. Esta es una fortaleza construida para la defensa estratégica y hoy es hoy es el Museo de Historia, sitio que atesora documentos, imágenes, y objetos que dicen del desarrollo histórico de la ciudad.
Caminar sus calles, es valorar la arquitectura local de las más antiguas viviendas de amplias puertas y ventanas enrejadas, sus techos de tejas por lo regular a dos aguas. Todo ello dibujado en el centro histórico deslumbrante, poseedor de un paseo peatonal que invita a caminar y disfrutar de la belleza de su entorno citadino.
Particular atención tiene el famoso Yunque, nombrado así por su similitud con la pieza usada por los herreros. Su historia data de cuando el Almirante Cristóbal Colón llega a Baracoa el 27 de noviembre de 1492, y lo describe en su Diario de Navegación: “y al cabo de ella de la parte del Sudeste un cabo en el cual hay una montaña alta y cuadrada que parecía isla”. Es, además, una montaña muy atractiva para quienes disfrutan de la fotografía y un sitio de extraordinarios valores naturales.
Detenerse frente a la Iglesia de Baracoa, es tener la dicha de encontrase con el sitio que resguarda en su interior, la famosa Cruz de Parra, única que se conserva de las veintinueve que plantó Colón por América, pues encada lugar donde desembarcaba, dejaba una cruz como símbolo de dominio cristiano. Es una reliquia perteneciente al patrimonio de la humanidad que ha permanecido, durante medio milenio en la modesta parroquia de la Ciudad Paisaje.
Conocida de igual forma como la Capital de la Madera, del Coco, y del Cacao, Baracoa atesora las principales y mayores reservas de esos rubros en el país. También posee una importante red hidrográfica, condicionada por las características climáticas y el relieve.
Sus playas vírgenes son otros de los recursos naturales bien conservados de la zona y ríos de cristalinas aguas y centenares de arroyos, afluentes como el Yumurí, Duaba, Quiviján, el Toa, el más caudaloso del país. A ello suma el Miel, cuya leyenda es una de las más bellas transmitidas todavía hoy por los habitantes de la ciudad primada de Cuba y sentenciaba que: “Quien se bañe en las aguas cristalinas del río Miel, se quedará en Baracoa o al menos regresará siempre que pueda a esta tierra, movido por la nostalgia”.
Es Baracoa rica en tradiciones folclóricas, derivado de la fusión de varias culturas: la española, la africana y la francesa. La fusión de razas sirvió la base de las tradiciones enriquecidas con la imaginación popular que se originó varios ritmos autoctonos de la región.
¿ Y qué decir de su comida?. Baracoa es famosa por la preparación de platos únicos en el país y en el mundo. Allí, no sólo podemos degustar del Teti, el diminuto pez que aparece sólo en la desembocadura de los ríos Toa, Miel y Nibujón, sino también los ricos Cucuruchos, postre a base de coco, miel, naranja, guayaba o piña.
Baracoa, es sin dudas, un importante sitio para conocer más sobre su historia y sus ricas tradiciones. Es una dama altiva de 505 años de vida que mantiene toda la fragancia y la hermosura de una criatura acabada de nacer, a la cual debemos cuidar, saludar y desearle mas vida para que siga existiendo exista por siempre como la Primada de Cuba.
Viaducto La Farola: un regalo a la riqueza y verdor de nuestros protegidos ecosistemas ( Fotos)
Fotos: Leonel Escalona
El viaducto La Farola, es una de las siete maravillas de la arquitectura cubana y la más relevante de la provincia de Guantánamo. Ejecutada a partir del 14 de mayo de 1964, atraviesa de Sur a Norte el macizo de Sagua - Baracoa, sobre un tramo de 6 kilómetros desde el puente Las Guácimas, en Veguita del Sur, hasta El Mirador, en el Alto de Cotilla, punto desde donde se observa en los días claros el mar Caribe y la costa Norte de la Isla.
La Farola tiene seis metros de ancho y donde el terraplén no alcanzaba tal medida se levantó el viaducto sobre el precipicio, con vigas y pilotes de hormigón prefabricados, elementos por primera vez utilizados en Cuba en una obra ingenieril de tal clase. Se extiende sobre un tramo de 6 kilómetros desde el puente Las Guásimas, en Veguita del Sur, hasta El Mirador, sitio ubicado en el Alto de Cotilla, punto desde donde en días claros puede observarse el Caribe y la mar de la costa Norte de Cuba.
Las vistas desde La Farola son notables por su espectacularidad. Si haces el recorrido de Guantánamo a Baracoa, transitas por un paisaje desértico - costero a uno dominado por la selva tropical. La carretera, de curso muy sinuoso, permite apropiarnos de las mejores vistas imaginables, que incluyen las montañas, los bellos helechos arborescentes, excelentes para la ornamentación, la densa vegetación y la abundancia de manantiales que propician al viajero, aparte de lo espectacular, una mbiente refrescante.
El proyecto original del viaducto La Farola, fue de Maximiliano Isoba y hoy constituye una obra que abre la ventana de Baracoa al mundo y cautiva tanto a visitantes nacionales y extranjeros desde sus aceras, parqueos y miradores, por la contemplación del paisaje boscoso de montes pluvisilvas.
Llegar a la encantadora Baracoa a través de esta maravilla ingenieril, es sentirte atrapado por los encantos de la naturaleza que exhibe y por lo constituye para los cubanos: un regalo a la riqueza y verdor de nuestros protegidos ecosistemas de montaña en la región montañosa de la oriental provincia de Guantánamo.
Si no has atravesado La Farola para llegar a la Ciudad primada de Cuba, anímate, estoy segura que te encantará el viaje. De momento, los dejo con estas imágenes de mi colega Leonel Escalona del periódico Venceremos para que sucumbas ante los encantos de La Farola, quien gallarda se exhibe a los visitantes cual serpiente de placa entre Imías y Baracoa.
El viaducto La Farola, es una de las siete maravillas de la arquitectura cubana y la más relevante de la provincia de Guantánamo. Ejecutada a partir del 14 de mayo de 1964, atraviesa de Sur a Norte el macizo de Sagua - Baracoa, sobre un tramo de 6 kilómetros desde el puente Las Guácimas, en Veguita del Sur, hasta El Mirador, en el Alto de Cotilla, punto desde donde se observa en los días claros el mar Caribe y la costa Norte de la Isla.
La Farola tiene seis metros de ancho y donde el terraplén no alcanzaba tal medida se levantó el viaducto sobre el precipicio, con vigas y pilotes de hormigón prefabricados, elementos por primera vez utilizados en Cuba en una obra ingenieril de tal clase. Se extiende sobre un tramo de 6 kilómetros desde el puente Las Guásimas, en Veguita del Sur, hasta El Mirador, sitio ubicado en el Alto de Cotilla, punto desde donde en días claros puede observarse el Caribe y la mar de la costa Norte de Cuba.
Las vistas desde La Farola son notables por su espectacularidad. Si haces el recorrido de Guantánamo a Baracoa, transitas por un paisaje desértico - costero a uno dominado por la selva tropical. La carretera, de curso muy sinuoso, permite apropiarnos de las mejores vistas imaginables, que incluyen las montañas, los bellos helechos arborescentes, excelentes para la ornamentación, la densa vegetación y la abundancia de manantiales que propician al viajero, aparte de lo espectacular, una mbiente refrescante.
El proyecto original del viaducto La Farola, fue de Maximiliano Isoba y hoy constituye una obra que abre la ventana de Baracoa al mundo y cautiva tanto a visitantes nacionales y extranjeros desde sus aceras, parqueos y miradores, por la contemplación del paisaje boscoso de montes pluvisilvas.
Llegar a la encantadora Baracoa a través de esta maravilla ingenieril, es sentirte atrapado por los encantos de la naturaleza que exhibe y por lo constituye para los cubanos: un regalo a la riqueza y verdor de nuestros protegidos ecosistemas de montaña en la región montañosa de la oriental provincia de Guantánamo.
Si no has atravesado La Farola para llegar a la Ciudad primada de Cuba, anímate, estoy segura que te encantará el viaje. De momento, los dejo con estas imágenes de mi colega Leonel Escalona del periódico Venceremos para que sucumbas ante los encantos de La Farola, quien gallarda se exhibe a los visitantes cual serpiente de placa entre Imías y Baracoa.
Doce campanadas por los 500 años de la ciudad
Por: Ariel Soler Costafreda
Llegada la medianoche del 15 de agosto, cuando la primera ciudad cubana anuncie al mundo su medio milenio de existencia, doce campanadas emitidas desde la torre norte de la Iglesia parroquial Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa incorporarán un nuevo atractivo a la rutina citadina.
En la atalaya eclesiástica un reloj de 1,23 metros de diámetro se convertirá a partir de ese momento en obligada referencia y cada campanada del “medidor” inducirá un alto a la cotidianeidad para rectificar sus homólogos de pulsera o advertir el instante de la cita.
Melodías y campanadas acompañarán a partir de entonces el diarismo de la ciudad más antigua de Cuba, sonidos emitidos por este controlador del tiempo en capacidad de reproducir 35 toques diferentes.
Monseñor Wilfredo Pino Estévez, arzobispo de la Diócesis Guantánamo-Baracoa, explicó que el reloj controla cinco campanas, dos dedicadas a las sonoridades de servicio público y otras tres dirigidas a la liturgia de la institución.
Explicó además que a las 12 de la noche del día 14, al producirse el advenimiento del aniversario 500 de la Primera Villa y Episcopado de la Isla, el reloj dará sus primeras 12 campanadas e incorporará el régimen sonoro a la medición del tiempo.
En lo adelante sonara cada 15 minutos: un toque agudo para el primer cuarto de cada hora, dos para el segundo, tres para el tercero y al completar la hora, dará cuatro toques (uno por cada cuarto de hora transcurrido) y seguidamente, en tono grave, dará tantas campanadas como horas se cumplan.
De acuerdo con la programación digital que gobierna el instrumento, dos minutos después de haber anunciado con igual número de toques graves la hora que se cumpla, el reloj repetirá su anuncio para eliminar cualquier duda en el conteo de las campanadas.
El régimen de trabajo programado indica que entre las 10 pasado meridiano y las seis de la mañana el artificio solo tocará las horas, y a partir de ese instante retoma su sonoro ritmo de cuartos y horas.
Monseñor Pino Estévez comentó a la agencia que el reloj es una donación del sacerdote José Abellán, de la ciudad de Elda, Diócesis de Alicante, España por el aniversario 500 de Baracoa como Villa y Episcopado.
Inauguran obras por el aniversario 500 de Baracoa
Como parte de las acciones para celebrar el medio milenio de Baracoa, fueron inaguradas una decena de obras de interés socioeconómico en esta ciudad, reconocida como Villa el 15 de agosto de 1511.
El recorrido durante el cual reabrió sus puertas el Museo Matachín, estuvo encabezado por Luis Torres Iríbar, primer secretario del Partido en Guantánamo, acompañado del General de División Enrique Lussón y Julio Camacho Aguilera, todos miembros del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Alejandro Hartmann, Historiador de la Primada de Cuba y anfitrión en el museo, explicó a la comitiva sobre la historia del inmueble, fortaleza erigida por España y luego abandonada, cuando la voz popular la designó como El Castillo Maldito por devenir refugio de personas empobrecidas e indigentes.
Sólo con el Triunfo de la Revolución –subrayó Hartmann- el inmueble fue rescatado y se convirtió en el museo que es hoy, albacea de la memoria histórica de esta región, remontada 519 años atrás, tras la llegada de Cristóbal Colón el 27 de noviembre de 1492.
Entre las obras inauguradas se cuentan la instalación polideportiva erigida en áreas del Malecón con el doble propósito de prácticar ejercicios físicos y proteger la ciudad en esa zona de posibles mares de leva como los que en 2008 redujeron a ruinas el litoral urbano.
En la jornada fueron abiertos restaurantes, bares, comercios, un telepunto para las comunicaciones y el Hostal 1511, instalación turística donde existiera en remotos tiempos el hotel Liberación.
Los señores Manuel Cacho Quesada, embajador de España en Cuba, y Herman Von Hooff, director de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe, de la UNESCO, integraron la comitiva, que reconoció la valía y calidad de las instalaciones a disposición del pueblo.
Un recorrido por Baracoa en imágenes
Baracoa: Existencia del mar
500 años y sigues mágica, Baracoa
La Farola: Sueño de ayer, realidad de hoy
¿Su nombre? Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa y se encuentra en Guantánamo, la provincia más oriental de Cuba. Fue fundada por el Adelantado Diego Velázquez el 15 de agosto de 1511, constituyéndose como primera capital y primer obispado de la ínsula.
Su historia de primera capital y obispado de la mayor de las Antillas, comienza con la llegada de Cristóbal Colón, el 27 de noviembre de 1492, quien, admirado por su natural belleza, escribe en su Diario: la más hermosa cosa del mundo [...]
La Guantanamera ofrece a sus seguidores un recorrido en imágenes por La primada de Cuba
Baracoa es mar, paisaje y exhuberante belleza natural
Más allá de La Farola, del sol, ríos y playas, se erige Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, primera villa fundada el 15 de Agosto de 1511 por Diego Velázquez, donde fija su residencia y la convierte en la capital política y eclesiástica de Cuba muy demandada por los visitantes de la Isla.
La historia de Baracoa, primera capital y obispado de la mayor de las Antillas, comienza con la llegada de Cristóbal Colón, el 27 de noviembre de 1492, quien, admirado por su natural belleza, escribe en su Diario: la más hermosa cosa del mundo [...] Andando por ella fue cosa maravillosa ver las arboledas y frescuras, y el agua clarísima [...] que dice que le pareció que no quisiera salir de allí.
De aquel suceso histórico, existe la Cruz de la Parra colocada por el Almirante, única que existe de las 29 colocadas por Cristóbal Colón durante su viaje por América y que se encuentra en la iglesia parroquial de Baracoa, primera capital de la Isla Grande, está situada al noroeste de la provincia de Guantánamo, entre las bahías de Baracoa y Miel.
Su nombre, de origen Arauco, significa existencia del mar. El acceso por tierra se realiza a través del serpenteante viaducto La Farola, una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana. Entre sus atractivos está El Yunque, Monumento Nacional de la Naturaleza y Símbolo de esta Ciudad.
Macizos montañosos dotados de una vigorosa vegetación de bosques vírgenes, pletóricos de flora y fauna endémicas, ríos cristalinos y playas rodeadas de uva caleta, almendros y cocoteros; hacen de Baracoa, la Ciudad Paisaje, una ciudad peculiar con relación a otros destinos naturalistas del país.
El centro histórico constituye Monumento Nacional. En la ciudad, aún se atesoran las evidencias del sólido sistema de fortalezas coloniales que la defendían del asedio de piratas y corsarios; entre ellas, los fuertes Matachín, sede del Museo Municipal; La Punta y Seboruco, los torreones de Joa y Caguase, y el Castillo de la villa, devenido en confortable hotel.
Resulta sorprendente el exotismo paisajístico de Baracoa, complementado con 82 kilómetros de costas con 14 de playas, los tibaracones, barras acumulativas de arena en la desembocadura de los ríos, entre ellos el Toa - más caudaloso de la Isla - , el Yumurí, que dio origen a uno de los cañones fluviales más hermosos del planeta y el Miel, en cuyas corrientes se entreteje la leyenda de que: " Quien se baña en sus aguas se queda por siempre en esa mágica ciudad".
Llega a sus 499 añosy aún la ciudad de Baracoa mantiene su trazado urbano original y la arquitectura de madera sello peculiar de la primera villa, además de la belleza inigualable que descubriera Colón: la dulzura y sencillez de sus pobladores y la rara hermosura de una urbe entre montañas, ríos y una exuberante vegetación.
La historia de Baracoa, primera capital y obispado de la mayor de las Antillas, comienza con la llegada de Cristóbal Colón, el 27 de noviembre de 1492, quien, admirado por su natural belleza, escribe en su Diario: la más hermosa cosa del mundo [...] Andando por ella fue cosa maravillosa ver las arboledas y frescuras, y el agua clarísima [...] que dice que le pareció que no quisiera salir de allí.
De aquel suceso histórico, existe la Cruz de la Parra colocada por el Almirante, única que existe de las 29 colocadas por Cristóbal Colón durante su viaje por América y que se encuentra en la iglesia parroquial de Baracoa, primera capital de la Isla Grande, está situada al noroeste de la provincia de Guantánamo, entre las bahías de Baracoa y Miel.
Su nombre, de origen Arauco, significa existencia del mar. El acceso por tierra se realiza a través del serpenteante viaducto La Farola, una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana. Entre sus atractivos está El Yunque, Monumento Nacional de la Naturaleza y Símbolo de esta Ciudad.
Macizos montañosos dotados de una vigorosa vegetación de bosques vírgenes, pletóricos de flora y fauna endémicas, ríos cristalinos y playas rodeadas de uva caleta, almendros y cocoteros; hacen de Baracoa, la Ciudad Paisaje, una ciudad peculiar con relación a otros destinos naturalistas del país.
El centro histórico constituye Monumento Nacional. En la ciudad, aún se atesoran las evidencias del sólido sistema de fortalezas coloniales que la defendían del asedio de piratas y corsarios; entre ellas, los fuertes Matachín, sede del Museo Municipal; La Punta y Seboruco, los torreones de Joa y Caguase, y el Castillo de la villa, devenido en confortable hotel.
Resulta sorprendente el exotismo paisajístico de Baracoa, complementado con 82 kilómetros de costas con 14 de playas, los tibaracones, barras acumulativas de arena en la desembocadura de los ríos, entre ellos el Toa - más caudaloso de la Isla - , el Yumurí, que dio origen a uno de los cañones fluviales más hermosos del planeta y el Miel, en cuyas corrientes se entreteje la leyenda de que: " Quien se baña en sus aguas se queda por siempre en esa mágica ciudad".
Llega a sus 499 añosy aún la ciudad de Baracoa mantiene su trazado urbano original y la arquitectura de madera sello peculiar de la primera villa, además de la belleza inigualable que descubriera Colón: la dulzura y sencillez de sus pobladores y la rara hermosura de una urbe entre montañas, ríos y una exuberante vegetación.
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