Por: Raúl Antonio Capote
Todos estamos trabajando voluntariamente, desinteresadamente”, comentó
Bruguera. “a lo mejor tenemos más suerte y la gente quiere quedarse más
tiempo, a lo mejor podemos crear algo como Occupy Wall Street en La
Habana”.
Durante los últimos 10 años el gobierno de los EE.UU ha intentado
reproducir en Cuba escenarios similares a los construidos en Serbia,
Ucrania, Kirguistán, Georgia, Siria, Libia, Irán, Venezuela, etc. Países
donde la aplicación de la estrategia del Golpe Suave ha logrado, en la
mayoría de los casos, la caída del gobierno.
Falsas huelgas de hambre, desinformación, manipulación mediática, guerra
económica, creación y uso de redes sociales ilegales, planes de becas
para formación de líderes de cambio, construcción de símbolos, intentos
de marchas, no faltaron contra Cuba, ninguna de las 198 tareas
recomendadas por Gene Sharp para acabar con gobiernos poco dados al
servilismo o sencillamente incomodos. Todas las tentativas fracasaron.
Recientemente la AP denunció un plan de la Agencia de Estados Unidos
para el Desarrollo Internacional (USAID) para utilizar a músicos cubanos
en acciones contra el gobierno y provocar un cambio de régimen en Cuba,
el plan involucró al conocido grupo de rap Los Aldeanos.
Ahora que el pueblo de Cuba celebra el fracaso de la estrategia obsoleta
de intentar poner de rodillas a todo un pueblo, ahora que se abren las
posibilidades de un acercamiento real entre dos naciones vecinas,
después de más 55 años de una unilateral guerra sin sentido, los
representantes del ala fracasada de la política anticubana en USA
quieren recrear su Maidan en La Habana.
Según señala el Nuevo Herald, la artista cubana Tania Bruguera y un
grupo de cubanos que crearon la plataforma “#Yotambiénexijo” están
convocando a una acción en la Plaza de la Revolución el próximo 30 de
diciembre, a las tres de la tarde, para que las personas “discutan” a
micrófono abierto “qué nación desean”.
No es para crear un espacio de dialogo, no es el arte lo que mueve a los
organizadores, pues espacios existen en la sociedad cubana actual para
debatir cualquier tema, no buscan la paz, ni la libertad de expresión,
buscan generar enfrentamientos, provocar confusión, desorden, en
momentos en que la derecha fascista de Miami tiembla ante el fin de su
hegemonía del terror, el tiempo corre contra ellos y el gran negocio de
la guerra contra Cuba se les viene abajo.
La biografía de Tania Bruguera señala que es una artista que trabaja
principalmente con el arte de conducta. Su trabajo explora el rol del
público en performances y la relación entre la ética y el deseo. Realizó
estudios en el Instituto Superior de Arte de La Habana y en el
Instituto de Arte de Chicago. En 2002 creó la Cátedra Arte de Conducta
en La Habana y en 2011 creó la Asociación de Arte Útil como plataformas
de encuentro e implementación de sus proyectos.
Ha recibido reconocimientos como la Beca Guggenheim, el Meadows Prize
(Dallas, EEUU) y el Premio Príncipe Claus, curiosamente este premio ha
sido recibido también por la bloguera mercenaria Yoani Sánchez y
Dagoberto Valdés quien dirigió el proyecto “Espacio Laical”. Sin embargo
Tania Bruguera ha sido duramente criticada por sus intervenciones,
donde muchas veces la ética más elemental brilla por su ausencia, en el
afán de la artista de usar la provocación como estrategia cruza
cualquier límite.
En el VII Encuentro Hemisférico del Performance que tuvo lugar en la
Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Bogotá sirvió
cocaína en tres bandejas que ofreció al público asistente, las bandejas
de cocaína aparecieron llevadas por una asistente de Bruguera, muchos
miraron con recelo la acción y otros consumieron. Varios artistas
presentes salieron de la sala. Al final, el acto fue suspendido por la
Universidad y recibió la repulsa del público y de los medios masivos de
comunicación.
En otra de sus intervenciones, en la galería Tate de Londres, llevó a un
grupo de policías a caballo que acorralaron a los asistentes y
controlaron sus movimientos, en Autosabotaje, obra que presentó en
Venecia en el 2001, jugó a la ruleta rusa con una pistola, al cuarto
intento, levantó el arma y disparó, causando pavor en el público que
había sido convocado para escuchar una conferencia de la artista.
Existe un antecedente a su actual puesta en escena, durante la décima
Bienal de La Habana en el 2009, armó una tarima con un telón marrón en
el Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam, e invitó al público a que
dijeran lo que quisieran durante un minuto. La bloguera Yoani Sánchez,
parte esencial del espectáculo, intentó robarse el show haciendo uso de
sus habituales diatribas contra la Revolución. La obra titulada Susurro
de Tatlin, intentó crear un acto mediático de protesta.
La escritora cubanoamericana Achy Obejas señala algo muy significativo
sobre el futuro evento del día 30 “veremos cómo reacciona el gobierno
ante el evento: si dejan a la gente tranquila o si los botan de la plaza
o los arrestan”.
“Personalmente estoy sintiendo la misma emoción que sentí cuando
nosotros comenzamos Occupy Wall Street, que éramos un pequeño grupo de
personas. Todos estamos trabajando voluntariamente, desinteresadamente”,
comentó Bruguera. “a lo mejor tenemos más suerte y la gente quiere
quedarse más tiempo, a lo mejor podemos crear algo como Occupy Wall
Street en La Habana”
La semejanza de este discurso con los del serbio Srdja Popovic, líder de
OTPOR, no es casualidad, Popovic llamaba a los serbios a ocupar
espacios públicos, plazas, tribunas, esquinas, parques, para “hablar
libremente sobre el futuro de Serbia”, curiosamente también se parece
mucho al discurso de Vladimir Viatrovich, líder de la Revolución Naranja
en Ucrania, “debemos ocupar cada espacio público para someter a debate
el futuro de Ucrania”, o el de Ausama Monajed, líder del “levantamiento
Sirio” ,” llamamos a ocupar las plazas para que el pueblo se exprese con
libertad sobre el futuro de Siria”.
Durante Maidan en Kiev, se
realizaron acciones plásticas, se realizaron conciertos de música
alternativa, para mantener ocupadas las plaza, el organizador de estas
“actividades artísticas” el serbio Rajko Bozic es un veterano de OTPOR,
el mismo que a sueldo de la USAID, intento promover acciones similares
en Cuba usando a los grupos de rap y los festivales de música
electrónica que se realizaban en La Rotilla, en la costa este de la
Habana.
Según plantea Gene Sharp, de quien los antes mencionados son discípulos
aplicados, una de las primeras acciones recomendadas para comenzar una
revuelta es ocupar las plazas públicas, es una de las más importantes
armas no violentas, de las 198 recomendadas en el libro de Sharp “De la
Dictadura a la Democracia”.
Detrás de esta acción hay siempre una bien
planeada estrategia de relaciones públicas, donde intervienen verdaderos
emporios del arte del mentir y falsificar la realidad, como el Grupo
Rendon o Burson-Marsteller, detrás de estas armas de combate, como bien
las define el coronel retirado del Ejército de los EE.UU, veterano de
Vietnam y estratega sobre el terreno de Gene Sharp, Bob Halvey, están
los expertos en guerra psicológica, los magos de la percepción, los
fabricantes de la “Verdad”, el arte de Tania Bruguera empalidece hasta
desparecer ante las performance que pueden crear estos señores.
El arte debe servir para enriquecer el alma de los seres humanos,
también para cuestionar, para increpar, debe combatir, transgredir, debe
atreverse a cruzar fronteras, romper esquemas, debe emocionar, alegrar,
entristecer, elevar, disgustar, violentar, pero cuando el arte se
bastardea al servicio de la infamia, cuando se pone al servicio de los
peores planes de los poderosos de este mundo, cuando sirve al dinero y
se inclina ante el egoísmo, cuando se entrega como arma en manos de
quienes pretenden mancillar a un pueblo, deja de ser, se convierte es
triste espectáculo de feria barata.
Debe ser triste bufonear en los salones del Imperio, a cambio de un
rinconcito en su Parnaso, ese Parnaso donde la vergüenza y el vacío
desalma a más de un sombra que pudo ser y pervivir en la memoria de su
pueblo.
Tomado del blog: El adversario cubano
Fuente: Prensa Latina
Mientras transcurren las jornadas navideñas, el
eventual cierre de la cárcel en la ilegal base naval ubicada en Guantánamo, Cuba, se
posiciona como uno de los principales retos en la agenda del
presidente estadounidense Barack Obama.
Ante la perspectiva de un Congreso opositor en ambas cámaras desde
enero y tras el anuncio de acciones ejecutivas catalogadas como audaces
en materia migratoria y de relaciones con Cuba, Obama dejó en el
candelero -antes de viajar a Hawaii con su familia- la polémica en torno
al centro de detención ubicado en territorio cubano ocupado contra la
voluntad del gobierno de la isla.
El mandatario firmó la semana pasada la legislación que autoriza 585
mil millones de dólares para el Departamento de Defensa, pero envió un
mensaje al Capitolio en el que señaló que la operación continua de la
prisión de Guantánamo socava la seguridad nacional. «Debemos cerrarla», dijo Obama, quien volvió sobre el tema en un
«talk show» en CNN durante el cual dio fe de que hará todo lo posible
para lograr ese objetivo.
El inquilino de la Casa Blanca ha cuestionado las restricciones al
traslado de prisioneros a centros en suelo norteamericano y a su vez ha
sido objeto de críticas por las transferencias de estos a sus naciones
de origen.
Desde la perspectiva del gobernante, las disposiciones del Congreso
en torno a este asunto podrían bajo ciertas circunstancias violar el
principio constitucional de la separación de poderes. Por ello, instó una vez más a los miembros de ambos partidos a
trabajar para cerrar el tristemente célebre centro de internamiento
(mantenido desde 2002), algo que considera un «imperativo nacional».
Esta semana se conoció la dimisión de Cliff Sloan, quien negociaba la clausura de dicha cárcel en la base naval de Guantánamo. Según la prensa norteamericana, Sloan renunció como enviado especial
del Gobierno para la transferencia de los reos ante la frustración por
la demora del Pentágono en trasladarlos tras aprobarse sus salidas.
Fuentes cercanas al funcionario dijeron que solo unos pocos
prisioneros habían sido liberados -cuatro fueron trasladados
recientemente a Afganistán y otros fueron acogidos en Uruguay-, mientras
que a otros se les retiene innecesariamente.
Desde noviembre último han sido trasladados 17 reos y la
administración piensa reducir la cantidad de ellos en Guantánamo a menos
de 100, a fin de presionar al Congreso para que revoque la ley que
prohíbe su traspaso a Estados Unidos.