Editorial: La inocenCIA imposible del Festival Clic


Cocinan en La Habana un engendro subversivo, aparentemente no politizado, de “promoción” del uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). Las mismas personas que en la Isla se benefician de los millonarios fondos provistos por las agencias gubernamentales de EEUU, como la NED y la USAID, para el “cambio de régimen” en Cuba, intentan ahora presentarse como promotores de la extensión del uso de Internet.

La provocación tiene el nombre de “Festival Clic”, evento asociado a una empresa española que cuenta con el apoyo de transnacionales, como Microsoft e IBM. Estos dos emporios que implementan disciplinadamente el bloqueo de EEUU a Cuba en Internet, son patrocinadores de la organización española que se presenta como promotora de voces independientes y, sin ningún pudor, se beneficia del financiamiento, además, del Banco BBVA, contra el que hoy protestan a través de las redes sociales movimientos como el #15M.

Evento Blog España (EBE) admite en su sitio web que en los últimos meses ha estado trabajando “de manera muy intensa” con ciertos contrarrevolucionarios para celebrar un gran evento dedicado a promover el uso de Internet en la sociedad cubana”. En su nota, EBE asegura que siempre hacen esto con “una premisa en mente: la web y las tecnologías no entienden de ideologías”, pero sus aliados en Cuba lo desmienten alegremente.

Yoani Sánchez, una de las convocantes del evento, ha confesado abiertamente promover el capitalismo en Cuba -”un capitalismo sui géneris”, ha dicho-. Tiene probados y sistemáticos vínculos con el gobierno de los Estados Unidos y sus agentes en Cuba. La bloguera imperial posee el recórd de ser la persona que colabora con una embajada de EEUU más citada en los cables de Wikileaks -aparece en 11 despachos no censurados y en otros, con nombre tachado, se aluden con toda certeza a esta mujer.

La casa donde se realizará el Festival Clic es sitio de encuentro de miembros de la contrarrevolución que brillan por su mediocridad y que no disimulan las intenciones de convertir este escenario en punta de lanza para la añorada construcción de una “sociedad civil” cubana al servicio de Washington.

No por gusto sitios alentados desde Estados Unidos, como Havana Times, se han adherido con entusiasmo a la convocatoria.

Esta maniobra tiene claros antecedentes en la red que construyera en Siria un funcionario del Departamento de Estado de EEUU, utilizada hoy para alentar el terrorismo y la intervención extranjera y que Estados Unidos enmascaró como un servicio para denunciar el maltrato escolar. En Libia los celulares “Thuraya”, especialmente promovidos por EEUU, permitieron establecer coordenadas y ubicar blancos civiles y militares, que ocasionaron incalculables pérdidas a las fuerzas leales al gobierno de entonces.

La intención del Festival Clic es evidente: avanzar en la estrategia de construir redes previas a una agresión, como hicieron en Libia, Siria y antes en Yugoslavia, y fortalecer la idea de la contrarrevolución aliada a Estados Unidos como promotora de la libertad en la Red.

El gobierno norteamericano no se ha desviado, ni se desviará un milímetro de su política, clara e implacable frente a la Internet cubana: el acceso a la red y los instrumentos los tendrán los obedientes, los que ayuden a darle cuerpo a la retórica que sirve también para imponer sanciones en organismos internacionales e impedir el acceso a tecnologías y a recursos. En otras palabras, para ejecutar, sin demasiados tropiezos, el aislamiento económico del país y negarnos el acceso a recursos que son claves para el crecimiento cultural y la eficiencia de la economía, la investigación científica, la participación en las decisiones de gobierno y la expresión política.

La escandalosa sanción financiera contra la compañía sueca Ericsson viene a confirmarlo. Por reparar viejos equipos para las redes de telefonía móvil en la Isla, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos impuso a la transnacional una multa de 1,75 millones de dólares y la expulsión de los empleados de la filial en Panamá que supuestamente facilitaron el servicio a los cubanos.

Para los promotores del Festival Clic el bloqueo no existe. En su declaración para internautas desinformados, dicen: “En Cuba bajarse un archivo de 2 ó 3MB resulta una odisea”. No explican por qué. No les conviene. Ellos y sus amigos trabajan para blindar el bloqueo y justificar una agresión.

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