El campo de
detención de Guantánamo que el gobierno
de los Estados Unidos mantiene en la bahía homónima de Cuba, cumple hoy doce años. Fue el 11 de enero de 2002 cuando llegaron a
la base naval yanqui unos 20 prisioneros encapuchados, esposados y vestidos con
un mono naranja.
A partir de ese
momento, la cárcel yanqui se convirtió
en símbolo de los peores excesos de Estados Unidos en su llamada "guerra
contra el terrorismo", lanzada contra Al Qaeda poco después de los ataques
del 11 de septiembre de 2001 contra Nueva York y Washington.
En el nefasto establecimiento carcelario, hay todavía 154 reos a quienes se les prolonga una detención indefinida, pese a que la mitad de ellos tienen el visto bueno de las autoridades estadounidenses para ser liberados. Esta es una de las razones para que su cierre sea definitivo.
En el nefasto establecimiento carcelario, hay todavía 154 reos a quienes se les prolonga una detención indefinida, pese a que la mitad de ellos tienen el visto bueno de las autoridades estadounidenses para ser liberados. Esta es una de las razones para que su cierre sea definitivo.
El nefasto penal es
considerado como el más caro del
planeta. Y esto confirma el hecho de que los gastos ascienden en la prisión,
asciende a más de tres millones de
dólares anual por cada detenido. Es sin lugar a dudas, un espantoso
hueco económico para la administración estadounidense.
A finales de 2014,
mientras transcurrían las jornadas navideñas, el eventual cierre de la cárcel posicionaba
como uno de los principales retos en la agenda del presidente estadounidense
Barack Obama. Así que algo se augura en torno al cierre de esta cárcel devenida
tragedia humana.
La deshonrosa
cárcel de la Base Naval
de Guantánamo que el gobierno
de los Estados Unidos mantiene ilegalmente en territorio cubano, es una
vergüenza para el mundo, y, por ende, el peor ejemplo de violación de los derechos humanos que puede cometer una
nación. Su clausura ya no espera más.
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